Con la llegada a la bahía de Kevin Durant las casas de apuestas ven a los Warriors como los claros favoritos al anillo. A un equipo que tiene a los tres mejores tiradores de la liga, sumado a la sorprendente actuación de la temporada regular pasada, no se le puede poner límites. Para muchos era impensable que se lograra supera el récord de los Bulls de Michael Jordan de 72 victorias, este año nadie quiere limitarles su techo. Nadie excepto Green. El jugador nacido en Michigan habló ayer en rueda de prensa: “Para ser franco, no quiero ganar ni 74 ni 75 partidos, la carga mental y física es brutal” así lo recogió el periodista del USA Today's Sam Amik.

Sorprende que estas palabras salgan de la boca de Green, él fue quien manifestó con más entusiasmo el año pasado el deseo del equipo de lograr el récord. Pero después de cómo acabó la temporada para ellos el año pasado es comprensible. Esa responsabilidad impuesta por la misma plantilla hizo que llegaran a la fase final de playoff con jugadores tocados, como le ocurrió al propio Curry. La moral cayó por los suelos después de haber perdido la ventaja de 3-1 en las finales contra Cleveland Cavaliers. “Tras la derrota es muy difícil seguir motivado con la rutina diaria de entrenamientos, pretemporada y el largo calendario de 82 partidos. De cara al futuro es más importante llegar preparados a la postemporada que ganar cierto número de partidos”, afirmó Green. 

Según el entrenador jefe de los Warriors, Steve Kerr, el fichaje de Durant tendrá un beneficio adicional para el equipo. “Kevin no estuvo aquí en las finales y ha dado al grupo una nueva energía. Los jugadores están ilusionados por trabajar con él y hacer algo diferente” afirmó el preparador.