Saltó la sopresa en el Wizink Center. El FC Barcelona Lassa cayó derrotado en un partido en el que tan sólo en el segundo cuarto (31 puntos) recordó al equipo que en las anteriores cuatro jornadas era una máquina perfectamente engrasada y que le encumbraron como mejor ataque de la competición. Kevin Seraphin estuvo muy lejos del nivel exhibido en anteriores encuentros. El Barça se encomendó a la fiereza y garra del genial pívot catalán Pierre Oriola y al tremendo talento de Thomas Heurtel, aunque resultó insuficiente ante las ganas y energía del equipo estudiantil.

En el primer cuarto, los primeros minutos estuvieron marcados por ser un auténtico correcalles, con un Estudiantes obsesionado por anotar de tres puntos, obteniendo muy mal porcentaje desde el perímetro con 1-11 en triples. Barcelona Lassa por su parte, trataba de meter balones interiores a Tomic y a Seraphin, quien se mostró más desacertado de lo que nos tiene acostumbrado en este genial arranque de temporada para el francés.

Estudiantes, a pesar del enorme desacierto en tiros de tres, consiguió irse arriba en el marcador al final de estos primeros 10 minutos gracias a jugar con mayor intensidad. El FC Barcelona Lassa ofrecía un juego muy apático, con escasa fluidez en ataque y muy dormido.

Una bestia suelta por la pista

 Sito Alonso buscaba soluciones en el banquillo de cara al segundo cuarto, e introducía un quinteto nuevo. Entraban en acción Thomas Heurtel, Oriola y Vezenkov para dar un nuevo aire a su equipo. Especialmente decisiva fue la entrada de Pierre Oriola, quien cambió el signo de partido nada más saltar a la pista anotando de dos, ofreciendo soluciones a su equipo en el bloqueo y continuación, peleando el rebote y contagiando a su equipo para aumentar la intensidad. El pívot catalán se iría al descanso con 10 puntos, 3 rebotes, 2 asistencias y 4 faltas recibidas. Casi nada. Thomas Heurtel le escudó a la perfección, con 12 puntos en el cuarto. El club culé imprimía una marcha más a su juego y se podía escapar en el marcador (36-45) . Renta que pudo ser mayor de no ser por la aportación de Landesberg.

Salva Maldonado era consciente de por donde se le estaba escapando el partido y daba instrucciones a los suyos para ajustar la defensa ante el enorme poderío interior de Oriola, que se estaba mostrando imparable.

Efecto Landesberg

Tras la reanudación la premisa estaba clara, frenar la brecha que estaba sufriendo en la zona interior. El mensaje fue captado por los pupilos de Salva Maldonado, que se enchufaban en defensa y no permitían tiros tan cómodos del Barcelona Lassa. En ataque, el club colegial se encomendaba a su líder indiscutible, Sylven Landesberg, que ofrecía todo un recital con 13 puntos en el cuarto, casi todos los de su equipo. Impresionante la cantidad de recursos del americano-israelí, que anotaba canastas de todos los colores, en penetración, al poste bajo, tiros de media distancia. Todo un especialista defensivo como el húngaro Adam Hanga, se mostraba incapaz de frenarle. 

El FC Barcelona Lassa conseguía sumar algunas canastas gracias a un triple de Heurtel, un tiro libre de Hanga, una canasta de dos de Moerman, dos libres de Tomic y dos triples de Pressey y nuevamente Moerman que permitían contrarrestar el efecto Landesberg a los culés y mantenerse arriba en el marcador por (55-61).

Se llegaba al cuarto definitivo, en el que se tendría que decidir el partido. Y se hacía con la la firme voluntad por parte del equipo estudiantil de seguir con sus opciones de llevarse la victoria en su cancha. Inquebrantable la fe de los colegiales que merced a una gran defensa que ahogaba los ataques culés y a que se despojaron de la dependencia en ataque de Landesberg les impulsó a ir reduciendo la renta en el marcador poco a poco. El FC Barcelona Lassa parecía un espejismo respecto al ciclón que fue en el segundo cuarto, y tenían serias difucultades para sumar canastas. Alec Brown con un triple, Cvetkovic y Vicedo con canastas de dos, marcaban el camino y situaban a su equipo a un punto del Barça (62-63) a falta de 6:47 para el final.

Un tiro libre de Pressey y una canasta de dos de Tomic daban un poco de aire a los de Sito Alonso (62-66). Pero los colegiales no se iban a salir de la senda que les había llevado hasta ahí. Hakanson clavaba un triple a su ex equipo y volvía a colocar a los suyos a un punto. Hasta ahí le llegarían las fuerzas y el acierto a los culés, que desperdiciaban un ataque tras otro mientras que Movistar Estudiantes se lo empezaba a creer. Por primera vez en todo el encuentro, la fortuna empezaba a sonreir a los madrileños desde la línea de tres. Cvetkovic primero, y Alec Brown después, anotaban sendos triples que minaban la moral culé y que junto con una canasta de Landesberg les situaban siete puntos arriba (73-66). Heurtel cometió una falta antideportiva y en ese instante acabaron por esfumarse las esperanzas del club de la ciudad condal. El club colegial conseguía su segunda victoria consecutiva en Liga Endesa por 80-70, lo que unido a las dos victorias en la Champions League, confirma su buena trayectoria con cuatro victorias consecutivas.

El enorme detalle solidario

Movistar Estudiantes quiso tener un gran gesto con las víctimas de cáncer de mama y las gradas se tiñeron de cartulinas rosas en apoyo a quienes sufre esta enfermedad. El Wizink Center lució precioso en el inicio, a lo que se sumó que el conjunto estudiantil disputó este partido con una equipación totalmente rosa. Chapeau por la dirección deportiva por mostrar estos valores en el deporte.