El Río Natura Monbus venció en un duelo eléctrico, vibrante, cargado de dramatismo e incertidumbre en su tramo final, después de tenerlo dominado durante la totalidad del encuentro. El equipo local acabó con el corazón en un puño, pero supo templar ánimos para ganar por segunda semana seguida, y cerrar la primera mitad del curso liguero con buena nota, seis victorias en su casilllero, y la sensación de haber vuelto a dar con la tecla. El Bilbao Basket, ya sin opciones de estar en Málaga dentro de dos semanas, consecuencia de la victoria del CAI, peleó el partido hasta el último suspiro, cuando terminó claudicando ante la patente superioridad de las huestes de Moncho Fernández.

Exhuberancia obradoirista y dominio de Pumprla

Ya de inicio se vio a un Obradoiro más intenso, más acertado y más voraz que su rival. No obstante respondieron los Hombres de Negro con acierto durante los dos primeros minutos, momento en que los gallegos se parapetaron, cerraron filas y desde la trinchera hicieron retroceder al Bilbao Basket. El Obradoiro atacó con fluidez, rápido en las transiciones, nada retóricas, que aprovecharon cada mínimo resquicio en la zona bilbaína para anotar. Lo hizo con cadencia perfecta Mike Muscala durante los diez primeros minutos. Su tiro de media distancia es un lujo que los aficionados de Santiago degustan como un elixir embriagador. La dirección de juego, magistral por parte de Rafa Luz, y posteriormente por Xanthopoulos, minimizaron el paso por Sar de un mago del balón como Raúl López. Desde la larga distancia también se mostraba acertado el Obradoiro, que concluído el primer parcial, mandaba con solvencia en el marcador (26-16).

Intentó reponerse el Bilbao Basket. El base de Vic cedió protagonismo a Álex Mumbrú, que completó una semana pletórica con otra lección de baloncesto. Anotó 33 puntos, récord en su carrera, y superó la barrera de los 600 triples en la Liga Endesa. Fue, el segundo cuarto, tiempo de rotaciones. Cambiaron los nombres, pero no las sensaciones que estaba mostrando el combinado obradoirista. Los jugadores locales parecieron más altos, más fuertes y más rápidos. La intensidad fue la clave, y a partir de ahí el Río Natura fracturó el partido y coqueteó con los 20 puntos de colchón. 

El partido empezó a sumirse en espirales de acierto y descontrol por parte de ambos contendientes. Los parciales se sucedieron en el tiempo en que Moncho dio descanso a Muscala, Delas y Corbacho para blindarlos de las faltas, consciente "El Alquimista" que los necesitaría para el ulterior duelo. Fueron bien reemplazados por Oriol, Micky y Dewar, y el marcador fluctuó entre los 9 y 18 puntos. La encomiable actuación de Pavel Pumprla, dueño y señor del cielo santiagués, le valieron la primera gran ovación de la mañana cuando fue permutado por Durand Scott. El checo, con 11 puntos, 5 rebotes, 3 de ellos en canasta rival, y 4 asistencias, fue el más destacado en el cuadro gallego. Se llegó al tiempo de asueto con un 46-34, y con la sensación de que el Obradoiro tenía el partido controlado.

Mumbrú toma el mando

Ya en el segundo tiempo, salió más agresivo el equipo de Rafa Pueyo, consciente de que el tiempo, otras veces aliado, esta vez corría en contra. Mumbrú, Raúl, Bertans y Gabriel abrieron fuego desde lejos, con buenos porcentajes, apoyados en las cuatro faltas técnicas que el trío arbitral señaló en contra del equipo local. Una a Corbacho por protestar, después de ser penalizado con falta en ataque, otra a Mario Delas, y dos a Xanthopolulos por visitar el paqué, desquiciaron a los santiagueses que nunca dejaron de mandar en el luminoso.

Se acercó a tres puntos el equipo bilbaíno, pero fue incapaz de aprovechar las oportunidades de generar más dudas en un partido que ya se había convertido en ruleta rusa. El férreo dominio del envite ejercido por los locales se fue reduciendo paulatinamente, pero no le tembló el pulso a los estiletes obradoiristas, cuando la situación parecía más adversa. Corbacho anotó 15 puntos, y Scott clavó un triple cuando más inquietante se tornaba el panorama. Mario Delas firmó una actuación muy solvente y acabó con 13 puntos.

Rafa y Xanthopoulos marcan el ritmo, el Bilbao claudica

Fue una mañana en la que los dos timones del Obradoiro fueron dos relojes suizos. Precisos, acertados, sin fallo. Rafa Luz con la habituual garra que lo caracteriza, y excelso en el tiro exterior. Xanthopoulos se encarnó en Homero, y al igual que su compatriota miles de años atrás, salió vitoreado por el respetable. Bien lo mereció su mejor actuación con la camiseta del Obradoiro, con un triple estratosférico incluido, y con una lectura del juego magistral. Vassilis interpetó su particular Odisea, y en 20 minutos anotó 8 puntos y repartió 5 asistencias.

A los visitantes se les cerró el aro en los momentos de la verdad, y no fueron capaces de consumar una remontada épica. Recuperó la sonrisa - y la respiración - el público asistente al Fontes do Sar, que tras una primera parte exhuberante vio en la lona a su equipo, al que espoleó hasta el último aliento, y celebró, puesta en pie, que los 20 último segundos no eran si no el aperitivo antes de catar el sabor de la victoria, por primera vez en el recinto santiagués en 2014. 

Cierra, con una sonrisa la primera vuelta el Obradoiro. Seis victorias a estas alturas de curso, es una cifra nada desdeñable de cara a asegurar la permanencia. Mejoran, además, las sensaciones, con la dinámica buena después de la histórica victoria en Murcia, y del triunfo, de altura, contra Bilbao Basket. También clausura, con alivio, el equipo vasco una primera vuelta tormentosa, que arrancó de forma inesperadamente negativa, y que tuvo en vilo el "efecto Miriilla" ante la imposibilidad de encontrar patrocinador. Pueden respirar tranquilos en Bilbao, y afrontar, con plenas garantías, una segunda parte del curso tan ilusionante como exigente, con el desafío de seguir avanzando en Europa, y de llegar a la zona noble de la clasificación en mayo.