Hubo un tiempo en que Minneápolis solo reportaba buenas sensaciones a los Lakers, una cancha donde la derrota no parecía ser una opción, y de donde se salía con una victoria cómoda casi de costumbre. Sin embargo, las cosas son muy diferentes en la presente campaña, uno de los peores equipos angelinos de la historia visitaba anoche el Target Center para medirse a un conjunto que no esconde ya su verdadero objetivo: los playoff. 

Un Ricky Rubio de 'All Star' en el primer cuarto

El rol de favorito era para unos Timberwolves que quisieron dejar clara su intención ya desde el primer cuarto. Esos 'lobos' hambrientos desde el inicio volvieron a hacer acto de presencia, con un primer cuarto de gran anotación (38 puntos), algo que suele ocurrir con bastante frecuencia en el equipo de Adelman. Un estelar Ricky Rubio lideró la tormenta en ataque, recuperando las sensaciones que le hicieron asombrar a toda la NBA en sus primeros partidos, esas vibraciones que el base español parecía haber perdido en la presente campaña, y que ayer regresaron con más fuerza que nunca. Rubio repartió nada menos que ocho asistencias en los diez primeros minutos de juego, beneficiando principalmente a un Martin que saldaría sus primeros minutos con 14 puntos. También Kevin Love visitaba los banquillos con una buena anotación a sus espaldas (11 puntos).

Por parte visitante, el protagonismo se centraba en un Meeks que se veía obligado a retirarse en el primer minuto de juego, dando entrada a un Young que asumió casi todo el peso anotador de su equipo. Las miradas estaban puestas en el regreso de Steve Nash y Blake, ambos titulares en el encuentro de ayer, y relegando a Kendall Marshall -la revelación angelina de esta campaña- al banquillo. El base ex de los Suns ofreció buenas sensaciones en su regreso, repartiendo cuatro asistencias mediado el primer cuarto, pese a la poca capacidad anotadora que parecían mostrar los de D'Antoni. Un primer cuarto que se saldaba con un 26-38 a favor de los locales, quienes ya encarrilaban el partido.

Un parcial de 5-18 en el comienzo del segundo cuarto

El guion del partido no variaría lo más mínimo en los segundos doce minutos. La segunda unidad de Minnesota sí funcionó esta vez, y los Budinger, Barea, Cunningham y Dieng lograban ampliar una ventaja que ya era significativa al término del primer cuarto. Las malas artes defensivas de los Lakers permitían a Barea y Cunningham asociarse a placer y elevar la diferencia a los más 25 puntos (56-31). Dos triples seguidos de Nash y Harris, acercaban a los angelinos instantes antes de que lo hombres de peso de los Wolves volvieran a salir a pista. El dúo Martin - Love seguía con su festín anotador, secundados desde la sala de máquinas por Ricky Rubio, si bien los Lakers lograban dejar viva una pequeña llama de esperanza para la segunda parte. Los Timberwolves se iban 16 arriba al descanso (52-68), una diferencia que se antojaba corta teniendo en cuenta la superioridad local. 

Los de Adelman no quisieron relajarse, perfectos conocedores de las artes de unos Lakers que siempre ofrecen peores sensaciones que su rival, y permanecen en la sombra durante todo el partido, aunque sin descolgarse del todo en el marcador, para dar así su mejor versión en los últimos cuartos. 

Poco a poco, y sin hacer ruido, los Lakers reducían la diferencia en el marcador hasta los once puntos. De nuevo Love y Martin eran los encargados de mantener a flote la superioridad de Minnesota, mientras Ricky Rubio se iba hasta las 13 asistencias a falta de dos minutos para el término del tercer asalto. Un Ally Oop de Johnson a pase de Harris ponía el 78-89 en el marcador del Target Center, al que Young estuvo cerca de silenciar con un triple sobre la bocina que marcaba el final del tercer cuarto, el fallo de uno de los mejores sexto hombre de la temporada evitó que los viejos fantasmas aflorasen en Minnesota. 

Más sufrimiento del necesario para la franquicia de Minnesota

Dos triples de Marshall y Young, tan solo interrumpidos por una canasta de Barea, reducía las diferencias hasta los 7 puntos (84-91). Por fortuna para los locales, la diferencia nunca se redujo más, y se mantuvo casi igual hasta el final del encuentro, momento que aprovechó Ricky Rubio para anotar sus escasos cuatro puntos del encuentro, todos en el último minuto. Una victoria local (99-109) más sufrida de lo esperado y necesario, tras mostrarse superiores en la primera mitad del encuentro. Gran papel del dúo Kevin Love (31 puntos, 17 rebotes) - Martin (32 puntos), alimentados por las 13 asistencias de Rubio. Por parte angelina, destacan las 9 asistencias, 7 puntos de un Nash que rozó el doble-doble en su regreso a las canchas, y la anotación de un Young que volvió a liderar a los suyos en ataque (24 puntos), junto con los 19 de Manny Harris. 

Los Timberwolves recuperar así el 50% de victorias (24-24) antes de enfrentarse esta noche a los Thunder de Ibaka y Durant. Los Lakers se quedan con un registro de 16-32, con el que visitarán también esta madrugada a los Cavaliers.