Duelo de élite entre dos equipos que ya están matemáticamente clasificados para los cuartos, y además tendrán la ventaja de campo. Todo parecía un ensayo de lujo para la futura Final Four. Como siempre ambiente infernal en la pista helena. Con estas premisas el partido amanecía con los dos conjuntos volcando mucho juego a los hombres interiores. Rápidamente crecía la lucha por el rebote ofensivo, arma crucial en partidos de corto resultado. Los griegos estaban moviendo bien el balón a las cuatro esquinas, y Agravanis enchufaba desde el 6.75. 

Gustavo Ayón entrando a canasta ante Milutinov (Euroleague.net)
Gustavo Ayón entrando a canasta ante Milutinov (Euroleague.net)

Primeros cambios y a pista Dontaye Draper, mucho antes de lo habitual en la rotación merengue. El encuentro era para especialistas en las marcas, y la guerra táctica obligaba a cuidar todo detalle. Milutinov estaba haciendo sangre en la pintura madridista, por lo que los locales tomaban ligera ventaja. A Ayón le caía la segunda personal, lo que además suponía cargarse ya con el bonus. Demasiado blandos los capitalinos atacando el rebote, por lo que Olympiacos imponía tremendo parcial de 8-0. Tiempo muerto de Laso. Tras la reprimenda despertaron algo los blancos, con un nuevo tripe imperial sobre la bocina de Llull. Final del primer cuarto (20-19).

Los colosos se vigilan

Más cambios en pista, y Laso que daba minutos a Doncic y Carroll. Jugadas para demostrar la excelencia en el juego de Anthony Randolph, que concatenó hasta tres tapones siderales, y uno de ellos culminando un from coast to coast con enorme elegancia. Pero los helenos son especialistas en nunca dejar el partido, su segunda unidad comandada por Patrick Young y Matt Lojeski incrementaba la intensidad física del encuentro. Los puntos seguían subiendo al electrónico con cuentagotas, sobretodo basados en buenas jugadas individuales, como la bomba marca de la casa de Carroll.

Milutinov intenta el mate ante Ayón (Euroleague.net)
Milutinov intenta el mate ante Ayón (Euroleague.net)

Además, a la menor fluctuación en el dominio de las posesiones, ambos técnicos estaban al quite para cortar el ritmo del partido en un carrusel de tiempos muertos. Marcas realmente pegajosas, y alternancia en el liderato del marcador, era un auténtico intercambio de golpes. Matzaris y Milutinov seguían aportando puntos para los locales, mientras que Thompkins animaba el casillero merengue con un triple desde la frontal. A vestuarios marchaban todos los gladiadores con máxima igualdad (37-37), partido no especialmente vistoso, pero si con mucho nivel, demostrando que no hay frivolidad entre campeones. 

El Madrid se postula

Amanecía la segunda mitad con dos triples consecutivos de Olympiacos, uno de Spanoulis que inauguraba su cuenta desde el perímetro. Respondía por los blancos (hoy con la casaca morada) Jeffery Taylor. Pero más allá de las canastas de larga distancia, los dos conjuntos estaban ciegos en el resto de facetas tiradoras. Había guerra de guerrillas en todas las posiciones del campo, mucho contacto físico, como el empujón de Agravanis a Llull, que acabó incrustado en el banquillo heleno. En el desgaste físico eran los madridistas los primeros en alcanzar el bonus de personales. 

Felipe Reyes marcando de cerca a Papanikolaou (Euroleague.net)
Felipe Reyes marcando de cerca a Papanikolaou (Euroleague.net)

Las transiciones eran muy cerebrales, con pases rápidos pero agotando bastante la posesión. Un ejemplo fue el tuya-mía entre Llull y Maciulis que culminaba el lituano desde el 6.75. Los dos técnicos seguían rotando piezas, demostrando lo amplio de sus plantillas e intentando no cargar en exceso a sus estrellas. Randolph volvía para anotar a la media vuelta, y un iluminado Llull concatenaba cinco puntos consecutivos. Tiempo muerto de Olympiacos. De nuevo volvían a la pomada los locales con más puntos de Milutinov (en el mejor partido ofensivo de su carrera). El tercer parcial finalizaba (54-58).

Asaltando Atenas

Minutos de la verdad y la lucha era más encarnizada que nunca en las dos pinturas. Los árbitros se mostraban más permisivos de lo habitual en Euroliga, y dejaban que se repartiera de todo menos caramelos en la pelea por el rebote. Randolph seguía dando un clinic de como jugar al baloncesto, conectando canastas de enorme calidad desde la media distancia. Tras el palmeo de Othello Hunter la ventaja de los madridistas se alargaba hasta los ocho puntos. Tiempo muerto de Olympiacos, que buscaba dar una nueva vuelta de tuerca a la táctica para reaccionar.

Draper y Othello Hunter en el dos contra uno a Spanoulis (Euroleague.net)
Draper y Othello Hunter en el dos contra uno a Spanoulis (Euroleague.net)

Las siguientes posesiones fueron un auténtico festival ofensivo entre Llull y Othello Hunter. Ambos se estaban entendiendo a la perfección, y a base de pick&roll y alley-hoops eran un martillo pilón en la pintura griega. Pero los locales tienen un gen competitivo especial, y tras la bandeja de Mantzaris y el triple desde ocho metros de Spanoulis apretaban de nuevo el electrónico. Tras un tremendo carrusel de tiros libres los merengues supieron aguantar el tipo y se llevaron una gran victoria (73-79) en una de las canchas más difíciles de Europa.