El nuevo proyecto de Pablo Laso a los mandos del Real Madrid de baloncesto necesita ser más ambicioso que nunca. La pasada campaña se fue de menos a más. Es cierto que se ganó la Copa del Rey por cuarto año consecutivo (todo un hito), pero no lo es menos que después se bajó alarmantemente el nivel, cayendo en Europa y perdiendo el título ligero de manera sorprendente ante un gran Valencia Basket que pasó por encima de los capitalinos.

Es por ello, que muchos jugadores blancos han decidido descansar y ponerse en mejor forma que nunca para aguantar la tremenda carga de partidos que llega. Reyes y Rudy renunciaron a estar con la Selección en el recientemente finalizado Eurobasket, y Gustavo Ayón está más fino que nunca: "En la pretemporada me he sentido bastante bien, con partidos que son para meterte en el ritmo de juego. Ser autocrítico es importante, hay que ver las cosas buenas y las malas y espero que este año no haya autocrítica y sí celebración", explicaba.

Aprendiendo de los errores

Todo este esfuerzo se lo está tomando muy en serio el mejicano puesto que tiene una espina clavada. El año pasado no estuvo especialmente brillante y lo asocia directamente a una mala preparación: "Este verano he cambiado cosas respecto al verano anterior, donde no fui a la selección y prácticamente me dediqué a comer tacos y volví con 118 kilos. Me costó muchísimo trabajo el inicio de la temporada y durante la misma fue complicado ponerme en forma".

Bastante sincero el Titán de Nayarit, que ya va teniendo sus años de profesional y sabe perfectamente que cada temporada hay que prepararse mejor para paliar el hecho de que la gasolina de las piernas se agota más rápido. Por ello ha perdido bastante peso: "Al final me cobró factura el haber sido tan irresponsable durante el verano. Este verano tampoco he ido a la selección, pero no me ha vuelto a pasar lo mismo. He regresado con 112 kilos, seis kilos menos que el año anterior y eso es fundamental para empezar bien la temporada".