Todavía con la sonrisa en la boca tras la gran victoria en la Copa del Rey, los blancos afrontaban un partido tremendamente exigente visitando al campeón alemán. Comienzo de la segunda vuelta en este mortal Grupo F de Euroliga, con cada partido siendo una final. Ambiente de lujo en un pabellón bávaro abarrotado hasta el techo. Con esas premisas amanecía un duelo claramente dominado por los locales, que imponían un parcial demoledor de 10-0. Tiempo muerto de Laso que abroncaba a los suyos. Llull activaba el marcador blanco con dos triples consecutivos, pero el croata Radosevic respondía con acertados tiros a media distancia.
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Ante la zozobra blanca, Laso movía el banquillo renovando el juego interior con la entrada simultánea de Augusto Lima y Felipe Reyes. Paulatinamente iban reaccionando los madridistas gracias a su poder desde el perímetro. Pero Trinchieri también dispone de sus armas y puso en pista a Darius Miller para que aportara en ataque. Llull enchufaba su tercer triple y la ventaja local se iba limando a base de mucho esfuerzo. Factor clave fue la aportación de Reyes dominando la pintura. Reacción merengue y final del primer cuarto 26-23.
Lucha e igualdad
Seguía el intenso intercambio de canastas entre los dos conjuntos. Los alemanes estaban viendo aro con facilidad, mientras que los blancos practicaban el efectivo pick&roll entre Sergio Rodríguez y Lima. Se materializaba la remontada blanca con el triple de un Reyes que hacía de todo. Después de la tremenda caraja inicial los de Laso habían reaccionado e imponían un 5-20 de parcial. Evidentemente Trinchieri tenía que volver a mover piezas y ponía de nuevo en pista a Radosevic. Pero Lima seguía con ansía viva, machacando el aro rival sin piedad. Reaccionaban al fin los alemanes con el 3+1 de Wanamaker. Duelo muy intenso y rápido.
Ahora eran los madridistas los que dominaban el marcador, al ritmo de un Sergio Rodríguez muy incisivo y entrando en la pintura rival a base de manejo de balón para dejar bandejas de calidad. Tiempo muerto de Trinchieri, que buscaba soluciones. Parece que funcionó la bronca del coach italiano, y los bávaros volvían a la pomada con puntos de sus estrellas Nicolo Melli y Radosevic. Los alemanes daban un golpe en la mesa, resistiendo la acometida merengue y se ponían de nuevo arriba en el electrónico. Con el alley-hoop sobre la bocina culminado por Jeffery Taylor culminó la primera mitad (45-46). Espadas en todo lo alto.
El Madrid toma ventaja
La segunda parte comenzaba con un 2+1 de Llull, que aprovechó a la perfección para forzar falta y enchufar a cinco metros. Seguía on fire el Aeroplano de Mahón, que afianzaba su festival ofensivo anotando su cuarto triple del partido sin fallo. Era un momento clave, y los blancos olían la sangre, como el asesino mormón Jaycee Carroll, que conectaba otro misil desde el 6.75 y ponía la ventaja en la barrera de los diez puntos. Nuevo tiempo muerto del Brose, que tenía que frenarlo a toda costa. Y lo supieron hacer con un Darius Miller muy caliente, y que enchufó hasta tres triples consecutivos.
El Madrid se volcaba en el juego interior, aprovechando la calidad de un Ayón siempre diligente en la pintura. Pero el Brose aguantanba espoleado por un Miller en estado de gracia. Los dos conjuntos llegaban ya al bonus de personales en una batalla de desgaste. La combinación Reyes-Ayón seguía percutiendo al Brose. Los bávaros no perdían la cara al partido y buscaban sus jugadas, pero Llull era un martillo pilón desde la larga distancia y aumentaba la diferencia con su quinto triple. El tercer parcial culminaba 65-72, con ventaja visitante pero mucho por disputar.
Importante victoria a domicilio
Los alemanes salieron con las pilas cargadas en los minutos finales. Parcial de 10-2 potenciado por un Wanamaker insolente, que seguía enchufando desde la media y larga distancia. Gracias a ello y la apatía de los merengues en ataque, el Brose se ponia de nuevo por delante en el marcador tras muchos minutos. Tiempo muerto de un desesperado Laso. La falta de pegada del Madrid fue directamente cortada con un nuevo triple de un asesino Sergio Llull. Pero los blancos no estaban intensos en defensa y llegaban tarde a las marcas, lo que propició la canasta exterior de Nikos Zisis.
Minutos de la verdad, donde los veteranos de mil batallas se veían las caras. Zisis seguía cargándose con los tiros importantes. Por el Madrid El Chacho volcaba balones a un resolutivo Ayón. Defensas duras por los dos conjuntos. La últimas transiciones fueron muy intensas y con fallos por ambos equipos. Gracias a las manos largas se agotaban las posesiones, y finalmente un tapón del excelso Gustavo Ayón fue decisivo para la victoria. Los madridistas se llevaron el apretado duelo (86-90) y ponen el 5-3 en este mortal Grupo F del Top 16.