Todos los conjuntos de Europa sueñan con llegar a la Final Four. Sin embargo, hay un partido de esta que nadie quiere jugar: el encuentro de consolación. El momento previo a la gran final en el que se enfrentan los dos equipos que no han podido superar las semifinales. Y precisamente este partido juega el Real Madrid.

Con la vista en la Liga

Partido totalmente intrascendente. Más allá de salvar orgullo o no, quedar tercero o cuarto en la Final Four es absolutamente indiferente y la historia no recuerda salvo el campeón, y en algunos casos, al finalista. El tercero y el cuarto se hunden en el recuerdo de los aficionados más acérrimos.

Así, el Real Madrid se dispone a enfrentarse al CSKA de Moscú, actual campeón de Euroliga (aunque le quedan pocas horas) y favorito a repetir título antes de su partido del viernes. Pero el partido carece de relevancia. Los dos conjuntos llegan con el orgullo herido, después de perder siendo los favoritos, y ni se espera ni habrá una gran intensidad ni carga de minutos para los hombres relevantes.

Más aún en la plantilla de Pablo Laso. Cabe recordar que con el título de la Copa en el bolsillo, aún quedan por disputar los Playoffs de Liga Endesa. Playoffs que quiere llevarse el Real Madrid para cerrar la temporada con doblete y participación en Final Four incluida.

En primera ronda los blancos se medirán al Morabanc Andorra. El primer partido tiene lugar este próximo miércoles en el WiZink Center, por lo que cargar hoy de minutos a los Llull, Carroll, Doncic, Randolph y compañía no tiene ningún sentido.

La infelicidad de la Euroliga

Esto es lo que tiene la máxima competición europea. El viernes el Real Madrid se pasaba jugar a la final y el sábado se daban los premios de la temporada. Quién le iba a decir a Sergio Llull que iba a recibir el MVP de la temporada regular de Euroliga con una cara que reflejaba una lógica sonrisa fingida.

Junto a Lull estaba el joven Luka Doncic. El esloveno realizó un partido nefasto el viernes, aunque su contexto no es el de otros. Que Doncic, con 18 años, no esté a la altura de unas elevadísimas expectativas de Final Four se entiende. Que otros con experiencia no den la talla, no tanto.

Y en estas circunstancias llega el Real Madrid al partido del domingo por la tarde. Partido en el que el análisis táctico de ambos equipos sobra. Partido que sirve de poco, incluso nada, para aficionados, familiares y equipos. De lo que debe preocuparse ahora el Real Madrid es de la Liga Endesa y Laso debe darse cuenta.

Madrid y CSKA no ofrecerán ningún espectáculo | Fuente: Euroliga
Madrid y CSKA no ofrecerán ningún espectáculo | Fuente: Euroliga

La rotación del Madrid

Laso se caracteriza por no dar descanso nunca a sus jugadores, salvo en determinadas circunstancias que se cuentan con los dedos de una mano. Hoy, sin duda, es el día en el que debe rotar.

Primero debe ajustar quién se queda fuera de la convocatoria y quiénes entran. Andrés Nocioni se merece un último grito de guerra en Europa, mientras que al joven Álex Suárez no le vienen mal nunca unos minutos para aprender.

Por otro lado, de los habituales, podría descansar Rudy por su espalda, incluso Randolph tras el golpe. Pero lo que más importa es que Laso rote y no se vea a Llull más de 30 minutos en cancha. El Madrid tiene que tener desde ya la mente en Liga. Hace tres años, tras la segunda derrota consecutiva en la Final de Europa, los blancos no supieron reaccionar y cedieron en liga.

El CSKA, en las mismas

El conjunto ruso está en una situación muy similar a la del conjunto español. Si los blancos abren los Playoffs el miércoles, los de Moscú los continúan el viernes. Dimitrios Itoudis rotará a sus grandes estrellas de cara a las semifinales de la VTB, que arrancan el viernes ante el Lokomotiv Kuban.

Así, los Spanoulis, Printezis, Birch y compañía no verán hoy más minutos de los debidos. Más minutos de los que vean Llull, Doncic o Ayón. Porque el sueño de Euroliga se terminó el viernes. Lo de hoy es un puro trámite.