Valencia Basket entraba al encuentro con el pie izquierdo, y los locales ponían tierra de por medio desde el principio. Unos primeros minutos que no sorprenden, y es que los de Perasovic han dejado la misma imagen  en los primeros minutos de cada partido. El partido empezaba con un 7-0 en el marcador, unas sensaciones que pronosticaban como se iba a desarrollar el encuentro.

Tras unos minutos a merced del equipo lituano, Valencia Basket despertó y aumentó el nivel defensivo, hecho que le permitió entrar el partido. Pese a ello, el equipo seguía con las imprecisiones y las pérdidas como constante, y desde ese punto hasta el final los taronja no lograron ponerse por delante en el partido. Pau Ribas empezaba a despuntar desde el primer cuarto, y Van Rossom, con dos triples importantes en los primeros diez minutos, eran los artífices de que el equipo llegara a competir en este comienzo.

El primer cuarto acababa con el resultado de 24-17, y dejaba una buena sensación de cara a los próximos minutos para los de Perasovic, que estando lejos de desplegar su menor nivel, estaba de lleno en el partido. Nada más lejos de la realidad: el partido se convertía por momentos en un duelo de triples en el que ambos equipos encontraban en el lanzamiento exterior la solución a sus ataques. Triples de jugadores como Zavackas (que acabó el partido con 15 puntos) mantenían un colchón de alrededor de seis puntos. Pese a que los lituanos llegaban al partido con el peor porcentaje de la competición en triples, su acierto les mantuvo por delante en fases en las que no realizaban su mejor juego.

Pese a que Valencia Basket había mejorado en defensa, seguía espeso en ataque. Las pérdidas eran una constante en el segundo cuarto, y el único recurso interesante que encontraba el equipo en la faceta ofensiva, más allá de los triples, eran los movimientos de Bojan Dubljevic al poste bajo. En los instantes finales del segundo cuarto, Neptunas Klaipeda daba un golpe sobre la mesa en el partido, y ponía el +11 en el marcador a falta de escasos segundos para llegar al descanso.

Misma dinámica tras el descanso

Los taronja empezaban la segunda parte con fuerza, y de nuevo con los triples como principal arma. En el ecuador del tercer cuarto, el resultado era de 36-30, y de nuevo los visitantes tenían esperanzas por dar el golpe definitivo, y ponerse por delante en el marcador por primera vez en el partido. Pero de nuevo, y como se ha venido repitiendo durante todo el partido, el equipo lituano rompía la amenaza de remontada cada vez que Valencia Basket bajaba la diferencia alrededor de los seis puntos. Una dinámica que se repetía y dejaba al factor psicológico como principal causa de estas remontadas fallidas.

El último cuarto transcurría del mismo modo, incluso los locales ampliaban el colchón habitual, hecho que presagiaba que el Valencia Basket ya no iba a competir. Sin embargo, los visitantes iban a volver a estirar la goma, y redujeron la diferencia a cinco puntos a escasos minutos del final. No era el partido para los de Perasovic, y el desacierto en ataque unido a unas decisiones arbitrales que permitían mucho contacto en el ataque valenciano, dejaban la victoria en Lituania. Con 19 puntos, Gailius se convertía en la figura más destacada de su equipo, que puso su segunda victoria en el casillero.

Tras la derrota, Valencia Basket cierra la jornada en la última posición del grupo, y se complica muchísimo su clasificación. El encuentro vuelve a poner encima de la mesa los fantasmas del equipo esta temporada, y aunque parecía que habían quedado atrás en los dos últimos encuentros, se ha demostrado que el equipo sigue sin encontrar el nivel esperado.