Un ambiente infernal y el subcampeón de Europa y uno de los mejores equipos del continente no es una combinación muy agradable para ningún equipo. Tampoco para Unicaja, que tenía su segunda prueba de fuego esta temporada, con el añadido de conseguir la primera victoria de su historia en el Pabellón de la Paz y la Amistad.

Cara y cruz

El encuentro comenzó como se preveía, esto es, con un Olympiacos con un punto más de intensidad y un Unicaja ligeramente intimidado por el ambiente. En esa tesitura, el conjunto griego no tuvo demasiados problemas para encontrar la canasta rival, lo que se tradujo en que la diferencia en el resultado crecía con el paso de los minutos. El parcial inicial de 5-0 cambió inmediatamente a un 9-2 gracias al trabajo coral de los hombres entrenados por Giannis Sfairopoulos, lo que otorgó al cuadro heleno la primera ventaja importante del encuentro.

Cinco puntos consecutivos de Papapetrou y un triple de Thompson situó el marcador en un 19-4 preocupante para los intereses del equipo malagueño, que a falta de cuatro minutos para el final del primer cuarto se vio 15 abajo en el marcador. El equipo malagueño no transmitía las buenas sensaciones dejadas en los partidos anteriores, pero apareció el juego interior en el tramo final del primer periodo para enjugar la diferencia hasta los diez puntos (21-11) y encarar el resto del encuentro con otras perspectivas.

Hollis Thomson fue el gran protagonista de Olympiacos con 15 puntos

Por suerte para los intereses del cuadro cajista, el guión del partido cambió en el segundo cuarto. Llegó el momento del intercambio de canastas, una situación que teóricamente favorecía a los griegos, pero que sirvió a Unicaja Málaga para poder aumentar su porcentaje de acierto y comenzar a sentirse más cómodo sobre la cancha del Pabellón de la Paz y la Amistad. De esta manera, la ventaja de los locales se mantuvo en torno a los diez puntos en la primera mitad del periodo, pero a partir de ese momento, los hombres de Joan Plaza mejoraron sus prestaciones en ambos lados de la cancha y la diferencia se fue reduciendo con el paso de los minutos.

Con Dejan Musli como principal protagonista (12 puntos al descanso), el equipo andaluz consiguió llegar al final del segundo cuarto con una desventaja de tan sólo cuatro puntos (37-33), la mejor noticia del partido para los intereses malacitanos en los primeros 20 minutos.

Sin alcanzar la orilla

Tras el paso por los vestuarios, el partido volvió a dar un giro radical. Hollis Thompson se convirtió en el héroe de Olympiacos y comenzó a encadenar canastas que permitieron a su equipo disparar de nuevo la ventaja por encima de los diez puntos, una diferencia muy grande ante un rival de la categoría del griego. Unicaja consiguió igualar la intensidad física de su oponente, pero las pérdidas de balón y la pelea por el rebote perjudicaron a los malagueños, que vieron cómo la ventaja helena se instalaba definitivamente en los dobles dígitos, llegando al final del tercer cuarto con un resultado de 59-47.

Los últimos diez minutos se parecieron más que nunca a un partido de Euroliga entre dos grandes equipos. Una canasta de Milutinov a falta de 8:15 para el final situó el marcador en 63-48, provocando prácticamente la derrota del equipo andaluz. Sin embargo, Joan Plaza ha conseguido imprimir un excelente carácter competitivo en sus jugadores, que ni mucho menos bajaron los brazos y comenzaron paulatinamente a reducir la desventaja hasta el punto de poner en aprietos al subcampeón de la Euroliga.

Unicaja llegó a situarse a tres puntos tras ir perdiendo por 15

En esa reacción tuvo buena parte de culpa Dragan Milosavljevic, que consiguió diez puntos prácticamente consecutivos que colocaron a los malagueños a tan sólo cinco de su rival (65-60) con más de cinco minutos por jugarse. A partir de ese momento, los locales comenzaron a sentir la presión de la derrota en un partido que parecía controlado y Unicaja aprovechó la tesitura para seguir muy cerca en el marcador, manteniéndose a tres o cuatro puntos de su oponente.

Entonces apareció la vieja guardia del Olympiacos, que ante la ausencia de Spanoulis estuvo comandada por Printezis y Mantzaris, para estirar la ventaja hasta los siete puntos a falta de 40 segundos para el final del encuentro, una diferencia que esta vez sí resultó definitiva para el devenir del encuentro. Los malagueños siguieron intentándolo, pero finalmente el triunfo cayó del lado griego, que vencieron por 80-75 para sumar la segunda victoria en otros tantos partidos en la presente edición de la Euroliga