El partido empezaba con una igualdad que presagiaba un partido muy diferente al que finalmente se vio. Desde los primeros instantes quedó claro que ambos equipos apostaban por un ritmo alto desde el primer minuto, en definitiva, de correr siempre que se pudiera. Los de Perasovic ya empezaban el encuentro con un llamativo desacierto en el tiro, pero los valencianos suplían esta estadística reboteadora: Valencia Basket capturaba siete rebotes ofensivos en los primeros 10 minutos, cifra superior al total de rebotes capturados por los rusos.

Además de la dificultad que supone visitar la pista de un equipo invicto hasta el momento en Eurocup, Valencia Basket encaraba el partido con las bajas de última hora de Lucic y Loncar, dos jugadores clave que se sumaban a la ya conocida ausencia de Lishchuk. Las bajas dejaban a Valencia Basket con la sola presencia de Dubljevic y Aguilar como pívots puros disponibles. Los problemas físicos no hacían sino aumentar en el propio partido, y Pablo Aguilar se veía obligado a abandonar el encuentro tras sufrir una lesión muscular.

Segundo cuarto definitivo

La intensidad atrás del Valencia Basket desaparecía en el segundo periodo, así como la fluidez en ataque. El descanso llegaba con una diferencia de 15 puntos a favor de los rusos, que de la mano de jugadores como Brown y Randolph iban a romper el partido antes de llegar al descanso. Valencia Basket presentaba una estadística alarmante en el segundo periodo: 10/29 en tiros de dos, una cifra que muestra claramente que más allá del juego colectivo del equipo y la oposición que este se haya podido encontrar, venía acompañada de un desacierto clave que no acostumbra a tener el equipo. Lokomotiv Kuban empezaba a darse cuenta donde le podía hacer más daño a Valencia Basket, que con una rotación limitada, se iba a derrumbar ante el ritmo que imponía el combinado local.

Como si no hubiera habido descanso, la segunda parte comenzaba con el mismo patrón con el que llegó a su fin el segundo cuarto. Lokomotiv seguía aumentando el ritmo, y de la mano de un Brown que no había empezado el partido de la mejor manera, dejaba claro que los rusos no iban a permitir que se diera la sorpresa. Los de Perasovic llegaban a soñar con una posible remontada al bajar la renta a los 14 puntos, pero se quedó en un aviso que ni siquiera llegó a inquietar a los locales. Bojan Dubljevic, con su juego en el poste bajo, se convertía en la máxima amenaza visitante, y acababa el partido como mejor jugador del Valencia Basket.

Con la llegada del último cuarto, y una dinámica que evidenciaba que la victoria se iba a quedar en Krasnodar, el partido entraba en un punto donde ambos equipos empezaban a luchar por la diferencia en lugar de por el partido. En un Last 32 donde solo hay cuatro equipos por grupo, y se tiene en cuenta el average general, era básico para los de Perasovic regresar a Valencia con una desventaja, que al menos, no fuera desmesurada. La dinámica del partido apuntaba a una diferencia próxima a los 16 puntos, pero tras un duelo de tiempos muertos donde cada entrenador demostraba no querer perdonar ni un solo punto, la diferencia se quedó en 12 puntos que representan un mínima luz para el equipo de la capital del Turia.

El partido le deja al equipo Valenciano una derrota que no era ni mucho menos descartable, y más después de la plaga de lesiones sufrida en las últimas horas. Pese a ello, esta es la segunda derrota consecutiva del equipo, que sigue generando dudas como la solución a la baja de Lishchuk, ante la cual el equipo se plantea reforzar una posición de pívot que, lesión a parte, no está funcionando en la campaña actual.