Poco más de siete meses atrás, cuando las redacciones que se dedican a cubrir este maravilloso deporte escribían o contaban las previas para la temporada, en muy pocas -por no decir ninguna- se colaban los Blazers dentro de los Playoffs, mucho menos quintos, y ya ni pensar en las semifinales del ‘Salvaje Oeste’.

Algo parecido, pero moviéndose en otros círculos de más poder, le pasaba a los vigentes campeones y actuales poseedores del mejor récord de la liga; no eran favoritos en unas apuestas donde los refuerzos de San Antonio o la mejora de química de Cleveland estaban por encima. Incluso las plantillas de Oklahoma City o los Clippers en algunos sitios se postulaban como mejor preparadas para un asalto al anillo. En ambos casos, las expectativas se han truncado. No somos videntes.

Los Blazers ganaron en Oregón por 32 puntos

Sobre el papel, y aun sin su estrella, los Warriors son superiores. Pero los Blazers pueden fardar de ser uno de los nueve equipos que le ha ganado a Golden State en la mejor regular season de la historia. El ‘factor Curry’, sin duda alguna, altera la balanza por mucho a favor de los californianos, pero sin él, hay un hombre infravalorado en la liga que puede hacer saltar las alarmas en Oakland, su lugar de nacimiento: Damian Lillard. El joven base, y estrella de los Blazers, después de una grandísima temporada, y ahora sin presión ninguna, puede revolucionar la serie, aunque enfrente habrá un señor equipo, no nos olvidemos.

Dos equipos jóvenes se verán las caras en una segunda ronda descafeinada, pero excitante a su vez:

Blazers

Empecemos por el underdog de este cruce, los que ya llegaban vencidos al inicio de temporada cuando se quedaron con una mano delante y otra detrás al salir, en una desbandada general, cuatro de sus titulares -Aldridge, Matthews, Batum y López- buscando un futuro mejor -deportivo o económico- y de los que algunos ahora desearían volver a la disciplina de Stotts.

La realidad, es que esa estampida fuera de Oregón, le ha venido de perlas a Lillard, para explotar del todo su potencial y erigirse como líder de una franquicia, pero sobre todo al Most Improved Player de este año, McCollum, quien ha experimentado una subida sustancial en los minutos, y por ende, en sus estadísticas y en su influencia y juego en el equipo.

La pareja Lillard-McCollum, gran esperanza del equipo

Evidentemente, el equipo, por nombres no es una maravilla, más allá de Lillard y McCollum -este año, porque antes no era muy conocido que digamos- los demás son ‘parches' -en el mejor sentido de la palabra- que han venido de otros equipos mediante traspasos, rondas, o agencia libre. Pero a lo largo de esta temporada se ha notado que Stotts tiene mano y cabeza para los banquillos.

Con lo que tenía ha construido un equipo, con todas las letras. Quizás no con el mismo significado que el de San Antonio o Golden State -todos comparten la bola, se sacrifican en defensa y se reparten la anotación de forma más homogénea- pero sigue siendo un equipo, ya que cada jugador sabe su trabajo, y por lo visto, lo han hecho a la perfección. Mientras que Lillard y McCollum se encargan de amasar la bola en ataque, dirigir la ofensiva y aglutinar la mayoría de las posesiones y puntos del equipo, el resto se dedica a las tareas ‘sucias’ que no le gustan a nadie -como decía el genio, y díscolo, Dennis Rodman- pero que hay que hacerlas. Los Plumlee, Davis, Aminu, Vonleh, Harkless o Crabbe, tienen otros objetivos, necesarios también para llevar el barco a buen puerto.

Siendo el equipo que menos ha gastado en salarios este año -poco más de 61 millones y medio de dólares, 47 millones por debajo del primero, Cleveland- las piezas que tienen han sido muy valiosas. Y en estos Playoffs se ha acentuado esa división de tareas, que a veces dificulta las cosas. Plumlee, ha reboteado y asistido de forma excelente, Aminu ha defendido muy bien, y con sorpresa, siendo el máximo anotador del equipo cuando las castañas se quemaban, Davis ha defendido y reboteado muy bien también, y jugadores como Crabbe, Harkless o Henderson, han llevado a la pista energía y puntos desde el banquillo.

Van a necesitar el 200% de todos si quieren ganar a los campeones y mejor equipo de la historia -según las frías estadísticas- y pasar a lo que serían unas inimaginables Finales del Oeste a principio de temporada.

