Capítulo 3: Julius Erving, Jordan antes que el propio Jordan

La gran mayoría de jugadores de baloncesto de hoy en día tienen como ídolos a los grandes jugadores de los 90', incluso de los primeros años de este milenio. La generación que ahora triunfa en la NBA tiende a contestar nombres como Jordan, Magic, Bird, Isiah Thomas, Shaq e incluso Iverson cuando se les pregunta por sus referentes. Sin embargo, estos grandes jugadores también tuvieron sus respectivos ídolos y prácticamente todos coinciden en Julius Erving. La pasada ceremonia del Salón de la Fama de la NBA es un claro ejemplo de esto; dos de los tres jugadores que recibieron el honor, fueron acompañados por el Doctor J, mostrando así su admiración y respeto por la leyenda del baloncesto. Sin duda alguna, es uno de los mayores ídolos de la historia del baloncesto, con una carrera ilustre a la altura de los más grandes.

Erving empezó a demostrar su calidad mucho antes de entrar en las ligas profesionales. Entró en la Universidad de Massachusetts, donde se convirtió en el líder indiscutible del equipo y en una de las mayores estrellas de la historia de la NCAA. Tras jugar dos temporadas de baloncesto universitario, Erving acabó promediando 26,3 puntos y 20,2 rebotes por encuentro, siendo así uno de los seis jugadores que han conseguido tener promedios de 20-20 en la historia de la liga universitaria. Con semejante talento y manera de dominar la cancha, decidió abandonar la universidad y dar el salto al baloncesto profesional. El joven jugador de 21 años empezó su carrera en la ABA, antes de que la NBA fuese la única liga de baloncesto profesional en los Estados Unidos. Su primer equipo serían los Virginia Squires, que realizaron una espectacular firma al conseguir hacerse con Julius Erving.

En su primera temporada ya fue capaz de asombrar a la liga con su anotación, con un espectacular registro de 27,3 puntos por partido, a parte de conseguir atrapar 15,7 rebotes por encuentro. Pese a todo, Artis Gilmore fue nombrado tanto Rookie del Año como MVP de la liga, gracias al gran balance de victorias de su equipo, los Kentucky Colonels. Erving tuvo que conformarse con formar parte del mejor quinteto de novatos y del segundo mejor quinteto de la liga. La siguiente temporada, Erving siguió maravillando en Virginia, siendo el máximo anotador de la liga, esta vez promediando 31,9 puntos por partido. Pese a volver a promediar un doble-doble por encuentro, con 12,2 rebotes por partido, tampoco fue suficiente para conseguir el MVP de la liga, básicamente por el mediocre balance de 42-42 de los Squires. Debido a problemas económicos, los Squires se vieron obligados a traspasar a Erving a los New York Nets a cambio de dinero. Su periodo en los Squires fue corto, pero le sirvió para ganarse un lugar en la liga y que su fama despegase, siendo All-Star ambos años en la franquicia.

Julius Erving, machacando con los Nets | Foto: Black Time Travel
Julius Erving, machacando con los Nets | Foto: Black Time Travel

Nueva York es, sin lugar a dudas, donde el Doctor conseguiría sus mayores logros en la ABA y, probablemente, una de las etapas más claves de su carrera. Tras deslumbrar en Virginia, Julius Erving llegaba a la Gran Manzana con las expectativas por las nubes. El primer año, Erving continuó con su nivel habitual, anotando y reboteando con gran facilidad. Esta vez sí, unas estadísticas de 27-10-5, liderando la liga en anotación, y un récord de 55-29 de los Nets, le sirvieron para hacerse con el MVP de la liga. Una vez llegaron los Playoffs, Erving tuvo que enfrentarse a su anterior equipo, a los cuales los Nets barrieron con un 4-1 en las Semifinales del Este. Avanzarían así a las Finales de Conferencia, donde apabullarían a los Kentucky Colonels para avanzar a la Final de la NBA. Allí, se enfrentaron a los Utah Stars, contra los que volvieron a demostrar que no tenían rival alguno. Un 4-1 les sirvió para completar un increíble récord de 12-2 en playoffs y ganar el que sería el primer título del Doctor J, así como el premio al MVP de los Playoffs.

La siguiente temporada, Erving siguió a lo suyo, promediando otro 27-10-5 y convirtiéndose de nuevo en el MVP de la liga. Todo apuntaba a que los Nets harían otra gran post temporada y serían capaces de luchar de nuevo por el campeonato, pero saltó la sorpresa a la primera de cambio. El equipo liderado por Erving cayó en primera ronda de Playoffs frente a los Spirits of St. Louis, un equipo mucho peor que los Nets sobre el papel. Pese a todo, la franquicia de Nueva York fue capaz de recomponerse y afrontar con ilusión la que sería la última temporada de la ABA. En la tercera y última temporada de Erving en los Nets, el Doctor promedió números aún mejores, demostrando así que quería volver a ser campeón. Unas estadísticas de 29-10-5 fueron más que suficientes para ganar otro premio al MVP de la liga, así como para dejar a los Nets en una gran posición en la tabla. Una liga que conformaban nueve equipos a principio de temporada, acabó con tan solo siete equipos cuando llegaron los Playoffs, tras la marcha de los San Diego Sails y los Utah Stars durante la campaña. Los Nets fueron capaces de conseguir el último título de la ABA en unos Playoffs que solo disputaron cinco equipos y en los que acabaron con un récord de 8-5. De nuevo, la actuación del Doctor fue más que suficiente para conseguir ser el MVP de los Playoffs, con unos promedios de 34-12-4 y el campeonato en su bolsillo.

