Diego Ocampo, entrenador del Divina Seguros Joventut, ha comparecido en el día de hoy ante los medios en el típico Media Day que se celebra a principio de cada temporada. El gallego ha sido muy claro en cada una de sus declaraciones y ha dejado claro el objetivo principal del club para la temporada 2016/17.

En referencia a los cambios de la plantilla durante el verano, ha dicho que ''hay que cocinar bastante… La sal, la pimienta… Esto debe cocinarse lentamente. Una parte de la inteligencia es la capacidad de adaptación. Hemos fichado jugadores inteligentes. Es importante que nos adaptemos rápido. Yo al club, los jugadores a la liga… y que luego nos ayudemos mutuamente. Nosotros a los jugadores, ellos a nosotros. Un grupo tiene que encontrar química o nada funcionará''.

Para Ocampo, una de las referencias del equipo a nivel anotador tiene que ser Garrett Stutz. ''Es evidente que físicamente está aún lejos de su mejor nivel, pero cuando consiga el tono adecuado va a ser muy importante tener un jugador de esa altura, que además tiene buena muñeca a 3-4 metros del aro y no duda en hundirla''.

Sobre el objetivo, el gallego ha sido muy claro: ''La permanencia es el objetivo, sin ninguna duda. Pero eso no quiere decir que haya que hacer las cuentas de la lechera. Tenemos que trabajar muy duro e ir día a día mejorando''.

Otro aspecto importante para el club es la cantera, ''tenemos que ser un ejemplo para los jugadores de cantera. Hay muchos niños que se fijan en nosotros y nos copian. Hay que entrenar duro para ser competitivos y gustar a la gente''.

Una de las cosas que gusta a Ocampo es que el público le exija: ''A mí me gusta que sean exigentes conmigo. Profesores, padres… es importante ser exigido. Si haces tu trabajo para agradar a alguien, mal. Hay que trabajar para que la afición esté contenta, pero no para agradar, sino para que se sientan identificados y disfruten con el equipo''.

El gallego también ha sido muy rotundo en el aspecto de cómo enganchar a la gente para que se acerque al Olímpic. ''A la gente se le engancha con pocas palabras, porque las palabras se las lleva el viento. Y sin tópicos. A la gente se la convence con movimientos. No hay que hacer peticiones para que venga la gente, sino dar ejemplo y ofrecer un juego que enganche desde el primer día'', concluyó.