Otro clásico europeo en la recta final de esta eterna fase de grupo. Los blancos intentando ratificar el liderato y hacer la machada de vencer a domicilio ante unos helenos que tienen una imponente marca de 22 victorias y una derrota en casa. Comienzo muy físico, con los griegos presionando en las marcas defensivas y aprovechando el poderío de hombres como Gist (que reaparecía tras larga lesión). Este ratificaba que se encuentra a tope culminando un plástico alley-hoop. Respondían los capitalinos con el triple del estilista Randolph.
Le caía la 2ª personal a Ayón de manera prematura, y el titán mejicano tenía que visitar el banquillo. Los dos conjuntos seguían volcando balones al juego interior, hasta que abría rango de tiro el ex-madridista K.C. Rivers, un viejo conocido que entró para inocular su veneno desde el 6.75. Respondía de manera imperial Sergio LLull con cinco puntos consecutivos. Auténtico duelo en OK Corrall con Calathes apuntándose a la guerra desde el perímetro. Final del igualado primer cuarto con 21-19. Duelo duro y mucha intensidad en cada enfrentamiento individual.
Intercambio de golpes
Comenzaba el segundo parcial con Mike James en pista, dando una velocidad extra al PAO, por lo que los verdes tomaban ventaja de +7. Más rotaciones en ambos conjuntos, y entraban en pista Felipe Reyes (que cumplía 37 años) y Bouroussis, dos de los mejores reboteadores en la historia europea. El triple de Rudy y la canasta con reverso de Reyes empataban de nuevo el encuentro. Tiempo muerto de un enojado Xavi Pascual. El duelo seguía tremendamente parejo, con Hunter culminando jugadas interiores y los helenos respondiendo con un James clarividente.
El encuentro iba a tirones, si los verdes apretaban más en defensa tomaban ligera ventaja, pero los madridistas tiraban de dinamita ofensiva para conectar otro parcial de 0-7, fomentado en el triple de Carroll y el magnífico pick&roll entre Doncic y Hunter. De nuevo tiempo muerto de un Pascual que medía al rival a cada segundo. La reestructuración táctica del técnico catalán, permitió al Panathinaikos jugar posesiones más largas buscando el pase extra. Era un auténtico combate entre pesos pesados, donde los dos equipos se estaban haciendo daño en la corta distancia. A vestuarios con 43-41.
Igualdad y defensa
Comienzo del segundo tiempo con ambos quintetos iniciales de nuevo en pista. Salía híper-activo K.C. Rivers, que cortaba la zona blanca aprovechando los bloqueos y dejando bandejas. Respondía el Madrid con el triple desde la esquina de Jeffery Taylor, que se prodiga poco en la distancia, pero suele ser efectivo. Los madridistas estaban perdiendo una ingente cantidad de balones (ya sumaban 13), con pases demasiados verticales y obvios, esos caramelos los aprovechaban los griegos para correr la pista y machacar. Tiempo muerto de Laso.
El técnico vitoriano decidió cambiar la batuta de mando y metió en pista a Doncic. Wonder Boy respondía a su estilo: metiendo un triple imperial. Los dos equipos tenían una total alternancia en el electrónico, retándose a estéticas canastas, como el rectificado de Feldeine respondido por el misil de Randolph. Las defensas estaban primando sobre los ataques de manera evidente, a ello se sumaba una lucha férrea por el rebote, que el Madrid ganaba ligeramente gracias a Hunter. Tras el triple sobre la bocina de Feldeine, final del tercer cuarto (58-58). Otro final a cara de perro.
Apretada victoria local
Minutos de la verdad y los puntos que seguían subiendo con cuentagotas al marcador. Ninguno de los jugadores estrella parecía acertado, aunque Mike James era como una hormiguita y aparecía de manera intermitente pero veloz para sumar y poner de nuevo por delante a los helenos. Vino a romper la zozobra blanca Jaycee Carroll, que conectó un triple desequilibrado desde la esquina, el asesino mormón siempre es un peligro. Perdiendo la batalla exterior, el Panathinaikos volvió a la guerra física, a meterse en la zona con sus tanques, como Singleton y así forzar faltas de tiro.
Llull no tenía su partido, y seguía perdiendo demasiados balones, pues le estaban haciendo dobles defensas continuamente. A la contra hombres rápidos como Pappas hacían mucho daño. Gracias a ello y el inesperado triple del hombre interior Singleton, los verdes tomaban ventaja de +6 puntos. El público del abarrotado OAKA calentaba el ambiente más que nunca. El triple de Rudy era respondido por otro venenoso de Mike James, que era casi sentencia de muerte. Tras un carrusel de jugadas tácticas y tiros libres, los locales se llevaron el disputado duelo (88-82).