Jeffery Matthew Taylor, Ostergotland (Suecia), 1989, alero, 2.01 cm, 102 kilos. Hijo del que también fuera jugador profesional Jeff Taylor y de una madre blanca y sueca, su carrera ha sido curiosa desde el principio. Se crió en Europa durante un tiempo, pero rápidamente fue a la Universidad en Estados Unidos. Fue drafteado en la segunda ronda (puesto 31), por los Charlotte Bobcats en el 2012. Su debut no fue malo, y en la primera temporada salía con frecuencia desde el banquillo, aportaba algunos puntos y jugadas llamativas. Daba la sensación de que podría hacer carrera, pero se rompió el talón de Aquiles y se pasó la siguiente campaña en el dique seco. Después de aquello no tuvo oportunidades.

Llegó al Madrid como un hombre explosivo, con la necesidad de dar puntos y refresco tanto a Rudy Fernández (que venía de otra temporada plagada de dolores en la espalda) y Maciulis (que pese a ser un portento físico ya va cumpliendo años). Quizá por ello, por las expectativas llegó algo desorientado. No pudo hacer la pretemporada por problemas en los isquiotibiales, y entró en los primeros partidos de la Liga como pollo sin cabeza, sin conocer las reglas Fiba y cometiendo frecuentes pasos, dobles y faltas desesperadas.

La evolución de Jeff

Por ello Laso se puso en el banquillo, se quedó de los últimos en la rotación, y durante varias jornadas ni siquiera estaba entre los convocados. Que durante un tiempo fuera un descarte más frecuente que Luka Doncic, le hizo pensar a muchos que era su condena de muerte, y que pasaría un año aciago y luego saldría del club por la puerta de atrás. Sin embargo, hubo un renacer, en gran parte motivado por la lesión de Rudy, que tuvo que pasar por quirófano y se perdió tres meses y medio de competición. 

Calentando antes de un partido (Noelia Déniz - VAVEL)
Calentando antes de un partido (Noelia Déniz - VAVEL)

Y ahí reaccionó Taylor. Laso le hipermotivó y ayudó para que se adaptara a las necesidades del equipo y las reglas de la Liga. De nada vale meter una canasta espectacular si luego desapareces durante diez minutos. Y el alero se volcó en defensa, aprovechando su enorme velocidad y músculo. Comenzó a defender a la perfección a los tres altos de los rivales y se ganó un puesto en la titularidad, incluso por delante de Maciulis. Habría que ver como se adaptaba a la vuelta de Rudy, pero lo hizo de nuevo bien. Podía jugar el balear como falso escolta, o incluso meterse Taylor como cuatro bajo en fases del encuentro. Laso había encontrado un comodín.

Explosividad e intendencia

Para la presente temporada el Madrid se ha reforzado en varios puestos, pero ha permanecido el mismo bloque de los aleros. Mientras que por necesidades y marchas, como la del Chacho, se ha tocado el puesto de base (Draper) y sobre todo el interior (Randolph, Álex Suárez, Hunter), Laso no ha querido tocar lo que estaba funcionando bien. Y es que en el puesto de alero tiene tres variantes. Por un lado Rudy como el hombre franquicia, el más completo en el balance ataque-defensa y el que se suele echar los partidos a la espalda (junto con Llull), cuando la cosa va mal.

Celebrando una canasta contra el Iberostar Tenerife (AC>B.com)
Celebrando una canasta contra el Iberostar Tenerife (AC>B.com)

Por otro lado está Maciulis, un veterano que ha dado mucho saneamiento a los blancos, pero tampoco puede jugar ya treinta minutos por partido, y en ocasiones se estanca en ataque sino tiene la muñeca caliente. Y luego está Taylor, que ha venido a dar un punto intermedio ente los anteriores. Ha demostrado que si se pone puede defender tan bien como Rudy, a su estilo, pero es capaz de volver loco a su marca si se le pega cual sombra. En ataque no tiene un gran tiro exterior (tira poco pero si acierta con frecuencia), y si entra a canasta o acompaña la jugada a tiempo es muy difícil pararle. Esto será lo que le pida Laso cada vez con mayor frecuencia.

Temporada muy larga

Otra de las claves por la que Taylor puede ser un elemento importante del equipo, es la tremenda carga de partidos que van a sufrir los blancos. Muchos de sus jugadores ya llegan de pasarse otro verano sin descanso, como es el caso de todos los internacionales que han disputado los Juegos Olímpicos. A ello se suma que la Euroliga este año tiene más partidos que nunca y en un grupo único, como no te pongas las pilas desde el inicio te quedas directamente fuera de las eliminatorias. 

En el banquillo junto a Rudy Fernández (Noelia Déniz - VAVEL )
En el banquillo junto a Rudy Fernández (Noelia Déniz - VAVEL )

A todo se suma que varios jugadores clave del Madrid (Rudy, Ayón, Reyes, Nocioni...) ya están por encima de los 30 años. Por ello, el joven Taylor (tan sólo suma 27), debe de dar esa frescura física que necesitará el conjunto en varias fases de la temporada. Sea de titular o saliendo desde el banquillo, debe dar un nuevo ritmo al partido, cansar a los rivales, y llegar fuerte a los minutos de la verdad.