Aíto vuelve a hacerlo. El veterano entrenador sumará una nueva final europea a su extenso palmarés, esta vez en su primer año dirigiendo al Herbalife Gran Canaria, que firma la mejor actuación europea de su historia ocurra lo que ocurra en la final. De hecho, es la primera vez que el cuadro canario alcanza una final en su historia. No ha sido un camino de rosas pese al arrollador 21-1 que muestran sus números en la competición. Por el camino tuvo que deshacerse del poderoso Unics Kazan, finalista de la temporada pasada que fue apeado de la Euroliga por los pelos y llegaba tras eliminar al invicto Lokomotiv Kuban en su propia cancha.

Pero Aíto García Reneses es un entrenador curtido en mil batallas y conocía el camino que llevaba a la final de la Eurocup. Conocedor de la defensa que harían a Walter Tavares por su exhibición en la ida, el técnico madrileño dio galones de estrella a Levon Kendall y éste le respondió con un partido a la altura. Cuando más fuerte defendía el cuadro de Pashutin, ahí estaba la mano del canadiense para mantener el encuentro igualado y hacer que en ningún momento la parroquia local, que abarrotaba las gradas del Gran Canaria Arena, temiera por una remontada rusa.

Pero no fue sólo Levon Kendall quien brilló en esta histórica victoria. Albert Oliver volvió a estar atinado cuando más apretaba la presión y Txemi Urtasun se multiplicó en defensa para hacerle la vida imposible a dos de las máximas referencias rusas en ataque, Bykov y James White. También se aplicaron especialmente en defensa Tomás Bellas y Kyle Kuric, mientras que Eulis Báez fue el escudero de lujo de Levon Kendall para sumar puntos en el contador amarillo.

La mano de Aíto volvió a ser decisiva

El encuentro siempre estuvo controlado bajo el guion previsto por García Reneses, quien pese a los continuos intentos del conjunto de Evgeny Pashutin por voltear la eliminatoria, siempre encontró soluciones a los continuos movimientos que planteó el técnico ruso en esta particular partida de ajedrez entre técnicos. El cuadro canario, todo concentración y corazón durante todo el partido, acabó por no dar opción al Unics Kazan, que acabó acusando el nefasto primer cuarto del partido de ida.

El encuentro comenzó con Sergey Bykov desatado, anotando los siete primeros puntos de su equipo sin error en el lanzamiento. El Herbalife Gran Canaria fortaleció la defensa, planteando defensa individual sobre el exterior ruso sin descuidar otras referencias como Curtis Jerrels o James White. El aumento de intensidad en defensa se tradujo en un bloqueo ofensivo del conjunto de Kazan, que comenzó a perder balones y jugar incómodo. Esto provocó la máxima ventaja amarilla durante el partido (14-8), aunque no duraría demasiado la alegría, ya que Unics Kazan no permitiría que se repitiera el primer cuarto del encuentro de ida y reaccionaba por medio de James White, quien junto a Jerrels lograban un parcial de 0-8 para volver a tomar la iniciativa.

Ahí el partido se estabilizó de forma definitiva, ya que habría que esperar hasta el tercer cuarto para volver a ver ventajas de más de cuatro puntos. Las defensas se intensificaron más si cabe y ningún ataque tuvo fluidez, aunque al comienzo del segundo cuarto Kuric y Newley amenazaron con romper el partido al inicio del segundo cuarto al que se había llegado con 22-21. Solokov logró encontrar la manera de superar a Tavares para seguir sumando. Precisamente sobre Walter Tavares estaba clara la premisa rusa: prohibido permitir que reciba balón y, en caso de hacerlo, prohibido que se levante, pararle con faltas. Y así hicieron los suyos, el caboverdiano sólo podía sumar desde los 4,60m pero no contaba Pashutin con Levon Kendall. El canadiense asumió el reto de ser la referencia interior del equipo amarillo y fue el principal estilete en un segundo cuarto que transcurría entre continuas alternancias en el marcador, siempre equilibrado aunque de la mano de Kyle Kuric se fue con ventaja (40-36) el cuadro claretiano al descanso.

Tavares se hace notar

Quedaban 20 minutos para consumar el sueño y aparecieron los que faltaban. Tavares salió mucho más poderoso tras el descanso y tiró de recursos más desconocidos en su hoja de habilidades. El coloso caboverdiano anotó un mate tras rebote ofensivo, colocó un brillante tapón en las alturas a Sokolov y además anotó dos canastas consecutivas en suspensión desde el tiro libre. Todo ello en dos minutos. Ante el despertar del gigante, Pashutin dio con la forma de contrarrestar el poderío de Tavares. Ante la intimidación en la zona, introdujo a D’Or Fischer para poder jugar más por fuera y hacer daño donde no llegaba Tavares. Y lo hizo, el norteamericano anotó numerosas suspensiones desde cinco y seis metros.

La entrada de Fischer coincidió con el peor momento de los amarillos en el partido, que se atascaron en ataque y lo aprovechó el equipo ruso para volver a equilibrar el marcador y devolver la predominancia del marcador alterno a cada posesión, ya que mejoró mucho sus prestaciones en ataque el conjunto de Pashutin (53-55). Quedaban 13 minutos para conocer el desenlace final pero Albert Oliver, héroe en las últimas semanas, no quería ningún tipo de intriga y volvió a acertar desde el triple, una distancia desde donde sigue viendo el aro como una piscina.

Al último y decisivo periodo se llegaba con mínima renta amarilla (60-59), que se unía a los 13 puntos de ventaja que traían los amarillos desde Rusia, obligando al Unics Kazan a ofrecer una versión superlativa si querían salir de Gran Canaria con el pase a la final. Tras un triple inicial  de Kuric tocó zafarrancho de combate y el all in por parte rusa. Perdonaron dos triples liberados pero quien no lo hizo fue también desde seis metros D’Or Fischer, infalible desde esa distancia.

Desenlace y fiesta final

Y llegó el momento de la verdad, el de los valientes. El que no perdona y reparte éxitos y fracasos. Con cinco minutos por jugarse y el Unics Kazan intensificando la defensa, Herbalife Gran Canaria comenzó la defensa del punto más los 13 de la ida para meterse en una histórica final, su final. Kendall continuó sumando puntos desde su zona preferida de la cancha, Oliver y Bellas movían el balón con criterio y el tiempo seguía corriendo. Y con estas premisas, ante los desesperados intentos del cuadro de Pashutin por acortar la diferencia, los bases amarillos continuaron dejando acciones de highlight para además cerrar la eliminatoria con fiesta en las gradas.

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Sobre el autor
Gerardo Mayor
Periodista grancanario. Amante del deporte y el coaching. Antes, en el Herbalife Gran Canaria; ahora editor en VAVEL, escribiendo además sobre Liga Adelante, UD Las Palmas y Herbalife Gran Canaria.