Llegaba el baloncesto a Sar y un público entregado llenó el pabellón con ganas de ver a su equipo darle las alegrías del pasado. En el recuerdo estaba el Obra triunfador de Hummel y Kendall, pero lo que se dejó ver por la pista santiaguesa fue una versión muy verde de un equipo al que le queda mucho trabajo por delante. Sólo Pumprla, Muscala (aunque con una actuación decreciente) y Scott dejaron detalles positivos en una tarde muy dura para los de Moncho Fernández. Enfrente, La Bruixa d'Or Manresa, que tras el susto de la temporada pasada, ha realizado un gran trabajo en verano, montando un equipo joven y agresivo que no va de farol. Quienes pensaban que la victoria de la primera jormada era un espejismo, se dieron de bruces contra la realidad. Este equipo puede apuntar alto.

Los primeros compases del partido, fueron un toma y daca en el que el Manresa obtuvo las primeras ventajas gracias a un acierto espectacular más allá del 6,75. Salva Arco asumió el rol de líder, mientras que en el bando gallego también Corbacho comenzó acertado en un duelo de cañoneros. Los visitantes cargaron más y mejor el rebote, algo que pareció más acentuado de lo que reflejan las siempre socorridas estadísticas. Cada fallo de los manresanos se acompañaba de un rebote ofensivo y triple, que acabaron por minar la moral del equipo gallego, para desesperación de Moncho y de la parroquia santiaguesa. No acertó el técnico a dar en la tecla con el base, ya que ni Xanthopoulos ni Rafa consigueron dominar el partido. Quizás en eso también tuvo mucho que ver la sobresaliente actuación de Dominic Waters, que acabó con 13 puntos, con un acierto del 75% en tiros de dos.

Bultó se erige en protagonista y el Obra se pierde en ataque

Conforme se acercaba el descanso, tres protagonistas hasta el momento inéditos, dejaron su huella en Sar. Seis faltas en contra en apenas minuto y medio, algunas de ellas muy dudosas, encendieron a la afición y descentraron al Obradoiro. La Bruixa d'Or aprovechó esa circunstancia para aventajar a sus rivales en 4 puntos al descanso (39-43). El escarnio se reprodujo a la vuelta de los túneles de vestuarios, con otras tantas faltas en contra de los locales en poco más de dos minutos. No obstante Manresa siguió jugando mucho más y mejor y castigó continuamente al Río Natura Monbus hasta firmar un demoledor parcial, de 15-25, en el tercer período.

Para aquel entonces el Obra no encontraba su seña de identidad, la defensa, y se mostró perdido en ataque. Corbacho se diluyó y Dewar firmó una actuación muy negra, mientras que Muscala, lastrado por las faltas, y Minnerath, desaparecido en todo el partido, dejaron huérfanos de puntos a los locales. Asumió el protagonismo anotador Mario Delas, que pese a acabar con 10 puntos y 12 de valoración, dejó en el ambiente la sensación de ser bastante débil, tanto en ataque como en defensa. Circunstancia que, a buen seguro, Moncho corregirá conforme vaya avanzando la temporada. Quien si que tuvo una actuación muy positiva, fue Durand Scott. El escolta jamaicano se atrevió con todo, y pese a no anotar ningún triple, si que generó mucho peligro con sus entradas a canasta.

Eriksson se enciende para acabar con la resistencia santiaguesa

Por parte de los visitantes Salva Arco continuó con su particular exhibición, al tiempo que Marcus Eriksson anotó sin parar hasta llegar a los 18 puntos. Triples, canastas al límite, y reversos espectaculares que la defensa gallega fue incapaz de parar. También brillaron Larsen, el jovencísimo danés que encandiló al Nou Congost en la primera jornada, Arteaga y Josh Asselin, percutiendo, una y otra vez, el rebote ofensivo.  Otros 20 puntos anotados por los manresanos en el último cuarto, terminaron por fundir a un Obradoiro incapaz de reaccionar.

La afición se quedó helada ante la demostración de acierto visitante y despidió a su equipo con aplauso animándoles a seguir trabjando. Como han avisado técnicos y colaboradores del Río Natura Monbus a lo largo del último mes, el Obra aún está muy verde y queda mucho por trabajar. La discutible actuación arbitral, especialmente en los cinco minutos antes comentados, no deben servir como cortina de humo para ocultar el que probablemente haya sido el peor partido del Obradoiro en los dos últimos años, y el menos lucido en casa dsde que Moncho Fernández se hizo cargo del equipo hace ya cuatro años.

Por su parte, el equipo de Borja Comenge, que la semana que viene recibirá al Barça, sigue mirando hacia arriba, con un equipo que ha dado muestras en este comienzo de campeonato, de ser muy sólido. Por lo de pronto, tras aplastar al Río Natura Monbus a domicilio, y a falta de que se complete la jornada, duerme como merecido líder de la Liga Endesa.