Para sorpresa de muchos, Chicago robó el factor pista a Miami en el primer partido de la serie, pero los Heat reaccionaron y ganaron los siguientes tres partidos para dominar la serie por 3 a 1. Los de Spoelstra, lejos de su mejor nivel, tendrán esta noche la primera ocasión para cerrar el pase a la final de conferencia.

El nivel de Miami es inferior al que mostró en la racha de 27 triunfos consecutivos que maravilló al mundo NBA. En este momento, LeBron James no se muestra tan superior, gracias a la defensa de Jimmy Butler, que está provocando que los porcentajes de James bajen notablemente. En la serie contra los Bucks, LeBron estaba en un 63% de acierto, mientras que ahora lanza entorno al 45%. Pese a todo, “El Rey” promedia casi 24 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes por partido, pero sus porcentajes no son buenos. Además, Dwayne Wade está lejos de su mejor nivel por culpa de las lesiones y anota poco más de 11 puntos contra Chicago. La línea exterior, con Ray Allen y Shane Battier a la cabeza, no acaba de afinar la puntería. La suma todos estos problemas no impide que Miami gane por 3 a 1 y tenga la serie casi cerrada. Y pese a no estar bien, ganan sus partidos por una diferencia media de 23.3 puntos. La máquina de los Heat, sin estar en plenas condiciones, es espectacular.

Defensa y más defensa

La gran virtud de estos Heat radica en que cuando no pueden alcanzar la excelencia en ataque, se ponen el mono de trabajo y basándose en una férrea defensa, consiguen dominar a su rival. Esta noche tienen el primer match ball, y desde que LeBron, Wade y Bosh comparten equipo, los Heat han ganado 8 de los 10 partidos en los que han podido cerrar la serie a la primera.

Con todo a su favor, lo normal sería que Miami ganase el partido y se metiera por tercer año consecutivo en la final de la Conferencia Este, a la espera de saber si serán los Indiana Pacers, que dominan 3 a 1 su serie contra los Knicks, su rival en la ronda final.

Las bajas y la inoperancia de los interiores limitan a los Bulls

Que Derrick Rose sea baja ya no es una noticia para los Bulls. Llevan desde mayo de la temporada pasada sin poder contar con su All Star, por lo que han encontrado soluciones para tratar de suplir a Rose. La figura de Nate Robinson fue clave para que Chicago ganase el primer partido en Miami, pero su nivel ha bajado, en especial en el cuarto partido, donde el pequeño base de los Bulls no vio aro, realizando un horrible 0 de 12 en tiros de campo, con 0 de 5 en triples.

A la esperada baja de Rose se sumaron las de Luol Deng y Kirk Hinrich. Más que imposible, el triunfo de los Bulls parecía un milagro, algo que no se va a producir. Sin dos de sus titulares, los Bulls no están sabiendo aprovechar uno de los pocos lugares en los que podrían dominar, el juego interior. Ni Joakim Noah ni Carlos Boozer están sabiendo explotar sus virtudes y los Bulls lo están pagando caro.

Boozer, que inicialmente es defendido por Haslem, se dedica a lanzar tiros de 4 o 5 metros, muy lejos del aro, y donde su porcentaje de acierto es bajo. Tampoco mejora la situación cuando lo defiende Battier, al que es incapaz de postear y sacar ventaja alguna. El ex de los Jazz firmó un 3 de 14 en último partido, en el que gran parte de los fallos fueron lanzamientos fuera de la zona. Por su parte, Joakim Noah tampoco es capaz de producir puntos en ataque. El francés, todo coraje, no pasa de los 11.5 puntos por partido, un grave problema para los Bulls. Noah nunca ha sido un anotador, pero sus puntos eran vitales para que los de Chicago pudieran plantar cara a los Heat.

Esta noche, a partir de la una de la madrugada, los Heat tienen el primer match contra unos Bulls muy lejos de su mejor versión. Salvo sorpresa, LeBron y compañía cerrarán la serie y esperarán rival para la final de conferencia, que empezará a partir del 22 de mayo.