Querer ganar un partido anotando dos puntos en los últimos cinco minutos es una misión prácticamente imposible en la Euroliga. Ubicados en la ronda previa antes de la tan ansiada Final Four, los errores se pagan con derrotas y estas provocan que cada vez más el abismo se aproxime. Con la sensación de querer avanzar en Europa con cada vez más suspense, el Barça volvió a protagonizar la otra cara de la moneda, aquella que le dejó sin la primera plaza de grupo y que posteriormente prácticamente le cuesta un susto en el Top 16. En un encuentro rácano a nivel ofensivo, los de Xavi Pascual sucumbieron ante un viejo conocido como el Lokomotiv Kuban en el primer encuentro de la eliminatoria (65-61).

Dos puntos en los últimos cinco minutos fueron la condena de un Barça irregular que volvió a dejar dudas en Rusia

Con Anthony Randolph como estandarte, 17 puntos, y con los rusos convertidos en la gran sorpresa de esta Euroliga, exhibiendo una portentosa defensa y un buen hacer ofensivo, los locales poco a poco fueron creyendo en sus opciones y acabaron asestando el primer golpe. Como si de un sueño se tratase, el inicio de partido tuvo claro color azulgrana. Ante un equipo sin referente en la pintura y que juega abierto buscando las penetraciones de fuera a dentro, el Barça llevó las riendas y llegó a situarse nueve arriba en el segundo periodo (19-28). La fluidez ofensiva de Justin Doellman, 11 puntos, encontró rápidamente acomodo en sus compañeros, anotaron nueve jugadores azulgranas, y en una férrea defensa que hacia presagiar que los batacazos sufridos con anterioridad sufridos lejos del Palau Blaugrana habían quedado en el olvido. Pero nada más lejos de la realidad. A pesar de la mejoría, los hombres de Xavi Pascual tan solo lograron irse seis arriba al descanso, donde todo cambiaría (27-33).

Lesión de Dorsey

Si a la reacción azulgrana en el Top 16 hubiese que ponerle nombre ese no sería otro que el de Joe Dorsey. El regreso del jugador estadounidense dotó a los azulgranas de un aire fresco y un refuerzo intimidatorio en la pintura más que necesario. Con su aportación creciendo por instantes, la noticia de su lesión fue un duro varapalo. Sin Dorsey, el Lokomotiv aprovechó para imponer un juego más físico, con una dura defensa y con un Randolph excelso en el otro lado de la pista. Tras una reanudación dubitativa, un parcial de 0-7 para el Barça volvió a permitir a los catalanes darse un respiro antes de lo que sería el envite final (35-42).

Los rusos consiguieron lanzar 22 tiros libres por tan solo ocho de los azulgrana

Con los rusos forzando tiros libres, anotaron 17 de 22 (77.3%) ante el 4 de 8 azulgrana (50%), Malcom Delaney, 11 puntos y 17 de valoración, se sumó a la fiesta y empezó a producir al término del tercer cuarto. Con todo en el aire, los últimos minutos de partido depararon un todo o nada donde el Barça desapareció y dilapidó por completo sus opciones (50-53).

El Lokomotiv salió con todo a por la victoria y a falta de siete minutos para el final logró colocarse uno arriba (54-53). En ese instante, el Barça se encomendó a Pau Ribas en un intercambio de golpes que finalizó cuando a los catalanes se les apagó la luz. A 3,26’ para el final, el 58-61 fue el último resquicio donde el Barça tuvo la victoria. Un pésimo registro final, con acciones ofensivas donde se exhibió la falta de recursos y un excesivo nerviosismo, propició que el Lokomotiv lograse darle la vuelta y asestar el primer golpe de la eliminatoria (65-61).