Juanjo Triguero, pívot valenciano de 30 años y 2,12 mentros de altura, se convierte en nuevo jugador del Río Natura Monbus Obradoiro, tal y como adelantó Encestando a través de Twitter en la noche del jueves. Esta misma tarde Galicia en Goles confirmaba que el jugador había dado el OK, y el club santiagués no tardó en oficializar la noticia. El acuerdo se prolongará durante las dos próximas temporadas, en las que el veterano y expermientado pívot cargará con la responsabilidad de hacer olvidar al tándem Muscala-Junyent.

Triguero, que debutó en liga ACB de la mano del Murcia, y tras varias temporadas en el Club Baloncesto Sevilla, en donde jugó más de 170 partidos entre Liga Regular y Playoffs, fue reclamado por Velimir Perasovic, y fichó por el ambicioso proyecto del Valencia Basket. A orillas del Turia tuvo que asumir responsabilidades, consecuencia derivada de las múltiples lesiones con las que lidió el equipo "taronja" a lo largo de un curso histórico. Su elevada efectividad en el tiro de 2 (68% de acierto), contribuyó a llevar al Valencia a la segunda posición en la fase regular, y a ser campeón de la Eurocup.

El valenciano, subcampeón del Europeo SUB20 de Lituania en 2002, fue convocado por la absoluta en el verano de 2010 en calidad de invitado, para preparar el Mundial de Turquía.

"Juanjo aportará una consistencia defensiva importante"

José Luis Mateo explicó en la web del club que "en ataque sabe moverse sin balón" y añadió que "su actividad y rebote también nos permitirán sumar". Por último, afirmó que "nos hará mejores cada día porque va al cien por cien en cada entrenamiento y será también un jugador importante en el vestuario".

Segundo jugador interior

El Río Natura Monbus continua adquiriendo piezas para su puzzle, y con el fichaje de Triguero incorpora al segundo jugador interior, tras la llegada del ala-pívot alemán Maxi Kleber. A falta de tres incorporaciones en la pintura, y un hombre exterior, Rafa Luz, Pepe Pozas, Fran Cárdenas, Alberto Corbacho, Adam Waczynski, Pavel Pumprla y los mencionados Kleber y Triguero, ilusionan a todo el obradoirismo.