Warriors

Campeones en 2015. Récord de la NBA en Temporada Regular con 73-9. El MVP en sus filas. El segundo mejor triplista en su plantilla. Un guerrero como Draymond en el quinteto. Y un equipo muy compacto, que sabe a lo que juega y que por ello ha conseguido lo que tiene.

Los Warriors cuentan los días para la vuelta de Curry

No es sorpresa que estén aquí. No sería sorpresa que pasasen de ronda. Y no será sorpresa si se llevan el Anillo. Ha sido el mejor equipo de la liga sin discusión -solo ha perdido un partido de 19 contra los otros siete equipos con ventaja de campo en estos playoffs- pero en Playoffs cambian las cosas. Y más si se lesiona Stephen Curry.

Han liderado muchas estadísticas este año, como puntos por partido, asistencias por encuentro, porcentaje de triples, de tiros de campo, y a parte son uno de los equipos más eficientes de la liga, top-3 en muchos apartados sin discusión. Pero no todo son estadísticas, también son sensaciones, y aquí también apabullan los de Steve Kerr.

Han ganado 24 partidos seguidos para empezar la temporada y 73 en todo el año. Han dado palizas a diestro y siniestro, y ante grandes rivales - una por 30 puntos en Oakland a San Antonio en enero, y otra de 34 a los Cavs en Cleveland, también en el primer mes del año- y han sabido sufrir en los partidos, como en el Álamo el encuentro que ponía en peligro el récord. Ya no hablando de equipo, sino de jugadores, los triples antológicos de Curry -en el famoso partido en Oklahoma, o desde el centro de la pista con más de 15 segundos en el reloj de posesión- y sus actuaciones antológicas, los cuartos fantásticos de la ‘metralleta californiana’, Klay Thompson, o los triples-dobles de Draymond Green. Es un equipo donde los jugadores han llegado, y se han convertido en estrellas de la liga.

Sin Curry, Livingston está haciendo un trabajo espectacular y aprovechando sus cualidades excepcionales para sacar ventaja en sus emparejamientos. Un aspecto importante a tener en cuenta, sabida de antemano la versatilidad del equipo californiano.

El cruce

Son estilos muy parecidos, mucho triple, un ataque sin frenesí, y una línea exterior muy importante para ambos equipos, ya que es donde se concentra la mayoría del talento de sus plantillas. Se parecen en muchos aspectos, sobre todo ofensivamente, pero ahí difieren en la forma de conseguirlos; mientras que los Warriors tienen cerca de 29 pases a canasta por noche, los Blazers apenas sobrepasan los 21. Lillard y McCollum amasan la bola y dominan a sus rivales a partir de movimientos de isolation o de pick&roll con sus móviles y ágiles pívots.

En los Warriors todo es altruismo y movimiento de balón, por eso también tienen mejores porcentajes en el tiro que sus contrincantes de esta serie. En números reboteadores son muy similares, con varios duelos magníficos en este apartado, con jugadores como Green, Plumlee, Davis, Bogut o Ezeli. El principal aspecto que puede decantar la balanza de lado de los que empiezan la serie de local, es su mejor defensa y su eficiencia en el tiro. Y los Blazers a rezar para que Curry tarde lo máximo posible en volver.

Hacia el final de la serie veremos un duelo Curry-Lillard

Habrá duelos interesantísimos, sobre todo para ver como Kerr es capaz de parar a los dos bases contrarios con jugadores mucho más altos, corpulentos, y lentos que sus rivales. Y por supuesto, el duelo bajo los tableros; las segundas oportunidades serán vitales para las aspiraciones de pasar de ronda. Y cómo no, el banquillo, aquí tiene una ventaja considerable la plantilla de Kerr, y a series largas, como estas de siete partidos, se acaba notando.

Predicción

Con la vuelta de Curry fijada, aproximadamente, para después del cuarto partido, quizás los Blazers consigan arañar ese par de encuentros que tienen en casa antes de que vuelva ‘el asesino con cara de niño’. Una noche inspirada de Lillard y McCollum te puede ganar el partido, quizás dos, pero el juego de los Warriors parece que decantará la eliminatoria de ese lado de la balanza.

Mi pronóstico, aun sin Curry por cuatro partidos, es un 4-2 para los actuales campeones.

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