Se jugaba el Valencia Basket ser cabeza de serie en la próxima Copa del Rey. El Estudiantes, lograr un triunfo lejos de casa y creerse el verdadero nivel que tiene esta plantilla. Al final, el objetivo clasificatorio valió más que el de identidad. En un partido a rachas, a parciales, el Valencia Basket fue el más regular.

El equipo de Pedro Martínez empezaría el partido más enchufado, más intenso. En ese aspecto radicó la clave de una eléctrica primera mitad. El equipo que mostraba mayor intensidad defensiva (anticipaciones, robos, ayudas...) lograba réditos en el otro lado de la cancha.

Valencia fue el primero, con San Emeterio como brazo ejecutor. Estudiantes sufría el alto ritmo local, y el marcador comenzaba a ampliarse (12-5, min cinco).

Los taronjas disfrutaron de una ventaja de hasta nueve puntos, con Kravtsov como referencia, hasta que el Estudiantes subió sus líneas defensivas. Con Cook muy atento y Jackson confiado (11 puntos en diez minutos), los de Maldonado redujeron diferencias al término del primer acto (27-22).

Durante el segundo, el 'Estu' basó gran parte de sus ataques en su arma más reconocida, el tiro exterior. No supuso nada grave la estancia de Jackson en el banquillo. Wilson y Brizuela le sustituyeron a la perfección, con especial motivación el canterano, al que Maldonado ya otorga más minutos.

El que no disputó ni uno todo el partido fue Jaime Fernández, hundido en la rotación del entrenador.

Él y el resto del banquillo disfrutó de un sobresaliente cuarto demente. Valencia Basket empezó buscando la ventaja de Dubljevic sobre Traoré, aunque el francés aguantó los embistes. Después, Sato tiró de los locales, aunque era contestado en la otra canasta. Así, Movistar Estudiantes impuso su vertiginoso ritmo para llegar al descanso tres arriba (41-44).

El Estudiantes encajó 33 puntos en el tercer cuarto

Todo el buen trabajo del segundo cuarto se fue al traste en el tercer cuarto. Valencia Basket respondió al parcial estudiantil con otro propio. Las causas, similares: aumentó de la intensidad defensiva, contragolpes y tiro exterior. Mismas medicinas para volver a voltear el marcador.

En dos minutos los de Martínez ya se habían puesto por delante por medio de Sastre y San Emeterio. No volverían a verse por detrás. Estudiantes volvía a encontrarse a remolque lejos de la capital. La diferencia de calidad de las plantillas decantó la balanza.

Con Jackson bien marcado, solo Suton tiraba ahora del carro visitante. La segunda unidad no apareció, como sí había hecho en el segundo cuarto. Ahora eran los jugadores naranjas los que llegaban antes a las jugadas, Se veía un punto más de intensidad en un equipo. El Estudiantes, por momentos, encontraba dificultades para anotar. De nuevo, irregularidad por parciales, que tanto ha sufrido el 'Estu' todo el año. Del 41-44 del descanso al 74-64 del tercer cuarto.

Aún así, el partido aún no estaba visto para sentencia. Realmente no lo estuvo hasta el último minuto. Pero daba la sensación de que Valencia Basket no iba a dejar escapar la victoria. Jugó con el tiempo y la paciencia colegial en el último cuarto. Wilson ofreció esperanzas, pero el equipo del Turia siempre sacaba algo en su ataques: personal, falta o nueva posesión. Las ventajas rondaban los ocho, diez puntos, con el reloj bajando. Mucha presión ante uno de los mejores equipos de la Liga. Jackson apenas apareció en esos minutos finales y tan solo el base finlandés lograba ver aro.

Una vez más, los rebotes fueron clave. Esas segundas opciones para Valencia permitieron un ritmo más pausado. Nuevas oportunidades para sumar. El rebote empieza a ser un problema de categoría para Maldonado.

No tanto la situación del equipo, ya que se compite en cada campo que se visita. Eso sí, la urgencia de ganar lejos de Madrid si se quiere optar a cuotas mayores que la tranquilidad sí existe y debe existir.