Tarde extraña y de cambios meteorológicos en la ciudad madrileña. Para muchos una excusa más que suficiente para pasar un domingo en casa sin hacer nada. Sin embargo, en esta ocasión el último día de la semana ofrecía un plan más que completo y en el que todo giraba alrededor de la pelota naranja. En el menú podrías encontrar un Chicago Bulls contra Boston Celtics, un Kentucky contra Arkansas o porque no, un Madrid contra Barcelona Lassa.

Porque sí, el clásico llegaba a Madrid por primera vez en esta temporada y había mucha expectación. Con un Palacio de los Deportes abarrotado y empujando desde el primer minuto dio comienzo el partido. Un sinfín de estrellas congregadas en el parqué y un público merengue con las imágenes todavía en la cabeza de la paliza cosechada en el Palau Blaugrana. Sin embargo, como se suele decir en estos casos, cada batalla es un mundo. Y poco tendría que ver el partido de noviembre con este.

El Barça toma la iniciativa

En cuanto a lo meramente deportivo, el Barça comenzó tomando la iniciativa en el encuentro. Los chicos de Bartzokas, muy intensos en el rebote ofensivo, pusieron una pequeña ventaja en los cinco primeros minutos de encuentro. Los blancos comenzaron nerviosos y pronto el público empezó a perder la paciencia con el colegiado. Pese a eso, en la segunda parte del primer cuarto, se volvieron a encontrar con las buenas sensaciones y en el segundo cuarto empezó con empate en el marcador.

Entrenador Barcelona | Foto: Liga Endesa
Entrenador Barcelona | Foto: Liga Endesa

Los números de los primeros diez minutos fueron un análisis de lo que podía pasar durante todo el encuentro. El Barcelona anotó hasta siete puntos en segundas oportunidad y por su parte, el Real Madrid de Baloncesto, hacía daño al contraataque. Los catalanes salieron como en el primer cuarto y tomaron la iniciativa. Aunque hubo un aspecto fue clave el trascurso del final de la primera parte. Este ‘aspecto’ tenía 18 años y marcó la diferencia. Su nombre es Luka Doncic y lleva el ‘7’ en la espalda. Solo necesitó cuatro minutos para que el WiZink Center aclamase su nombre. Rebote, tiro de tres, fuerza y defensa al servicio del Real Madrid. La consecuencia dar la vuelta al marcador y poner la máximo en el marcador.

El Barcelona Lassa obcecado con la línea de tres puntos

Si algo se puede criticar del Barcelona en la primera parte son los muchos triples que intentaron. Sorprendieron más que nada debido al tremendo acierto (89% TC) desde la pintura. Los catalanes se fueron al descanso con un terrible (2/16 en T3), pero con un (9/12 en T2). El caso contrario fue el del Real Madrid, que sí que mostró estar acertado desde la línea de tres puntos y en especial, el ya mencionado Luka Doncic.

Barcelona Lassa vs Real Madrid | Foto: Getty Images
Barcelona Lassa vs Real Madrid | Foto: Getty Images

Finalizado el descanso, la acción volvió a la capital española. Un déjà vu se vivió de nuevo en el Palacio. El Barça salía mejor del descanso y recortaba la máxima del partido. Los puntos en segunda oportunidad hacían daño a los de Laso y esto hacía enfadar mucho al propio técnico que pedía un tiempo muerto. Los triples del Barça iban aumentando, pero Ante Tomic marcaba la diferencia en el marcador. Con tres canastas a la media vuelta hacía enmudecer a todo aficionado de camiseta blanca.

Felipe Reyes hace historia

Felipe Reyes se convirtió en el máximo reboteador de la ACB

Sin embargo, es el momento de hablar de historia. Historia viva del Real Madrid. Todo comenzó cuando Felipe Reyes cogió tres rebotes en una jugada y conseguía un récord histórico. El capital merengue se convertía en el máximo reboteador histórico de la ACB. Hecho tan trascendental que hizo que el partido se parase y se le diese un sentido homenaje a esta leyenda viva. Al más puro estilo NBA, el parqué se llenó de emoción y por un momento el partido no fue lo más importante. La mujer de Reyes y su hija pequeña acompañaron al histórico ‘9’ blanco en este momento tan especial.

Llull en defensa | Foto: Real Madrid
Llull en defensa | Foto: Real Madrid

En cuanto al partido, al Barcelona Lassa le vino bien esta inesperada interrupción y acortaron las distancias. Cualquiera podía ganar. A falta de 26 segundos, Ante Tomic metía una canasta en la cara de Anthony Randolph y el Barça se ponía por delante para ganar. Seis segundos después, la acción se invirtió. El Real Madrid se ponía por delante, pero el Barça volvía a contrarrestar con una canasta de Ante Tomic, el verdugo blanco.

Sin embargo, apareció el de siempre. Cinco segundos necesitó Sergio Llull para asentar el golpe final. La puntilla que mató el partido. El jugador más decisivo de Europa lo volvió a hacer. Victoria blanca y con los dos equipos ya quedando para el siguiente encuentro entre ellos. No habrá que esperar demasiado. En dos semanas otro homenaje al baloncesto europeo, otro Madrid Barça.

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Sobre el autor
Jaime Egüen Hernández
Pertenezco a la versión beta de la Generación del 98. Coordinador General de NBA VAVEL y redactor del Real Madrid de Baloncesto. Antes MotoGP y F1.