El 8 de julio del año pasado, el Barcelona Lassa cerró la contratación del técnico griego Georgios Bartzokas con un contrato de tres años que le unía a la entidad culé hasta 2019. Fichajes como el de Tyrese Rice que atisbaban devolver las noches europeas de magia y espectáculo en el Palau, jugadores contrastados y que conocen la liga como Víctor Claver y otros que llegaban alabados con una brillante temporada que les precedía como es el caso de Peteri Koponen. En definitiva unos refuerzos que unidos a los Doellman,  Navarro, Perperoglou, Tomic o Oleson auguraban una buena temporada. O como mínimo algo mejor de lo que acabó siendo.

Eliminado en cuartos de final del playoff de Liga Endesa tras una temporada de más bajos que altos, fuera de combate en semis de la Copa del Rey contra Valencia Basket y sin siquiera entrar en los playoff de Euroliga al terminar la liga regular en una paupérrima undécima posición. Sin duda un rendimiento que no fue el esperados en un club con fuertes urgencias tras los éxitos cosechados por el eterno rival el último lustro.

Este cúmulo de inesperados malos resultados de los azulgrana unidos al elevado número de lesionados que arrastró el equipo durante la temporada y el bajo rendimiento de jugadores llamados a ser los estandartes del proyecto como Doellman, Dorsey, Navarro –se habla de una relación nula entre ellos- y sobre todo de la piedra angular de la plantilla, Tyrese Rice, provocaron el fin de la era Bartzokas apenas un año después de su contratación.

La entidad del Palau Blaugrana movió ficha rápidamente y en tan sólo un mes ya había encontrado sustituto para el heleno. Después de barajar una serie de entrenadores entre los que se encontraban Sarunas Jasikevicius, primera opción del director deportivo Nacho Rodríguez;  Pedro Martínez, flamante campeón de la Liga Endesa con el Valencia; el cotizado David Blatt o Sito Alonso, que había realizado una excelente campaña en el Baskonia, el Barcelona se decantó por el madrileño formado en el club rival, el Joventut. Sito se convertía el 16 de julio de 2017 en entrenador del Barça Lassa para las siguientes dos temporadas con opción a una tercera. Según Nacho Rodríguez, la decisión final de traer a Aloso se debe a: "Su conocimiento y experiencia en la ACB y Euroliga, el compromiso con lo que significa el Barça, el liderazgo en el vestuario y el trabajo con los jóvenes"

A pesar de no ser un entrenador veterano (42 años), su dilatada experiencia y trayectoria en el baloncesto español complementado por el excelente rendimiento que ha sacado de sus equipos hacen que su apuesta sea un valor seguro y una garantía para devolver al Barça al eslabón competitivo del que ha carecido esta temporada.

El uso de la cantera y los jugadores en desarrollo de categorías inferiores también es uno de las características de los equipos donde ha militado Alonso, dando un papel importante a jóvenes que entran en rotación y tratan de hacerse con un hueco en el primer equipo. En el Barcelona no lo tendrá fácil, pero no es un entrenador que se eche atrás con los grandes retos, más bien al contrario.

Después de ser el ayudante de Aíto en el Joventut entre 2005 y 2008, cogió las riendas del equipo verdinegro hasta 2010 cuando fue despedido tras los malos resultados cosechados en liga y Eurocup. En 2012 fue elegido entrenador del año en la ACB cuando llevó al Guipúzcoa Basket a un excelente quinto puesto, convirtiendo al equipo en la revelación de la temporada y propulsándole a él en el panorama de mejores entrenadores en Europa. Después de su buena etapa en San Sebastián de tres años, cambió de provincia para irse a Vizcaya a entrenar durante dos temporadas al Bilbao Basket, del cual salió de manera controvertida en 2016 para recalar en las filas del otro equipo vasco, el Baskonia, donde ha militado la última temporada y ha ganado 44 de los 75 partidos disputados en todas las competiciones. Sus partidos perdidos en momentos clave, como en las semifinales de Copa del Rey ante el Real Madrid, la eliminación a manos del todopoderoso CSKA en Europa o la serie de playoff de la Liga Endesa ante el Valencia Basket que no consiguió ganar el Baskonia -además de una rumoreada mala relación con Querejeta- favorecieron la decisión del madrileño de no seguir en las filas baskonistas.