Julius Erving con los Sixers jugando en el Spectrum | Foto: Sports on Earth
Julius Erving jugando con los Sixers en el Spectrum | Foto: Sports on Earth

Cuando los Nets abandonaron la ABA en 1976 tras la disolución de la misma, pretendían continuar con el mismo proyecto en la NBA, pero todo se desmoronó. Los Knicks denunciaron a los Nets por “invadir su territorio” y les obligaron a pagar una multa de 4,8 millones de dólares. Este hecho impidió que se le mejorase el contrato a Erving, pese a la promesa del dueño de la franquicia, Roy Boe. Fueron los Sixers quienes decidieron hacerse con el contrato del Doctor por aproximadamente 3 millones de dólares, a parte de otros 6 millones que pagaron al propio jugador. El nuevo e icónico número de Erving, el mítico 6, derivaría de la cantidad pagada por los Sixers y de la confianza que éstos depositaban en él. Así, el Doctor dejaba atrás cinco años en la ABA donde había conseguido 2 campeonatos, 2 MVPs de los playoffs, 3 MVPs de la liga y 5 All-Stars, para aterrizar en Philadelphia y llegar a la mejor liga del mundo.

Como era de esperar, nada tardó Erving en hacerse el líder del equipo, con resultados inmediatos y más que positivos para los Sixers. El Doctor promedió unos números mucho más discretos que los que promediaba en la ABA, debido a estar acompañado de un gran equipo que no le exigía tanto, pero eso fue más que suficiente para proclamarse campeones de la División Atlántica. Así avanzarían hasta las Finales de la NBA, tras derrotar a los Celtics, los vigentes campeones, en la Final del Este. Tras empezar ganando la final contra los Blazers por 2-0, Portland fue capaz de ganar cuatro partidos seguidos y remontar la final, dejando a Erving y a los Sixers sin título. La franquicia de Philadelphia no conseguiría volver a las Finales de la NBA durante los dos siguientes años, cayendo en la Final y Semifinal de Conferencia respectivamente.

Al fin, en la temporada 79-80, un Erving mucho más protagonista fue capaz de devolver a los Sixers a la Final de la NBA. Allí, se enfrentarían a unos Lakers liderados por Kareem Abdul Jabbar (MVP de la liga ese año) y un novato Magic Johnson. En unos trepidantes seis encuentros, los Lakers acabarían proclamándose campeones de la NBA, apeando de nuevo a Erving del anillo. Un novato Magic Johnson maravilló al mundo anotando 42 puntos supliendo a Kareem en el último encuentro, promediando así un increíble 21-11-8 que sería más que suficiente para ganar el MVP de las finales. Por mucho que Erving pudiese hacer, los Sixers no eran rival para unos Lakers que iban sobrados de talento. Pese a eso, las finales de 1980 dejarían momentos e imágenes legendarias para el recuerdo de todos y, como era de esperar, el Doctor quiso dejar su huella. En el cuarto partido de la final, Erving se disponía a atacar el aro, cuando los interiores de Lakers salieron a su encuentro. Tras verse totalmente atrapado, el Doctor no tenía a donde ir; solo fuera de la pista. Eso es justamente lo que hizo, saltando tras la línea de fondo y rodeando la canasta con su brazo, para poder dejar una de las bandejas más bonitas e icónicas de la historia.

Las siguientes temporadas fueron el resurgir de una de las mayores rivalidades baloncestísticas hasta la fecha, la protagonizada por los Philadelphia 76ers y los Boston Celtics. Una magnífica temporada de Erving, promediando un 24-8-4 llevó de nuevo a los Sixers a conseguir un gran récord y, esta vez sí, resultó en la consecución del MVP de la liga. De nuevo, los Sixers eran candidatos a todo, pero se toparían con uno de sus mayores rivales hasta el momento. En las Finales del Este tuvieron que enfrentarse a los Celtics de Bird, ya en su segunda temporada, serie que llegaría a los siete partidos y que acabaría con los Celtics avanzando a la final. Posteriormente, la franquicia de Boston acabaría ganando el anillo frente a los Rockets. La siguiente temporada, el guión volvió a ser muy similar, incluso repitiendo rival en las finales de conferencia. En esta ocasión, fueron los Sixers quienes se llegaron el gato al agua y consiguieron derrotar a los Celtics en una serie que llegó, de nuevo, hasta los siete partidos. En las Finales de la NBA, volverían a toparse con los Lakers, con idéntico resultado a la anterior ocasión. Los Lakers, ahora ya con Magic como su principal estandarte, derrotaron de nuevo a los Sixers en seis encuentros.

