"Llull, Lull, Llull" gritaba el Palacio de los Deportes el pasado lunes en los NBA Global Games. Volvió a ocurrir, Sergio Llull hacía el enésimo milagro sobre una cancha de baloncesto. Los espectadores que asistieron a tal amistoso evento, se dice amistoso aunque no tuviese nada de ello, se rindieron ante la actuación del escolta del Real Madrid. En la cartelera ponía que se trataba de una exhibición, sin embargo, Llull dejó claras su intenciones desde antes de que tomase partida el encuentro.

Las dos principales estrellas del evento, Sergio y Russell, se dispusieron a decir unas palabras bonitas antes del choque. Westbrook tranquilo y sosegado habló de lo maravillosa que era la ciudad de Madrid y lo bien que se lo había pasado en la capital española. Por otro lado, Sergio Llull como líder del Real Madrid, se dispuso a dar su respectiva charla. El español estaba más nervioso, y "con su chuleta en mano" dijo una serie de frases copiadas previamente. El balear miró la hoja en todo momento, menos cuando dijo las siguientes palabras: "hemos venido a llevarnos la victoria". Para decir eso no le hizo falta mirar el papel, porque las cosas que se hacen con convicción, no necesitan algo en lo que apoyarse. Y algo que no le falta al '23' es convicción. Probablemente no haya sido la arenga más motivadora del mundo, pero es que donde mejor se expresa el escolta es en una cancha de baloncesto.

Ice in my veins

El partido contra los Thunder apestaba a paliza por parte del bando americano. Los de Oklahoma liderados por Russell Westbrook mandaban en el marcador y lideraban la primera parte a placer. Cuesta pensar que alguien en el Barclaycard Center no pensase que la diferencia al final del encuentro iba a ser abismal. Aunque el equipo de Pablo Laso ha acostumbrado a la capital a no dar por muerto al Real Madrid en ningún momento. La remontada la inició Nocioni, el argentino fue uno de los primeros que inició la arenga blanca, pero el que detonó la remontada fue Sergio Llull.

Sergio Llull en el partido I Foto: NBA Global Games
Sergio Llull en el partido I Foto: NBA Global Games

Sergio Llull anotó tres triples sobre la bocina y uno mandó el partido a la prórroga

En Estados Unidos y en concreto en la NBA, el show y el espectáculo les vuelve locos. Y Llull es un espectáculo y un show de ver. Hay un término en la NBA y muchos otros deportes conocido como "ice in my veins". Más o menos traducido al español como "sangre fría". Lo que hizo el '23' del Madrid fue la viva imagen de este término. Seguramente si buscases en You Tube "ice in my veins", te saliese la actuación del genio del Real Madrid. Ni uno, ni dos, sino tres canastas anotó sobre la bocina. El subidón del momento, corres la pista de un lado a otro, miras el reloj, cuentas en tu cabeza y disparas. Si te llamas Sergio Llull tendrás una gran probabilidad de que acabe dentro. Prueba de esto fue el triple para empatar y mandar el partido a la prórroga. Nocioni falló el tiro libre aposta, el Madrid cogió el rebote, lo sacó de la zona y el balón fue a parar a las manos de Llull. Lo demás es historia.

La NBA y el mundo entero vio al Increíble Llull en acción. Ese plus de adrenalina y también vio el motivo por el que decidió quedarse en el Real Madrid. Aquí es el líder, la estrella que brilla con luz propia y manda en uno de los mejores conjuntos blancos recordados. El matrimonio perfecto entre grada y jugador, tan sólo tiene que levantar los brazos para encender a todo el estadio. El dilema de ser cabeza de ratón o cola de león. El de Mahón lo ha dicho "no cierra la puerta a la NBA", pero un año más la afición del Madrid gritará al unísono: "Llull, Llull, Llull".