De espantada en espantada. El Movistar Estudiantes no está teniendo suerte o puntería con las contrataciones de sus pívots esta temporada. Si Ike Ofoegbu ni siquiera llegó a aterrizar en Madrid, ahora es Vladimir Stimac quien abandona la ciudad tan solo un mes después de su fichaje.

¿El motivo? Una llamada del Estrella Roja, equipo de Euroliga, preguntando por su situación ante el corte a Sofo Schortsanitis. Stimac no lo dudó: el hecho de jugar en su país y a un nivel competitivo superior pesa sobre cualquier cosa. Aunque el feo y las malas formas hacia la plantilla, cuerpo técnico y aficionados colegiales está hecho. La pintura demente se queda huérfana en el peor momento posible, con el equipo sin saber lo que es ganar, sin encontrar un estilo de juego definido, y dando muy mala imagen en los tres encuentros salvo el último cuarto ante el Valencia. Además, Stimac estaba siendo de lo único salvable de la plantilla, por lo que si ya había dudas sobre el rendimiento deportivo, ahora se multiplican.

Sobrevuela por Serrano la duda de si Eduardo Pascual, director deportivo de Estudiantes, tiene responsabilidad alguna sobre estas esperpénticas situaciones. Si sabía el interés del Estrella Roja cuando contrató a Stimac, como ya se le cuestionó el tema de Ofoegbu. Incluso con los que (aún) no han abandonado, Thomas y Graham, que no están rindiendo al nivel esperado. El pasado domingo en el Palacio de los Deportes ante el Valencia Basket ya se oyeron algunos silbidos exigiendo su dimisión.

Pase lo que pase, lo cierto es que ahora las oficinas del Magariños vuelven a tener trabajo. Pascual y el cuerpo técnico deben buscar, con carácter de urgencia, un sustituto para Stimac. El mercado es escaso, aunque el Estu puede decantarse por pívots con los que tuvo conversaciones en verano: Hettsheimer o Mays, aunque no se descarta nada. Mientras tanto, jugadores como Fran Guerra o Stefan Bircevic deberán dar un paso adelante hasta que llegue el nuevo pívot. Esperemos que sea el definitivo.