Derrick Rose aterrizó en New York desde Chicago, la ciudad del viento, y no ha pasado desapercibido ni un minuto de su estadía en la Gran Manzana. Cada paso del MVP en 2011 causa revuelo. Para bien o para mal. Como nuevo guardia estrella de los Knicks,  su inclusión enfervorizó a los aficionados de tal manera que idealizan al equipo como el más competitivo que conformaron en años. Jugadores afianzados en el plantel como Carmelo Anthony y Kristaps Porzingis y nuevas caras como las de Joakim Noah, Brandon Jennings o Courtney Lee acompañaran a Rose en esta temporada NBA. Pero el huracán de ilusiones dejó de soplar tan fuerte cuando el exbase de los Bulls se enredó en un juicio por una supuesta violación a una mujer. La Justicia no encontró motivos para culparlo, pero los médicos de la franquicia están alertas por el estrés sufrido por el jugador.

Las declaraciones de Rose lo ilustran muy comprometido con los objetivos del equipo. Utiliza cada rueda de prensa para aclarar que el conflicto judicial no desenfoca su concentración y que esta está puesta únicamente en el básquet. Con 28 años y una extensa lista de lesiones en su carrera, sabe que para volver al rendimiento por el que fue premiado como jugador más valioso necesita fortalecer su físico y su salud mental más que nunca. Entiende que este equipo, diagramado por Jeff Hornacek y por el General Manager Phil Jackson, lo apañará más que el que lo rodeaba el año pasado en Chicago. Rose siente que, por primera vez desde que llegó a la NBA, compondrá una plantilla plagada de talentos, lo que evitará que tome tantas decisiones en los partidos y pueda elegir con mayor soltura. El estrés, sostiene el 25 de los Knicks, no lo preocupa en lo más mínimo.

Esta madrugada abrirán la temporada cuando se enfrenten a Cleveland Cavaliers, flamantes campeones liderados por LeBron James. El MVP de las Finales de 2016 desplazó a Rose de sus aspiraciones al título con los Bulls en las últimas ediciones de los Playoffs, ya sea con su actual equipo o con Miami Heat. En sus ocho años de trayectoria en la NBA, su figura osciló entre ser la reencarnación de Michael Jordan a formar parte de un grupo de jugadores que la crítica acusa de obsoletos. Los New York Knicks podrán perder o ganar en su debut, pero en el Quicken Loans Arena la historia de Derrick Rose comenzará de nuevo, inyectada por las ansias de demostrarles a todos sus detractores que están muy equivocados.

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