2-1 en la serie y el jueves (19:15h, mal horario en día laborable) primer match-ball de esta espectacular final de liga a la que el Barça llega con la moral por las nubes después de desarbolar durante los 40 minutos a un Real Madrid que ha extrañado profundamente a la mayoría de sus figuras (los dimitidos Rodríguez, Mirotic o Rudy). Un resultado durísimo para los blancos que necesitan recuperar su mejor versión ipso facto para revalidar el título.

Los triples abren brecha

Desde el mismo arranque -con dos canastas rápidas del recordman problemas para el Madrid- crecen: 20-13 en el minuto 6. Llull (6 puntos en el primer cuarto) se erige en salvador de la patria y el griego Bourousis (9p) lo da todo en la pintura para mantener en el partido a la tropa de Laso, el convaleciente. Pocas soluciones ante el vendaval blaugrana.

Los 16 triples del FCB suponen un nuevo récord en las finales de liga ACB

El segundo cuarto, con las consabidas rotaciones y ajustes, traía vientos de cambio. Ya saben: el "Chacho" Rodríguez, el revolucionario. Pero hoy no le han salido las cosas al MVP de la temporada regular. Con todo, el Madrid aprovecha los fallos de Lorbek y los problemas de Sada en la dirección para  se acercarse peligrosamente en el marcador: 42-36 (minuto 16) tras un parcial de 2-10. En esas entra en escena un exmadridista, el gélido polaco Maciej Lampe, para conectar -cómo no- dos triples para establecer un redondo marcador de 50-40. Laso pide tiempo muerto desde su atalaya y la primera jugada posterior es sintomática: Huertas le roba la bola al Chacho en un santiamén y asiste al coloso Dorsey para que machaque. Los rostros del banquillo madridista, un poema. El Palau, en ebullición. Y 52-40 al descanso.

El marcador se dispara a golpe de récord

Si Lampe aparecía en un período de crisis, en la reanudación sería Papanikolau -inédito en la primera mitad- el encargado de abrir la brecha que a la postre sería definitiva con 11 puntos (incluidos dos triples). En la acera visitante seguían esperando noticias de los Rudy, Felipe y cía. Carroll y Mirotic sumaban sin trascender mas la diferencia se abre hasta los 16 puntos (61-45, minuto 23), renta que variaría poco de ahí al final: 71-55, en el minuto 26, 78-61, en el 29, etc. El Barça llevaba ya 15 triples (5 por cuarto), la mejor marca de la historia de las finales ACB.

La renta se mantendría en un último parcial anodino (14-16)

Al final no hubo sangre y ambos conjuntos jugaron el último período más pendientes del próximo partido, en apenas 48 horas. El Barça no quiso -o quizá no supo por sus sempiternos problemas de acierto desde la personal (12/19, un pobre 63%)- alcanzar los 100 puntos, la mística de los tres dígitos.

¿La sentencia en el Palau?

De cara al jueves, una lectura clara: el Barça se ha montado en la ola buena, en la de la confianza y la comunión entre los jugadores ha llegado a un nivel no visto este curso, con los fichajes del verano (Dorsey, Lampe, Nachbar y Papanikolau) integrados en plan estelar. Al Madrid, por el contrario, le tiemblan las piernas desde la Final Four de Milan. La Euroliga como trauma. Ahora, el Palau Blaugrana tendrá la última palabra (o no). 

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Sobre el autor
Eden Martínez Tovar
Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Guión de TV. Escribo en VAVEL desde el pasado junio. Me estrené pronosticando que Harden sería clave en las Finales de la NBA. Me equivoqué, como tantas otras veces.