En plena temporada 2015-2016, Chris Bosh fue diagnosticado con un coágulo en su pierna, lo cual le obligó a dejar de jugar de inmediato. Ya había tenido problemas de este tipo la temporada anterior, cuando los doctores hallaron coágulos en sus pulmones, pero nada parecía indicar que algo similar podía volver a ocurrirle. En el documental Rebuilt, dirigido por él mismo, Chris Bosh relata todo el proceso desde el momento en que le comunicaron su enfermedad hasta hoy día, pasando por todo el proceso de recuperación tanto física como mental. En la primera entrega de dicho documental, publicada en la plataforma Uninterrupted, Bosh habla de cómo descubrió su enfermedad y de cómo le afectó mentalmente.

"Justo antes del fin de semana del All Star fue cuando noté que algo iba mal porque me desperté con un extraño dolor en la rodilla", dice Bosh. "Ahí fue cuando me preocupé un poco, estaba bastante nervioso. Immediatamente fuí al hospital a que me examinaran. Entonces fue cuando me dijeron que tenía un pequeño coágulo en mi pierna y que necesitaban hacer más pruebas. Iba continuamente al hospital hasta que me hicieron un TAC y encontraron más coágulos. Mi primer pensamiento fue "esto tiene que ser una broma". Depués, "esto no es real". Pero no había ninguna duda, eso estaba pasando. Acaban de decir lo que creo que acaban de decir", relata Bosh.

Chris Bosh, viendo el partido desde la grada | Foto: CBS Miami
Chris Bosh, viendo el partido desde la grada | Foto: CBS Miami

En un podcast en el que participó la semana pasada, Bosh reveló que el cuerpo médico de los Heat aún no le ha dado el alta pero cree haber encontrado una medicación que le permitirá volver a jugar cuando ésta haya abandonado su cuerpo. Los Heat no han hecho ningún comentario acerca de las declaraciones de Bosh, y no parece que vayan a hacerlo. El equipo está preparado para dar la bienvenida a Bosh al campo de entrenamiento, pero parecen no estar cómodos aún con la idea de Chris jugando. Según parece, el tratamiento habitual para deportistas que han sufrido múltiples coágulos sanguíneos impide que vuelvan a jugar de manera profesional.

Los Heat se encuentran en una verdadera encrucijada, con un contrato de 75 millones de dólares entre las manos y un jugador que no saben si podrá volver a jugar durante largos periodos de tiempo. Por un lado, si un doctor ajeno a la franquicia dictaminara que Bosh está inválido, podrían eliminar su salario y no tenerlo en cuenta para el tope salarial (aunque deberían pagarlo de todos modos). Por otro lado, si Bosh juega más de 10 partidos esta temporada, su salario ya no podría ser eliminado en la temporada 2017-2018. De todos modos, los Heat parecen ser mucho más optimistas ahora de lo que lo fueron el año pasado, pero siguen sin tener una certeza de cuándo se resolverá el problema y, aún menos de cuál será la solución final.

Tras todo lo ocurrido, Bosh está más cerca que nunca de volver a pisar el parqué y eso es algo que todo aficionado al baloncesto debería celebrar. Todos sus progresos se deben, en mayor parte, a su gran actitud a la hora de enfrentarse a su enfermedad. Pese a que nadie sabía si sería capaz de volver a jugar y de que llegó a temer por su vida en ciertas ocasiones, él nunca dudó de sí mismo. "Sé que tengo mucha habilidad y talento. Lo tengo. Sé que lo tengo. No era cuestión de si volvería a jugar otra vez; sino de cuando. Así que cogimos el toro por los cuernos", comentaba Bosh, seguro de su recuperación. "Estamos en proceso de conseguir que pueda volver a la cancha".