Por todos es sabido que el baloncesto es un deporte en continua evolución. A lo largo de su historia ha ido mutando, ya sea modificando sus bases como maquillando pequeñas directrices hasta haber alcanzado el diamante que hoy en día conocemos. Dichos cambios han ayudado a implementar la belleza y el atractivo del deporte como espectáculo, lo cual es de agradecer por parte del espectador. Lejos quedan los años originarios en los que Naismith ideó un juego simple y entretenido pero todavía en proceso de gestación.

 De esta manera, los inicios supusieron soporíferos partidos con resultados irrisorios a la luz de cómo hoy en día entendemos el baloncesto. Con tanteos cercanos a los de un partido de balonmano, no parecía que aquel deporte estuviera encaminado al éxito. Sin embargo, todo se revolucionó con el cambio más importante llevado a cabo hasta la fecha: la incorporación del reloj de posesión. Posteriormente, la incorporación de otras mejoras contribuyeron positivamente, tales como la implantación de la línea de 3 puntos.

Hoy en día, el gusano sigue evolucionando constantemente dentro de su capullo para convertirse en la más bella mariposa posible. Muchas son las voces que han tratado de aportar su granito de arena, pero en los últimos días el debate se ha incentivado dado que ha sido Phil Jackson el que ha propuesto mejoras sustanciales. Y es que lo que diga siempre el Maestro Zen es de suma relevancia en el universo NBA. El actual presidente de los Knicks ha propuesto dos modificaciones. La primera de ellas no es nueva: introducir una línea en el campo para tiros de cuatro puntos. El exentrenador de Lakers defiende que de esta manera se podrían recortar de manera más sencilla las diferencias en los marcadores. Esta idea ya salió a la luz hace un tiempo, pero que últimamente ha cogido fuerza dada la facilidad con la que ciertos jugadores logran anotar desde largas distancias. Esta innovación ya fue desarrollada de manera embrionaria en un AllStar de la liga de baloncesto portuguesa y, como no podía ser de otra manera, por los Harlem Globetrotters, quienes lo utilizaron en sus pintorescos espectáculos. Sin lugar a duda, esta medida beneficiaría sobre todo al MVP de la liga Stephen Curry. El jugador de los Warriors ha demostrado un espectacular acierto desde más allá de los 8 metros (un 44.9% en tiros comprendidos entre 8 y 10 metros).

 Pero Curry no es el único. En términos generales se puede apreciar una mejora, así como un aumento, en tiros lejanos de los jugadores NBA. Una de las claves de la nueva regla sería en dónde se ubica la línea. Si se sitúa cerca de la línea de 3, prácticamente todos los jugadores apostarían por tirar desde esta línea, ya que compensaría alejarse de la zona de tiro habitual, desvirtualizando de esta manera el valor de los triples. Si por el contrario se coloca lejos, los “cuádruples” podrían ser testimoniales, siendo irrelevantes para el desarrollo del partido, teniendo un impacto mínimo en el juego. Jackson propuso la distancia de 35 pies (unos 10.67 metros), lo que parece bastante alejado en opinión de Reggie Miller, quien piensa que se puede perder la esencia del juego. Por otro lado, otro ilustre triplista como Larry Bird opina que instaurando esta línea los porcentajes automáticamente crecerán desde esta distancia dado que los futuros jugadores empezarían a practicarla desde pequeños.

 Existe otro gran inconveniente: la devaluación del tiro de media distancia. Si los jugadores se habitúan a los tiros de cuatro puntos, los triples pasarán a ser tiros relativamente cercanos, con lo cual no merecería la pena tirar de dos a no ser que dichos tiros sean mates o lanzamientos muy cercanos. Por ello el rango de tiros de entre 4 y 7 metros quedaría prácticamente huérfano.

 La otra gran medida propuesta es el aumento del reloj de posesión a 30 segundos. Esto tampoco supone algo novedoso, ya que en la NCAA ya lo llevan a cabo (en 2015 lo redujeron de 35 a 30 segundos). Jackson defiende que de esta manera se fuerza a los equipos a tener que defender durante más tiempo, con lo que el juego adquiriría mayor seriedad y madurez. Analizando el estilo de juego actual que impera en la mejor liga del mundo, no parece una medida a priori efectiva, ya que los equipos atacan de manera rápida independientemente del tiempo de posesión que les reste. Además existen contradicciones entre las dos medidas propuestas: si se aumentan los segundos de posesión con el objetivo de que los equipos tengan más tiempo para conseguir un tiro sencillo, no parece que éste sea uno de 4 puntos. Es difícil imaginar defensas que puedan impedir tiros cuádruples y a su vez lograr defender de manera efectiva durante tantos segundos, ya que el desgaste físico sería enorme.

 Phil Jackson no es el único que trata de verter ideas nuevas para evolucionar el baloncesto. Por ejemplo, otro gran entrenador como Bozidar Maljkovic, en este caso europeo, propuso una modificación en las posiciones de rebote del tiro libre. Para el entrenador croata no tenía sentido beneficiar a un equipo que acababa de cometer falta dándole ventaja en los rechaces. Por ello proponía invertir en al menos un lado de la zona dichas posiciones. Aunque la idea gustó a parte de las esferas baloncestísticas, nunca se llegó a cuajar. Lo mismo parece que puede suceder con las propuestas de Phil Jackson. Y es que no es lo mismo decirlo que hacerlo.

 El tiempo dirá si las nuevas prpuestas se llevan a cabo y si son o no revolucionarias para el baloncesto. Pero al margen de ello, hay algo que es innegable: el baloncesto de hoy en día es mejor que aquel que vio la luz en Springfield de la mano del ingenioso Naismith. A las modificaciones realizadas le debemos todo el esplendor del deporte de la canasta. Por tanto, no debemos tener miedo a los cambios. Bienvenidos sean.