En su primer día como entrenador culé, el preparador afirmaba: “Es un reto increíble, y tengo una motivación y satisfacción enormes por venir a este club tan especial. Se quieren hacer las cosas bien y yo vengo a ayudar a que así sea, a hacer que todo salga lo mejor posible. Tenemos mucha ambición”. Sito pues llegaba a Barcelona con el objetivo de levantar los ánimos de una afición alicaída y desengañada con el triste rendimiento de la temporada que recién había acabado, así que una de las primeras cosas que hizo fue trazar, junto con la directiva de la sección, una ambiciosa línea a seguir para la política de fichajes –que no iban a ser pocos- y de los jugadores que no seguirían en el equipo. Además, dejaba claro que, de la misma forma que ha hecho con los anteriores clubes en los que ha militado, la cantera tendrá un peso importante: “Buscamos trabajo con la gente joven. No sólo buscar que jueguen o no jueguen, eso no es lo principal. Lo principal es que trabajen muy duro para crecer mejorar día a día”.

Sito ha confeccionado una plantilla muy profunda, con tres jugadores por línea para poder rotar, aguantar el exigente formato de Euroliga y de esta manera llegar con los jugadores frescos al tramo final y decisivo de temporada.

La posición de base necesitaba a gritos una completa renovación, y consecuentemente es la que más cambios ha sufrido: Rice -quizás la mayor decepción de la temporada- tiene un año más de contrato y no cuenta para Sito, aunque será complicado encontrar un equipo que asuma la totalidad de su ficha pues es muy alta. Renfroe llegó como temporero y su rendimiento no ha sido tan flojo como el de Rice. De menos a más, ha tenido partidos buenos en cuanto a anotación y carácter. El tercero en discordia es Xavier Munford, que ha pasado desapercibido en la ciudad condal ya que apenas ha disputado minutos. En su lugar llegan Heurtel, base experimentado en Euroliga  que conoce de sobras la liga española y que por lo tanto es un valor seguro para contrarrestar con la otra incorporación en el puesto de base, la del norteamericano Phil Pressey, que llega sin experiencia alguna fuera de EEUU pero con minutaje en NBA y la liga de desarrollo. Pressey es de un perfil más defensivo y mejor penetrador que tirador exterior.

En la línea de exteriores vemos menos cambios, pero importantes. El fichaje estrella sin duda es Adam Hanga, alero todoterreno que ya estuvo a las órdenes de Alonso en Baskonia y que ha pedido expresamente el preparador. El húngaro es una gran incorporación que aportará defensa, reboteversatilidad y potencia en ataque, ya que el poderío físico es una de sus principales virtudes. El otro alero que ha llegado al club azulgrana es Rakim Sanders, procedente del Emporio Milan. Sanders ha sido de lo poco salvable en un equipo que ha realizado una temporada lamentable.  El de Rhode Island es físicamente imponente y es un jugador con facilidad para romper en el uno contra uno además de un consolidado tirador desde la línea de 6,75 con un 40% en triples esta temporada en Euroliga, donde ha sido una de las sensaciones (12,7 ppp). El tercer alero será el joven Rodion Kurucs, perteneciente hasta la fecha al filial barcelonista. Perperoglou queda libre.

El joven escolta Marc Garcia regresa de su cesión en el Betis para competir por un puesto con Peteri Koponen, Navarro y Pau Ribas. Se trata de la posición con más jugadores pero también la más frágil como ha quedado evidenciado esta temporada, en la cual dos de los tres escoltas (Koponen y Ribas) han sufrido lesiones de gravedad que les han mantenido alejados de manera indefinida de la pista, mientras que la fascitis plantar de Navarro le ha hecho casi imposible tener continuidad. Oleson y Eriksson no siguen.

Por último, los puestos de ala-pivot y pivot también han sufrido un lavado de cara considerable: Diagne, Lawal, Faverani y Doellman no continúan y en su lugar llegan tres jugadores de diferente perfil: Moerman, un cuatro que abrirá la pista con fama de especialista para los triples que aportará alternativas en el ataque barcelonista, Séraphin, un jugador espectacular que llega para ilusionar y aportar lo que no da Tomic y que tanto se ha echado en falta en el club del Palau esta temporada, como la defensa en el interior, la intimidación y la espectacularidad y el perfil de matador en ataque. Por último pero no menos importante, Pierre Oriola, uno de los jugadores revelación del Valencia que ha sido clave para que el equipo de la Fonteta se alce con el título de liga. El de Tàrrega se ha hecho un hueco en la élite gracias a su ética de trabajo y mejora constantes, y es de esos jugadores que todo entrenador querría tener en su equipo.

No se sabe aun si los jugadores conseguirán dar la talla y superarán el reto de hacer olvidar lo más rápido posible a los aficionados la nefasta temporada 2016/17 que aun sigue en la memoria de muchos seguidores, pero lo que sí es seguro es que para hacerlo el Barça ha elegido al entrenador adecuado para sacar adelante este tipo de situaciones.