Parece una historia de ficción, pero el deporte profesional de vez en cuando regala gestas que describen la importancia de ingredientes como la confianza y la motivación para poder alcanzar las metas más altas. Porque no cabe otra explicación si se quiere entender la rehabilitación de un equipo que apenas dos semanas atrás deambulaba por las canchas de España y Europa tratando de mantener a duras penas la dignidad.

El destino quiso volver a juntar a los 68 años (en agosto cumplirá 69) a Svetislav Pesic con el club al que llevó a su primera Euroliga (junto a la Copa del Rey y la Liga, en el que a la postre sería el triplete de 2003). El de Novi Sad se encontraba en Austria esquiando con su familia cuando recibió la llamada de Nacho Rodríguez ofreciéndole hacerse cargo del banquillo tras la destitución de Sito Alonso. Un viaje en avión y dos días de conversaciones después se hacía oficial el nombramiento.

Cuentas que saldar

Dicen que la justicia no es de este mundo, pero tal vez Pesic recibe ahora cierto desagravio tras su salida del FC Barcelona en 2004. Entonces, el nombramiento de Valero Rivera como director general de todas las secciones del club propició su marcha al entender el técnico serbio que se producía una intromisión injustificada en sus atribuciones.

Lo visto en la cancha genera ciertamente unas expectativas hasta ahora impensables. Se ha podido ver a un roster reducido (entre nueve y diez jugadores ha alineado Pesic en los tres partidos disputados en Gran Canaria), si bien ya ha aclarado que espera que el resto alcancen el nivel adecuado para entrar en la rotación. Actitud en la llave que se requiere para abrir esa puerta. El cancerbero que permitirá o no el paso se llama Svetislav.

Con Seraphin en fase de recuperación de su lesión (y del que ya ha declarado que será fundamental cuando se incorpore por su capacidad de jugar al poste), queda saber fundamentalmente si Pressey y Vezenkov conseguirán dar un paso al frente para tener minutos importantes. El de Dallas fue uno de los señalados por el anterior técnico por falta de implicación, aunque la ausencia de un playmaker puro que dé minutos de descanso a Heurtel puede ofrecerle alguna oportunidad (pese a que tanto Ribas como Koponen suponen una garantía en esa misión). Por el contrario, el panorama para el búlgaro se antoja más complicado. Con auténticos toros de Miura en el puesto de 4 por delante (Oriola, Moerman o Claver), de mantenerse esta estructura para la siguiente temporada se antojaría necesaria una salida vía cesión para no cortar su progresión.

¿Partido a partido?

Diez días han servido para echar por tierra todas las previsiones del futuro a medio plazo en la sección. Si se daba por hecho que Pesic iba a ser un hombre de transición para acabar dignamente la temporada y ganar tiempo para buscar un técnico con el que edificar un nuevo proyecto (Jasikevicius sigue siendo el candidato), lo visto hasta ahora parece otorgarle crédito para pensar que todo dependerá de lo que se consiga hasta final de temporada. O mejor dicho, de cómo se consiga.   

Si bien en Euroliga las posibilidades de clasificación son remotas (sólo siete victorias en 22 encuentros), matemáticamente hay opciones: el equipo tendría que ganar los ocho partidos restantes y esperar que Maccabi, Khimki, Zalguiris o incluso el Real Madrid sufriesen un aciago final de fase regular). Y para iniciar semejante aventura, qué mejor que recibir el próximo 23 de febrero al equipo blanco en el Palau Blaugrana. A partir de ahí salidas a Kaunas, El Pireo, Málaga y Estambul, mientras que deberán rendir visita a Barcelona Estrella Roja, Baskonia y Khimki en la última jornada. En caso de que las estrellas se alinearan a favor, el cruce de cuartos sería de auténtico órdago, pero esta historia no corresponde esbozarla aquí.

La Liga Endesa parece a priori territorio más propicio para las huestes del serbio en su renovado ánimo por recuperar el terreno perdido. Las 13 victorias cosechadas les sitúan a día de hoy en la cuarta posición, a tan solo un triunfo de la segunda. Quedan todavía 14 jornadas de competición doméstica en las que se puede aspirar incluso a cerrar la fase regular en cabeza. Y con el factor cancha a favor en los cruces, las cosas se ven de otra manera.

La primera piedra de la reconstrucción se colocó este domingo en Gran Canaria. Y al arquitecto serbio le corresponde seguir elevando el edificio. Si en semana y media consiguió lo que todos vimos, ¿qué no podrá con varios meses de competición por delante?