Las sensaciones en Denver son cada vez mejores. A día de hoy, de los tres partidos disputados en pretemporada han vencido en dos de ellos. Los jugadores cada vez interiorizan más el sistema de juego de Mike Malone, y una pieza del engranaje cada vez brilla más. El pívot bosnio Jusuf Nurkic no para de crecer en su juego. El jugador de los Nuggets está siendo el más destacado del equipo en la presente pretemporada. Solamente hay que observar sus números hasta ahora. Su promedio llega hasta los 18 puntos y 13,3 rebotes por partido, disputando alrededor de 27 minutos en cada encuentro.

Su rendimiento ofensivo es prácticamente impecable. Realiza un total de diez lanzamientos por cada partido, y acude alrededor de nueve ocasiones a la línea de tiros libres. A esto hay que añadirle su química con Nikola Jokic en pista, formando una dupla balcánica en la zona. Pero esto no es ninguna sorpresa.

Tras la salida de Timofey Mozgov rumbo a Cleveland, Jusuf Nurkic pasó a la primera fila en la rotación del equipo, demostrando a los aficionados que estaba preparado para dar el siguiente paso. De hecho, esta situación quizá sea la propicia para él. Tanto la salida de Joffrey Lauvergne a los Oklahoma City Thunder, como el posible traspaso de Kenneth Faried que se daba a conocer hace pocos días, la contribución del bosnio será esencial.

Poco que perder y mucho que ganar

Los Nuggets parecen estar preparados para dar el último paso. El precio de los Playoffs es muy alto, pero en Denver cuentan con una plantilla (salvando las distancias) que no se veía desde la temporada 2012-13. La vuelta definitiva de Danilo Gallinari, la evolución de los mencionados Jusuf Nurkic y Nikola Jokic, además de Emmanuel Mudiay, sumado a la aportación de los rookies Jamal Murray y Juancho Hernangómez, pueden ser suficientes para conseguir un billete a la postemporada.