La visita de uno de los equipos de moda al Staples Center, los Timberwolves, hacían del encuentro uno de los más atractivos de la jornada dominical de NBA, junto al Spurs Knicks. Ricky Rubio y los suyos visitaban Los Ángeles para medirse a los Lakers de Pau Gasol, equipo imprevisible e irregular donde los haya. Lejos de especulaciones, los 'Wolves' salieron hambrientos de puntos, y despacharon el partido en el primer cuarto, a base de triples. La ventaja lograda en los primeros doce minutos fue suficiente para no sufrir el resto del encuentro, mientras un espectacular Ricky Rubio, que con su triple doble ha firmado el que es, probablemente, su mejor partido desde su llegada a la NBA, deshacía una y otra vez la ya débil defensa angelina. Nada pudo hacer Pau Gasol (11 puntos, 11 rebotes) para contrarrestar el poderoso ataque visitante

Un primer cuarto definitivo

La palabra 'especulación' no existió anoche para los Timberwolves. El equipo de Rick Adelman salió decidido a llevarse el partido desde el comienzo, arrollando por completo a unos Lakers estériles en ataque y sobrepasados por la creatividad de Rubio, y la eficacia de Martin y Love desde el perímetro. Seis minutos tardaron los visitantes en poner la directa, pasando de liderar por tres puntos (14-17), a hacerlo por 28 (16-44), en un increíble parcial de 27-2. Tres triples seguidos, dos de Love y uno de Martin ya ponían tierra de por medio, antes de que el propio Love y Brewer ampliaran la ventaja desde la línea de libres. Las canastas se iban sucediendo mientras Ricky Rubio, sin hacer demasiado ruido, acababa el primer cuarto con nada menos que siete asistencias, premonición de sus espectaculares números finales. 

Un primer cuarto que llegaba a su fin con los Wolves acercándose ya al medio centenar de puntos, y unos Lakers con una defensa desarmada que les hacía perder el partido a las primeras de cambio. El marcador reflejaba un 23-47 que se antojaba difícil de remontar. Lo intentaron sin embargo los Lakers en un segundo cuarto ya más aburrido, donde consiguieron reducir la ventaja en el último minuto de la primera mitad, gracias a tres anotaciones seguidas en un parcial de 7-0. Kaman, Blake, con un triple, y Young fijaban el marcador en un 48-67 aún muy cómodo para los Timberwolves, que se centraron en la figura de Pekovic en estos segundos 12 minutos.

De nuevo se repetía el guion en el tercer cuarto, unos Lakers llevados sin más por el ritmo del juego seguían rondando los 20 puntos de diferencia, si bien lograban reducirlos de nuevo en el último minuto del tercer cuarto, con otro parcial a su favor, esta vez de 9-2. La diferencia a falta del último cuarto estaba en los 14 puntos (76-90). Cualquier otro equipo hubiera confiado en la remontada en el último cuarto, pero no estos Lakers, faltos de ambición y de calidad para obrar el milagro.

Último cuarto para los menos habituales

Con el partido ya decidido, Rick Adelman optó por dar algunos minutos a hombres poco habituales, como es el caso de Hummel, Muhammad o Dieng. Ya por aquel entonces Ricky Rubio había firmado una de sus mejores actuaciones en tierras americanas, con un triple doble que le hizo ser el mejor del partido. Sus 14 asistencias, 7 de ellas en el primer cuarto, fueron cruciales para los suyos y para lograr tan imponente ventaja. Gran encuentro a su vez de Kevin Love, con 25 puntos y 13 rebotes, así como un renacido Kevin Martin que volvió a estar muy acertado en tiros de campo, y sumó 27 puntos. En los Lakers, destacado papel para un Blake que se acercó al doble doble con 8 asistencias y 19 puntos, mientras Gasol solo pudo sumar 11 puntos y 11 rebotes. Victoria final (90-113) para unos Timberwolves que vuelven a recuperar la buena sintonía y la senda del triunfo, encadenando dos victorias consecutivas y atesorando un balance de 5-2. La otra cara de la moneda para unos Lakers que ya echan en falta a Kobe Bryant, se quedan con un balance negativo (3-5).

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