Hay algunos jugadores que desafiando a la lógica incrementan su rendimiento pasados los treinta años. Cuando la mayoría empiezan un declive físico que se traduce en una aportación deportiva a la baja, estos otros parecen vivir su segunda juventud. Con Chichi Creus pasó algo así en los 1990 y, sin ir tan lejos, es lo mismo que ocurre con otros jugadores en activo: Felipe Reyes, Àlex Mumbrú y Albert Oliver.

El base del Herbalife Gran Canaria, que el próximo mes cumplirá 36 años, está acreditando un nivel excepcional de juego y sigue siendo pieza básica en los éxitos de su equipo, como también lo fue en el FIATC Joventut entre 2011 y 2013, normalmente saliendo desde el banquillo. Oliver está considerado uno de los mayores revulsivos de la Liga ACB gracias a su clarividencia y a la capacidad de anotar y sacar faltas. Un jugador que todo entrenador quisiera tener en su equipo cuando las cosas no pintan bien.

Formado en la inagotable cantera del Joventut, Oliver tuvo la oportunidad de debutar en la élite en la temporada 1996-97 de la mano de Alfred Julbe cuando jugaba en el vinculado de la Penya, el Sant Josep. Pero no llegó a formar parte de la plantilla del primer equipo. Así empezó un largo periplo que le llevó al Lleida primero y al Manresa después, ambos en la LEB, hasta que en 2002 el equipo del Bages ascendió a la ACB. Tras asentarse en la ACB al lado de Rafa Martínez, Raül Montañez y Ferran Laviña, en 2006 le fichó el Valencia. Más tarde jugó en el Estudiantes hasta que en 2011 regresó a Catalunya para incorporarse a la plantilla del FIATC Joventut.

De la mano de Salva Maldonado, Oliver se reivindicó en Badalona. Triunfó donde no le dieron la oportunidad de hacerlo y se convirtió en uno de los jugadores favoritos de la afición por su descaro a la hora de remontar partidos. Su ritmo y acierto en los lanzamientos permitió a los verdinegros protagonizar diversas remontadas con el base como gran protagonista.

Una oferta de renovación a la baja, que cuando era ya demasiado tarde rectificó el FIATC Joventut, propició el fichaje de Oliver por el Herbalife Gran Canaria. Aíto quería llegar con él a Las Palmas y lo consiguió. Y su pupilo no le ha defraudado en esas dos temporadas que lleva bajo sus órdenes vestido de amarillo. Sin ser habitualmente titular, Oliver acredita una media de 20 minutos por partido, con unas destacadas aportaciones: 8,5 puntos, 4,3 asistencias y 9,9 de valoración estadística, solo superado en este último apartado por los titulares Alen Omic (16,5) y Kevin Pangos (10,9).Asimismo, es el cuarto máximo anotador del equipo, por detrás de los citados Omic y Pangos y por Sasu Salin.

Precisamente es con el finlandés con quien rivaliza en aciertos en el tiro libre. Su impecable 90/96 (94%) se queda corto al lado del 39/40 (98%) que acredita Salin, aunque Oliver lidera este apartado en el ranking oficial de la ACB al no llegar su compañero al mínimo de lanzamientos exigidos.

Por último, destacar que la temporada pasada, en su regreso al Palau Olímpic, Oliver cumplió la máxima de ‘la venganza del ex’, al anotar 19 puntos (10 por encima de su media) y valorar 17 (casi el doble de su media, que fue de 9) contra el FIATC Joventut, aunque la victoria se quedó en casa (81-79).