El Cajasol de Aíto García Reneses acaricia los Playoffs por el título. La victoria en Santiago, la décimo séptima del curso, unida al pinchazo del Laboral Kutxa contra el Gipuzkoa Basket, deja a los sevillanos en una situación privilegiada, a falta de tres partidos para que concluya la fase regular.

No fue una empresa fácil, pues enfrente esperaba un Obradoiro ya salvado, que quería brindar un triunfo a una afición a la que homenajearon en los prolegómenos del encuentro. Una pancarta que rezaba "Gracias afición, Gracias Sar. Un año más en Liga Endesa", con la que plantilla y cuerpo técnico agradecieron el incondicional apoyo que los seguidores han brinado al equipo durante una temporada muy larga, dura, y en la que no han faltado las adversidades. 

Una tarde que se presentaba como festiva, de celebración, por partida doble, festejando la salvación y el centenario de Alberto Corbacho, y que acabó en bronca, terrible, hacia un trío arbitral que se erigió en innecesario protagonista cuando Cajasol rompía por méritos propios el partido. Las expulsiones de Corbacho y Moncho Fernández, terminaron por encender a las despobladas gradas de Sar. Los precios populares lucharon contra el horario intersemanal, y el goteo de público fue constante, debido a la hora a las que se disputó el encuentro.

Muchos errores y pocos puntos

El Cajasol, consciente de lo que estaba en juego, exigido tras la victoria del Joventut en la tarde anterior, salió muy enchufado, bajo la batuta de Tomas Satoransky, y con el acierto de Scott Banforth. El Obradoiro se mostró desconcertado en ataque, torpe y descuidado en las transiciones, falto de acierto de cara al  aro. Pavel Pumprla tiró del cuadro gallego, sin poder evitar que los andaluces tomaran las primeras ventajas (11-19).

Se aplicó en defensa el Río Natura Monbus, que empezó a ver con mayor claridad canasta con la entrada de Ben Dewar, Durand Scott y Richi Guillén. El veterano pívot hizo gala de su experiencia y volvió a dar una lección de cómo leer el juego, con tres asistencias magistrales. Movió a sus compañeros y generó ventajas que los atacantes santiagueses no perdonaron bajo el aro. El Cajasol se ahogó en la excelente defensa de los de Moncho Fernández, sólo espoleados por algún triple de Marcus Landry. A la contra, sobre la bocina, Scott puso por primera vez al Obradoiro por encima, justo antes del descanso (32-31).

No pareció cambiar mucho el panorama en el segundo tiempo. El equipo gallego salió dispuesto a encarrilar el partido, y sumó un 7-0 de entrada que dejó noqueado a los de Aíto, incapaces de anotar en jugada durante cinco minutos, con sólo dos puntos sumados desde el tiro libre.

Porzingis-Satoransky, manda la juventud

No obstante, reaccionaron los sevillanos, esta vez sostenidos por el jovencísimo Kristaps Porzingis, que volvió a dar muestras de su inabarcable calidad. Percutió a la zaga obradoirista desde posiciones interiores, y que acabaría dinamitando el partido con un lanzamiento desde la larga distancia. El letón de 19 años, acabó con 13 puntos y 10 de valoración, muy importantes a la hora de decantar el partido del lado cajista.

Si antes habían sido los andaluces quienes se mostraron inoperantes, durante los cinco minutos que siguieron se le apagó la luz al Obradoiro, y con un parcial de 3-10, el Cajasol se marchó uno arriba al último cuarto (42-43).

Con Scott Banforth, Porzingis y Satoransky, MVP del Partido con 13 puntos, 4 asistencias y 7 rebotes), abrió paulatinamente distancias el Cajasol, dejando el envite practicamente cerrado a falta de cinco minutos. Lo intentó Corbacho, esta vez batallador en defensa, pero menos inspirado en ataque, que consiguió anotar el triple de cada partido, hasta que los árbitros le sacaron del mismo.

Fue un minuto dramático. Un error del Obradoiro, y a la contra los pasos de Scott Banforth esquivando la defensa del mallorquín, no señalados por los hombres de naranja. Se encendió el alero obradoirista, que acabaría por explotar 10 segundos más tarde. Acosado durante todo el encuentro por la pegajosa - e ilegal- defensa que aplicaron sobre él sus defensores, fue sancionado con falta, la cuarta, cuando trataba de recuperar un balón, robado en esa acción, al límite del reglamento, por un jugador visitante. No dudó en protestar Alberto, airadamente al colectivo arbitral, que le señaló una falta técnica, con la consiguiente expulsión del encuentro. Se retiró al banquillo desquiciado al balear, aplaudido por el público santiagués.

Y cuando aún se recuperaba del susto la parroquia gallega, fue expulsado Moncho Fernández, sancionado con dos técnicas consecutivas, que le obligaron a retirarse al vestuario. Aclamó la afición a su entrenador, y explotó contra Pérez Pizarro Sergio Manuel y Araña, que se convirtieron en desafortunados protagonistas, desluciendo la meritoria victoria del Cajasol.

Ganaron con solvencia los sevillanos (56-70), que dan un paso de gigante en la lucha por el Playoff, y se sitúan sextos, igualados con el CAI Zaragoza, con una victoria sobre el Baskonia, y dos por encima de Joventut y GBC. Caminan triunfales los andaluces en una temporada brillante, con un equipo muy joven, que hace vibrar a San Pablo.

El Obradoiro, con el objetivo ya cumplido, visitará la semana que viene Vitoria, donde buscará repetir el éxito del pasado curso, para cerrar la actual temporada, con buenas sensaciones.