Àlex Alegre

Claver ha desarrollado una carrera irregular, en la que la etiqueta de eterna promesa siempre le ha perseguido. Tras su testimonial paso por la NBA (sin minutos), con la selección española empezó a demostrar que se podía desenvolver bien en un papel secundario, de jugar de intendencia. Unos indicios que confirmó el curso pasado en el Lokomotiv Kuban, con el que alcanzó la Final Four a las órdenes de Bartzokas, que se lo ha traído a Barcelona.

Ha quedado claro que el jugador español no será nunca una estrella, ni un primera espada de un equipo. No tiene ni la calidad ni la mentalidad para ello. Pero lejos de ser un problema, y una vez conocidas sus limitaciones, se ha convertido en un jugador muy valorado por su aportación lejos de los focos: defensa de primer nivel y gran capacidad de ayuda en el rebote, aportando puntos aprovechando los espacios generados por sus compañeros. El curso pasado se aprovechó del desequilibrio de Delaney, y este curso puede hacer lo mismo con Rice.

Y todo esto gracias a un cambio claro, el de posición: de alero a ala-pivot. Su envergadura y velocidad le permiten poder aguantar a cualquier jugador rival, haciendo cambios defensivos siempre que sea necesario. En el 4 se ha convertido en un jugador hábil en las ayudas defensivas, con capacidad para defender tanto a jugadores más abiertos como a perfiles más interiores. Y en ataque, puede hacer daño yendo de fuera hacia dentro, o bien amenazando con su tiro exterior, a veces demasiado irregular, aunque está ganando fiabilidad si tira liberado.

Puede ser un buen acompañante de Tomic y encaja a la perfección con Doellman, su compañero de posición: el primero aporta puntos, el segundo defensa y labores de intendencia.

El curso pasado finalizó la Euroliga con 9’4 puntos y 5’9 rebotes para 13’5 de valoración en 27 minutos de juego, y demostró que puede sumar con facilidad sin necesidad de estar en contacto permanente con el balón.

Este curso, puede ser el de su confirmación en la élite como jugador pegamento. Un perfil siempre necesario en equipos con grandes estrellas.