Haciendo gala de su siempre discreción, tanto en pista como alejado del parquet, Tim Duncan anunció este verano su retirada del club que lo encumbró hacia lo más alto. Ello vino deslucido por la descomunal despedida que recibió Kobe Bryant desde casi finales de la temporada pasada, donde cada pabellón le brindó su particular adiós, algo que no es baladí para posiblemente uno de los cinco mejores jugadores de la historia de la NBA y los Estados Unidos.

Volviendo al tema que nos concierne, Tim Duncan ha ligado estos últimos casi 20 años de su vida a la historia de los Spurs, convirtiéndose así en seria parte viva de ella misma, o muy posiblemente para muchos aficionados al basket, en “La historia” más reciente de la franquicia de San Antonio. En estos años, Duncan ha logrado cinco campeonatos NBA y 15 apariciones en los torneos All Stars de la competición americana, por lo que no solo el aficionado acérrimo a los Spurs, sino cualquiera que sienta el baloncesto como suyo, notará esta temporada NBA, que a punto está de abrir sus puertas, como un poco más vacía y flaca de anotación, al hacerse notar las estratosféricas cifras anotadoras que históricos jugadores (Tim y Kobe) venían desarrollando con sus respectivos equipos.

Tan profunda es la huella que Tim ha dejado marcada en el equipo de San Antonio, que su propio ex-entrenador, Gregg Popovich, no le ha hecho más que insinuarle que si desea permanecer en los constantes viajes del equipo durante la temporada, así se lo permitirá el propio manager al ex-jugador.  Más seria y convincente, aunque menos pasional, resulta la propuesta que la dirección deportiva de los Spurs ha puesto encima de la mesa de Duncan para que, en un periodo a corto-medio plazo, este ocupe una posición de importante relevancia dentro de la dirección deportiva del equipo.

Como dicen por ahí, a rey muerto rey puesto, y tras la salida de Tim de los Spurs, la franquicia tejana ha sabido reconducir la situación para que, al menos durante una temporada más, el equipo pueda permitirse seguir optando a ser un firme candidato para ganar el anillo de la NBA. Ello gracias a la firma del español Pau Gasol, que tras un efímero paso por los Chicago Bulls, buscará retomar unas sensaciones más parecidas a su etapa en Los Ángeles Lakers, antes de poner, quien sabe, si el punto final como jugador de baloncesto profesional. A parte de todo esto, los Spurs de San Antonio seguirán contando con dos de sus baluartes más valorados dentro del panorama NBA, como son Manu Ginóbili y el francés Tony Parker, asegurando de esta forma al aficionado de a pie, un papel próspero de su equipo durante todo el año.