Para los amantes del resultadismo este domingo el FC Barcelona logró un paso importante, uno más, para mantenerse en el liderato de la Liga Endesa tras derrotar al siempre laborioso Unicaja de Málaga en un partido marcado por los altibajos (83-77). Pero más allá de la victoria ante el conjunto de Joan Plaza, obviando el hecho de salir victorioso, el Barça volvió a exhibir las dudas que lleva arrastrando semana tras semana y firmó un encuentro gris durante muchas fases levantando algunos silbidos del Palau Blaugrana. Fueron muchos los minutos donde se llegó a dudar en la victoria azulgrana y tan solo el acierto desde el 6,75, con 46% tras anotar 14 de 30, salvó la segunda debacle en cuatro días ante un equipo malagueño que llegó en medio de una crisis de resultados e institucional.

La zona 2-3 planteada por Joan Plaza generó un colapso en las acciones ofensivas de los azulgrana

Con una zona 2-3, Plaza empezó a exhibir sus habituales planteamientos tácticos que se desembocan en autenticas batallas dentro de la pista. El sistema empreado y las dudas que supuso en el ataque azulgrana, propició que los malagueños se pusieran nueve arriba en un abrir y cerrar de ojos (5-14). Diagné, la gran sorpresa en el quinteto inicial, no pudo arrancar peor y a las primeras de cambio tuvo que ser sustituido por Tomic tras cometer tres faltas. La apuesta de Pascual por el senegalés, en clara muestra de su desconfianza con un errático Samardo Samuels, no dio buenos resultados. Kuzminskas, con nueve puntos del total de 12 que anotó, guió a los malagueños junto al exazulgrana Edwin Jackson, 11, y Jack Cooley, 17 y 27 de valoración. Los tres se convirtieron durante muchos minutos en la pesadilla de un Palau que empezó a dar muestras de enfado con los altibajos que exhibe su equipo (21-24).

El Barça basó el triunfo en el acierto desde el 6,75, anotando 14 de los 30 intentos que realizó

Los siguientes diez minutos para los azulgranas fueron una bocana de aire fresco gracias a la aparición de Carlos Arroyo. El base tiró del carro y asumió la batuta de un equipo que logró ponerse por primera vez por delante en el encuentro gracias a dos tiros libres de Navarro (27-26). Pero tal como vino se fue. Los malagueños volvieron a coger ventaja y los de Pascual lograron mantenerse con vida desde el 6,75, a pesar de ir acumulando muchas pérdidas, siete, y viéndose superados una vez tras otra por el 2-3 implantado por los malagueños (36-45). Con más claroscuros que buenas sensaciones, los de Pascual se marcharon al descanso siete abajo y con muchas cosas por mejorar (42-49).

Carácter y oficio

La segunda mitad exhibió el carácter y oficio del Barça para darle la vuelta a una situación comprometida. Un triple de Perperoglou y Ribas junto a una acción de Vezenkov situó a los catalanes a dos puntos y les metió de lleno en el duelo (56-58). Fue el momento del cambio. Los malagueños empezaron a dudar, por primera vez en el encuentro en ataque, y su defensa dio síntomas de fragilidad. Un parcial de 23-15 en el tercer cuarto supuso el primer paso hacia el triunfo que el Barça ratificó en los últimos 10 minutos.

Un inspirado Arroyo, con dos triples consecutivos, se erigió protagonista de un parcial de 8-0 que dejó finiquitado el duelo (81-70). Sin brillantez, los azulgranas mantuvieron la renta ante las intentonas visitantes y sumaron así la victoria número 20 de la temporada para mantenerse en lo más alto de la tabla. Todo ello, en la víspera del fundamental duelo de Euroliga ante el CSKA de Moscú, donde los azulgranas se jugará en el Palau Blaugrana todas las opciones de seguir con vida.