Era evidente que los Sixers necesitaban algo más para ganar el anillo y la contratación del actual MVP de la liga, Moses Malone, parecía un movimiento más que acertado. Por fin, Julius Erving compartía vestuario con otra superestrella de la liga y disponía de su mejor ocasión para ganar el anillo. Los Sixers fueron el mejor equipo de la liga durante todo el año, liderados, como no podía ser de otra forma, por el Doctor J y Malone, que volvería a ganar el premio al MVP. La dominación de los Sixers fue tal que empujó a Moses Malone a pronunciar su famoso “fo-fo-fo (four-four-four)”, apostando así a que el equipo ganaría el anillo sin perder un solo partido en playoffs. No estuvo demasiado lejos de cumplirse la profecía de Malone, al conseguir los Sixers un maravilloso 12-1 que les proclamaría por fin campeones de la NBA. Con un gran Malone que sería MVP de la final y un impecable Julius Erving, los Sixers barrieron a todos los equipos, propinando incluso un 4-0 a los Lakers en la final. De esta forma, se cumplía por fin el gran objetivo de Erving en Philadelphia, llevar a la ciudad y la franquicia de nuevo a la gloria.

La siguiente temporada a la consecución del anillo fue una verdadera decepción. Erving siguió en su línea habitual, promediando de nuevo 22-6-4 y consiguiendo, de nuevo, un gran balance de victorias, pero el equipo sufrió un colapso en playoffs. Los Sixers cayeron sorprendentemente derrotados en primera ronda ante los Nets por un ajustado 3-2. La temporada 84-85, los Sixers recuperarían empuje tras la adquisición de Charles Barkley en el Draft y volverían a llegar a las Finales de Conferencia, donde se toparían de nuevo con los Celtics. En esta ocasión, caerían derrotados en cinco encuentros frente a su némesis y dirían adiós a su última gran oportunidad al título. La siguiente temporada, Erving ya empezó a acusar la edad y sus números bajaron, promediando menos de 20 puntos por primera vez en su carrera. Este hecho, sumado a una fractura orbital sufrida por Moses Malone, justo antes de empezar los playoffs, acabaron con cualquier aspiración al título. En esta ocasión, los Sixers cayeron frente a los Bucks en las Semifinales de Conferencia, en una serie que duró siete partidos. Antes de iniciar la temporada 86-87, Erving anunció que ese sería su último año como profesional, lo cual resultó en un constante homenaje cada vez que el Doctor pisaba por última vez un estadio NBA. Los Sixers volvieron a ser eliminador por los Bucks, esta vez en primera ronda, poniendo fin a una de la carrera de uno de los jugadores más ilustres de la liga.

| Foto: Fansided Section 215
El Doctor J mostrando lo que mejor sabía hacer | Foto: FanSided Section 215

Erving se retiró tras disputar 11 temporadas en la NBA, en las que deslumbró allí por donde pasó. Ganó un anillo de la NBA, consiguió un premio al MVP de la liga, fue All-Star cada uno de los once años que jugó en la mejor liga del mundo, siendo MVP del partido de las estrellas en dos ocasiones, formó parte del mejor quinteto de la liga en cinco ocasiones y del segundo en dos. Esto, sumado a todo lo conseguido anteriormente en la ABA, lo convierten en uno de los jugadores con una carrera más ilustre en el baloncesto profesional. Si se tienen en cuenta los puntos anotados en ABA y en NBA, Erving aparece en la sexta posición histórica de anotación, con 30.026 puntos en su haber, hecho que le ayuda a situarse en la vigésima posición en cuanto a puntos por partido, con 24,16. Fue, también, el ganador del primer concurso de mates de la historia, organizado por la ABA en 1976, y uno de los mejores matadores con el balón en juego que se hayan visto. Su envergadura y sus increíbles cualidades físicas le permitían hacer jugadas impensables para el resto de jugadores de la época.

El Doctor fue el primer gran ídolo de la NBA y de Philadelphia, una ciudad conocida por amar y respetar a sus héroes. Fue uno de los primeros jugadores en protagonizar campañas publicitarias y ser la imagen de diversas marcas. Abrió así el camino para futuras estrellas con este tipo de relación comercial y ayudó enormemente a hacer crecer la liga. Todos recuerdan sus increíbles mates, sus espectaculares bandejas y su pelo afro. De la mítica jugada en el cuarto partido de la final de 1980, Magic llegó a decir que “no podía creerlo. Es la mejor jugada de baloncesto que he visto en mi vida, la mejor de la historia.” Erving era un jugador atlético y revolucionario, con un juego adelantado a su tiempo que no habría desentonado en la actual NBA. Por méritos propios se convirtió en el gran estandarte de la liga y en el primer gran ídolo de masas, en la primera gran estrella de rock de la NBA. Antes de LeBron, Kobe, Bird, Magic e incluso Michael Jordan, estaba el Doctor.