El Rio Natura Monbus Obradoiro es experto en fichar a jugadores desconocidos y sacarles su potencial. Este parece ser el objetivo con Adam Pechacek. Un ala-pívot checo de 2,07 metros y 21 años que ha firmado con Obradoiro por cuatro temporadas. Una apuesta a largo plazo en la que exprimir todo el potencial del joven jugador. Presenta unas condiciones físicas extraordinarias que le ayudarán a triunfar. En principio parte en la última posición en la rotación pero su capacidad de trabajo y para progresar pueden hacer que ascienda muchos puestos en la plantilla.

Pechacek procede del AZS Koszalin, donde ha promediado 13.4 puntos (54.3% en tiros de dos, 34,7% en triples y 90.0% en libres) y 5.2 rebotes en 23.3 minutos, en una Liga Polaca a la que llegó en enero, cedido por el Reggio Emilia italiano, con quienes había disputado hasta entonces la Lega (1.7 puntos y 0.6 rebotes en 4.5 minutos) y la Eurocup (1.8 puntos y 1.2 rebotes en 7.4 minutos).

José Luis Mateo, director general del club gallego, afirmó que "Adam es un jugador con potencial, a quien hemos fichado dentro de un plan a medio y largo plazo, pero que puede sumar cosas al equipo desde el primer día. Su polivalencia le permite ocupar los dos puestos interiores y más allá de su capacidad de pase, su mano izquierda o su puntual lanzamiento exterior, su perfil de trabajo y lucha se ajusta a lo que queremos".

El entrenador del Rio Natura Monbus Obradoiro, Moncho Fernández, explicó que “es un jugador muy joven que creemos que tiene un futuro esplendoroso, de ahí nuestra intención de hacer un contrato tan largo con él”.  También ha asegurado que, a pesar de ser un jugador muy joven “tiene experiencia, físico y, además, experiencia de vida sobre todo”. Moncho ha definido a Pechacek como un jugador “adicto al trabajo” y “físicamente potentísimo” que se desenvuelve “en todas las posiciones ya que puede hacer cosas en el poste bajo, en la pintura, puede tirar, defender en las dos posiciones y, sobre todo, aportar intensidad al juego”.

Por su parte, el jugador ha explicado que quiere “demostrarme a mí mismo y a todas las personas que han confiado en mí (entrenadores y club) que tengo capacidad para jugar en esta liga, que tiene el mejor baloncesto de Europa. Esto es lo más importante para mí y también lo es para mi país, la República Checa, porque quiero demostrarles que los jugadores jóvenes pueden hacer buen baloncesto”. 

Durante la pretemporada, los buenos número de sus compañeros lo han dejado un poco en segundo plano. No es un jugador de muchos minutos en pista pero si ha aprovecha los que el míster le ha dado. Una media de 7-10 puntos por partido y una gran capacidad reboteadora avalan su incorporación a las filas del conjunto compostelano.

El jugador checo jugará con el número 23. “Mis padres nacieron el 23 de noviembre. Mismo año, mismo mes y mismo día. Cuando me mudé a Italia me dieron el número 23. Veo el número 23 en todos lados. Me sucede cuando miro la hora y son las 23.11h o en el aeropuerto tengo que embarcar por la puerta 23. Es un número mágico para mí”, explicó Adam.

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Sobre el autor
Rosa Vázquez
Periodista amante del deporte, en especial baloncesto y fútbol.