Duelo espectacular entre dos gigantes del baloncesto Europeo. El Madrid afrontaba el partido con calma, puesto que ya es seguro cabeza de serie. En cambio los otomanos se están jugando las castañas en las dos últimas jornadas si quieren pasar y optar a esa ventaja en las eliminatorias. El enfrentamiento comenzaba frenético, con Llull desatado y conectando dos triples consecutivos marca de la casa. Respondían los turcos volcando juego interior a sus torres, como un Jan Vesely muy saneado.
Mucha alternancia en el mando del partido, con los dos conjuntos midiéndose y percutiendo en cada posesión. Se comenzaban a ver duelos de enorme calidad, como la batalla en la pintura entre Gustavo Ayón y Epke Udoh (ex-compañeros en Milwaukee Bucks). A base de fino estilismo, como las canastas estelares de Llull y Randolph, los capitalinos cobraban ventaja de seis puntos. Inmediato tiempo muerto de Obradovic. Fomentado en su mayor intensidad defensiva fueron remando los turcos, con una buena aportación de Kalinic. Final del intenso primer cuarto (20-16).
Dura defensa turca
El segundo parcial amanecía con un vuelo sin motor tremendo de Luka Doncic. El genio adolescente tiene muelles en las piernas dentro de sus excelsas virtudes. Obradovic comenzaba a mover el banquillo. Los otomanos están muy mermados por las lesiones, pero aún cuentan con recambios de enorme nivel como Pero Antic, que entró para enchufar desde el perímetro. Fenerbahçe apretaba las tuercas en defensa, y hombres tan poderosos como Udoh forzaban fallos en los pases merengues. Con el triple de Kalinic empataban de nuevo el duelo.
Con todo reseteado comenzaba una nueva batalla. A la paridad en el electrónico le siguió una fase con muchos fallos en los tiros por parte de los dos equipos. Las marcas estaban más ajustadas que nunca y el rebote bien cerrado. Más rotaciones y Laso ponía en pista al eterno Felipe Reyes. Los turcos aprovechaban el menor hueco en la zona madridista para acribillar desde el 6.75, como los triples consecutivos de Dixon y Bogdanovic. A vestuarios con un parco resultado (29-32), en el peor cuarto ofensivo del Madrid (solo nueve puntos) en toda la temporada.
Vuelve el Madrid
Comienzo de la segunda mitad con la misma intensidad en los dos lados de la pista. Meter un solo punto costaba sangre. Los blancos reactivaban su casillero gracias al triple de Maciulis, pero respondía desde el perímetro Dixon. No había forma de meterle mano a los otomanos, tremendamente férreos en las marcas. Tras la puerta atrás y mate de Vesely la ventaja del Fenerbahçe se ampliaba a +7. Tiempo muerto de Laso. Rudy sacaba la mira telescópica para enchufar un triple, pero al mismo tiempo los merengues se cargaban de faltas.
Ante la rocosa zona 3-2 del Fenerbahçe el Madrid movía el balón con mayor celeridad, buscando el pase extra para encontrar al hombre liberado. Un arduo trabajo, pero que daba resultado con el segundo triple consecutivo de Rudy. Los turcos tienen el equipo mermado por las lesiones, pero cada de los hombres en pista daban el do de pecho para imponerse en sus marcas. Epke Udoh y Antic estaban haciendo daño en la pintura. Momento para Sergio LLull, el Aeroplano de Mahón calentaba motores y concatenó cinco puntos consecutivos que ponían de nuevo por delante a los suyos. Final del tercer cuarto (48-43).
Victoria real y moral
Minutos de la verdad y aguantaba la tremenda refriega entre los dos conjuntos. Dentro de la tónica de muy pocos puntos y lucha acérrima por los rebotes, los otomanos tomaron la calle del medio y comenzaron a entrar en la zona buscando el contacto físico. Ello les permitió cargar a los blancos de personales y conseguir el bonus de faltas de manera prematura. Gracias a ello pudieron limar puntos desde la línea de personales, pero el Madrid seguía tirando de calidad individual, como el excelso triple de Luka Doncic en la cara de Dixon.
Fenerbahçe siguió jugando sus armas de presión en toda la pista: mantener al rival atenazado en las marcas, pero no encontraba aro. Esto lo aprovechó a la perfección el Madrid para mantener una ligera ventaja que costaba a cada segundo. Carrusel de tiempos muertos en los compases finales, una auténtica guerra táctica entre los dos entrenadores. Finalmente trabajada victoria de los blancos (61-56) ante los otomanos, que les ratifica como primeros de la Euroliga. Una gran prueba de fuego que supieron superar los capitalinos.