Mucha gente dice que prefiere hacer deporte por la mañana. Está más descansado, más fresco y rinde más en definitiva. Por lo tanto, el domingo parece el día de la semana idóneo para hacer ese ejercicio mañanero, y a las 12:30 se jugaba el partido que enfrentaba al Real Madrid y al Retabet Bilbao Basket.

Al Madrid, como a muchas personas, parece que, efectivamente, jugar por la mañana le sienta bien. Con partidos a estas horas siempre está la duda de si les ha costado a los jugadores levantarse de la cama. Hoy ninguno jugó con legañas y el nivel exhibido fue notable. El público tampoco se durmió y animó de principio en una jornada festiva de lo más saludable.

El partido fue muy vistoso y agradable de ver, con dos equipos que estaban más interesados en atacar que en defender. En los primeros minutos, ambos equipos anotaron más triples que canastas de dos. Con 11-13 en el marcador, Sergio Llull decidió que ya era hora de hacer acto de presencia y lo hizo de la forma que mejor sabe hacerlo: a base de puntos.

El base balear anotó, en tres posesiones seguidas, tres triples limpios, a cada cuál más celebrado por la afición madridista, que se levantó al unísono para corear a su jugador estrella. A pesar de esta demostración anotadora de Llull, el Bilbao Basket no perdió la cara al partido en este primer cuarto. Pidió tiempo muerto y consiguió que el primer periodo terminará con 23-20.

El Bilbao Basket aguantó lo que pudo

El segundo cuarto continuó con el guion de igualdad, aunque con unos ataque más estáticos y por lo tanto, menos anotación. El juego tenía varias interrupciones por faltas e incluso Rudy Fernández recibió un codazo que le dejó tendido en el suelo. El alero no volvió a saltar al parqué del Palacio de los Deportes.

Tuvo que llegar, nuevamente, Sergio Llull para darle brío y espectáculo. Volvió a levantar al público con otro triple forzado o también conocido como “mandarina”. Esa acción, seguida de un triple de Jaycee Carroll, hacía que el Madrid estuviera cogiendo el tono ofensivo, pero en defensa estaba sufriendo un poco. Othello Hunter era incapaz de defender varios bloqueos y Bilbao Basket anotó varias canastas fáciles. Pablo Laso tuvo que pedir tiempo muerto con 38-34.

En los minutos finales del segundo periodo, el Madrid encadenó varios puntos y consiguió anotar la última posesión con un ‘alley opp’ de Sergio Llull a Gustavo Ayón. 46-39 al descanso y la segunda parte fue completamente distinta.

La dictadura de Sergio Llull

Los hombres de Pablo Laso empezaron mucho más enchufados que los del equipo bilbaíno y por ello, el parcial de 11-0 fue una losa enorme que condicionó el resto del encuentro. En algún momento, el Bilbao Basket dio la ligera sensación de que, tal vez, podría volver a meterse en el partido, poniéndose a 10 puntos, pero luego volvía Llull a amargar a los vascos a base de triples. 72-61 y el Bilbao necesitaba mejorar mucho para ganar.

En vez de recortar distancias, el Bilbao bajó los brazos y empezó a encajar una canasta tras otra. El partido se rompió definitivamente y los 6-7 minutos finales fueron de regocijo madridista. Carroll ya no recibía defensas férreas y pudo anotar 25 puntos, pero la estrella indiscutible fue Sergio Llull, que en los tres primeros cuartos, anotó 29 puntazos, siendo esta su mejor marca anotadora en su carrera.

104 a 76 fue el resultado final, donde se vio a un Bilbao Basket digno hasta el tercer cuarto. El Madrid luego, aguantó mucho mejor y exhibió su mejor juego. Atrás queda esa racha negativa de cuatro derrotas en los últimos cinco partidos. El Madrid vuelve y asusta.