Ganar o morir. Un partido que significaba mucho más que una simple victoria. Un encuentro para demostrar que no estaban muertos. Un duelo que puede marcar la temporada. En definitiva, un choque trascendental en el Barclaycard Center. Y respondió a las mil maravillas el RETAbet Gipuzkoa Basket, que venció (85-90) al penúltimo en la clasificación, el Movistar Estudiantes, con quien empata a victorias (3) a dos jornadas de finalizar la primera vuelta. Lo mejor, el hecho de ver que el equipo guipuzcoano está muy vivo, que no se rinde y que, jugando como en las últimas semanas, luchará hasta el final por lograr la permanencia. Todavía están a dos triunfos de llegar a la cifra de la salvación, pero queda más de una vuelta por disputarse.

Los donostiarras llevaban nada menos que ocho campañas sin ganar en la pista de los colegiales. Un tiempo demasiado amplio que tenía que acabar si los de Porfi Fisac querían seguir vivos en la Liga Endesa. Y acabó. Con un partido más que completo, los visitantes salieron enchufados desde el principio. Un gran parcial en el segundo cuarto (1-12) abrió una brecha importante en el marcador (16-30) que seguiría hasta el descanso, donde los de San Sebastián, valedores de unos veinte minutos muy buenos, ganaban por 35-45. Las sensaciones eran muy positivas en un partido en el que, una vez más, los veteranos estaban liderando al equipo para ir a por la tercera victoria de la campaña.

Sin embargo, estaba claro que el encuentro no iba a ser sencillo para el RETAbet Gipuzkoa Basket. El Movistar Estudiantes  llegó a igualar el duelo (54-54), pero ahí aparecieron los hombres importantes de Fisac. El mejor partido de Llompart (27 de valoración), los 19 puntos de Landry desde el banquillo, 14 puntos más de Jordi Grimau... todos los jugadores aportaban para que la victoria se trasladara a territorio guipuzcoano, como así fue finalmente. Un resultado (85-90) que se queda corto cuando en el último cuarto llegaron a tener casi quince puntos de ventaja (63-77) y que en la segunda vuelta, por el average, puede pasar factura, pero una victoria que reafirma que los donostiarras están muy vivos en la Liga Endesa después de haber cambiado de entrenador.

Un equipo totalmente distinto 

Dos triunfos consecutivos. Primero ante el ICL Manresa (89-70) y después ante el cuadro estudiantil (85-90). Dos partidos siendo superiores al rival y llegando a anotar muchos puntos. En los últimos cinco partidos han llegado tres victorias y dos derrotas, una de ellas muy competida ante el Laboral Kutxa. Porfi Fisac ha dado otra cara al equipo, que ahora se muestra capaz de competir ante cualquier rival y de lograr victorias en pistas importantes. "No nos entierren, que todavía vamos a pelear". Palabra del técnico segoviano, que ha vuelto a dar un paso más hacia la permanencia. No es nada sencillo, pero en San Sebastián existe otra pinta, otra ilusión con la que todo es posible. Un equipo muy vivo para salvarse.