En el deporte, pocas veces te puedes fijar (y fiar) de las posiciones que ocupen dos equipos para pronosticar que va a suceder en un partido que enfrente a ambos. Las circunstancias pueden variar drásticamente el resultado y un equipo, por muy favorito que sea, puede salir derrotado. Es más, se suele decir que, en las rectas finales de las competiciones, los equipos más necesitados de victorias son más peligrosos que aquellos que tienen mejor plantilla y están ya bien posicionados en la tabla.  Esa situación se ha podido ver muy claramente en el partido que han disputado el Rio Natura Monbus Obradoiro y el Real Madrid de Baloncesto.

Los gallegos necesitaban ganar

El conjunto gallego se encuentra en esa pomada de equipos que están luchando por no descender, y cada partido significa una final para ellos. Es entendible que se esfuercen mucho más que otros equipos que están en la zona noble de la tabla. El Madrid ha notado esa urgencia de los gallegos y ha sufrido todo un despliegue de juego, intensidad y acierto en el tiro.

La igualdad del partido no hizo acto de presencia hasta el final del segundo cuarto. Antes, el conjunto madridista había sido superior, consiguiendo ventajas de dos dígitos. Por momentos, dio la sensación de que el partido estaba muy controlado por los visitantes, a pesar de un esfuerzo final de Obradoiro que recortó distancias. Llegado al descanso, el Madrid ganaba solamente de uno, y aún estaba por llegar el vendaval que protagonizó el Obradoiro en el tercer cuarto.

Festival de triples

No se sabe que comieron o bebieron los locales en el descanso, pero salieron con una puntería espectacular. Consiguieron anotar seis triples y el Madrid no supo defender a la artillería gallega. Tuvieron esa inspiración que es tan difícil de defender, y consiguieron una ventaja de unos 7-8 puntos que hizo muchísimo daño al Madrid. Pablo Laso intentó remediar este desastre defensivo pero ni Jeff Taylor, ni Othello Hunet, ni Anthony Randolph aportaron esa intensidad defensiva e intimidación suficiente. Al final del tercer cuarto, el parcial fue de 31-24 y el Madrid debería remontar si quería llevarse la victoria para la capital. La distancia no era tan amplia, pero en nivel de juego que estaba desplegando el Rio Natura era tan alto que la remontada se antojaba una odisea, y aun así, lo tuvieron en la mano. 68-62 y todo por decidir.

En el último cuarto, hubo una igualdad extrema, con intercambio de canastas que impedían que el Madrid pudiera remontar. El Obradoiro, en las primeras posesiones, quiso probar suerte y ver si seguía manteniendo esa increíble puntería que tuvo en el triple en el tercer cuarto. Tras varios tiros y comprobar que no estaban tan acertados, combinaron distintos estilos con bloqueos y continuación con más tiros desde la pintura.

El Madrid tuvo que intentar la remontada teniendo a pocos jugadores “enchufados”.  Sergio Llull y Luka Doncic estuvieron a la altura (17 puntos ambos), pero el resto de los jugadores de Pablo Laso estuvieron desacertados y eso facilitaba mucho las tareas defensivas del Obradoiro. Aun con todo, el Madrid, siempre luchador, fue capaz de alcanzar a los locales y se puso por delante en el marcador con un triple de Sergio Llull a falta de dos minutos, con un 81-80. Llegado a este punto, lo lógico era pensar que el Madrid manejaría mejor el partido y ganaría, pero nada más lejos de la realidad.

El Madrid tomo las peores decisiones ofensivas mientras el Obradoiro encestaba y cerraba los rebotes perfectamente. Finalmente, el Madrid tuvo que hacer faltas a los jugadores del Obradoiro para ver como metían un tiro libre tras otro.

Victoria local que demuestra que un equipo necesitado y en el descenso puede ser más peligroso que un equipo de la zona alta de la tabla. El Madrid, tras ganar la copa, no acaba de volver a encontrarse y lleva una racha extraña. Deberá encadenar una racha de victorias para reencontrarse con su mejor versión.