Tarde nublada en la capital para el duelo entre los dos equipos míticos de la ciudad de Madrid. Los dos equipos que comparten la sede del Palacio de los Deportes, pero que en esta ocasión, el local era el conjunto merengue. La situación de cada club es muy distinta en la liga, pero estos derbis tienen una connotación especial y a veces, poco importa el estado de forma. Por eso, el Estudiantes, un rival a priori, asequible para el Real Madrid, es capaz de mejorar sus prestaciones y plantarle cara al Real Madrid, como ha hecho en este partido correspondiente a la 31ª jornada.

Un derbi muy digno

Esa igualdad que ha imperado durante casi todo el partido no parecía que fuera a hacer acto de presencia en el WiZink Center después del gran comienzo de los hombres de Pablo Laso con un parcial de 11-2. El Madrid salió con un quinteto bastante novedoso, con Maciulis y Thompkins, y parecía que el experimento estaba funcionando. Las sensaciones eran que el Madrid era muy superior y que el encuentro podía ser un trámite. Dio esta sensación hasta el 20-12, cuando el equipo estudiantil consiguió un gran parcial al final del primer periodo y lo dejo en 23-20.

En el segundo cuarto, el Estudiante continuó con ese ímpetu y se aprovechó de un Madrid algo desconcentrado. Por ello, consiguieron ponerse por delante 23-27. En este momento, el partido fue un intercambio de golpes que aguantó hasta el descanso, con alguna señalización polémica de los árbitros, que la afición madridista consideraba injusta. Al descanso, destacaban jugadores poco habituales, con un Maciulis muy acertado y un Jaime Fernández muy implicado en el ataque.

Gran partido de Luka Doncic. | Foto: realmadrid.com
Gran partido de Luka Doncic. | Foto: realmadrid.com

El Estudiantes seguía sin perderle la cara al partido y siguió jugándole de tú a tú a los “hermanos mayores” de la capital. Sus defensas eran muy pegajosas y el Madrid acusaba falta de ideas en ataque con la ausencia de Ayón por lesión y la pobre actuación de Anthony Randolph. En ocasiones, era bastante apreciable la fatiga que ha debido suponer la excursión a Turquía para cerrar la clasificación a la Final Four de la Euroliga. Cuando el duelo estaba más apretado, con empate a 50, salió a la cancha un genio de 18 años recién cumplidos que cambio el ritmo del partido. Luka Doncic no había destacado en el partido, pero en el tercer cuarto, encadenó seis puntos seguidos y sumado a un triple de Llull y alguna acción más, el partido se puso 61-50 al final del tercer periodo.

Un parcial clave

Esta brecha en el marcador es posiblemente, lo que haya dado la victoria al conjunto madridista, ya que el Estudiantes siguió luchando y en el último cuarto continuó habiendo un partido muy físico con el protagonismo de la defensa. El equipo estudiantil, en esta ocasión visitante, fue incluso capaz de meter un poco de miedo a la afición blanca porque consiguieron ponerse a solo cinco puntos de distancia (77-72) a falta de minuto y medio para la conclusión. Finalmente, el Madrid no se dejó intimidar y la remontada azulona no se pudo cosechar. Ese parcial de 13 puntos seguidos del Madrid condicionó un derbi que en el resto de los minutos, estuvo realmente equilibrado, con un Estudiantes que plantó la cara y desplegó una defensa dura y un juego ofensivo potente, con Brown terminando el partido con 20 puntos. Sin embargo, el Madrid es mucho equipo para los azulones, y Sergio Lllull volvió a ser el máximo anotador madridista con 18 puntos, seguido de los 14 de Luka Doncic y los 12 de Jonas Maciulis.

El Real Madrid sigue siendo líder de la Liga Endesa, mientras que el Estudiantes, a pesar de esta derrota, sigue en la zona “tranquila” de la tabla, alejado de los puestos de descenso. Los blancos siguen mandando en la capital.