El rey de la NBA no ha hecho esperar a nadie. En el primer partido de la campaña 2016-2017, en la que parte como vigente campeón, Lebron James ha demostrado que el objetivo sigue siendo el mismo, ser el mejor y llevar a sus Cavs a enfundarse un nuevo anillo. ¿Hay una manera mejor de comenzar que haciendo un triple-doble? No, al menos no para Lebron James, que decidió anotar 19 puntos, repartir 14 asistencias y capturar 11 rebotes. Ha puesto el listón alto ya desde el principio, consciente de que este año tienen que mostrarse más sólidos en la temporada regular. La pasada campaña regalaron 25 derrotas, algo que no puede permitirse un equipo que quiere dar la imagen de ser intratable. Ahí tienen puesto el listón, en superar esas 57 victorias que lograron la temporada pasada.

Tras la entrega de los anillos de campeones, arrancó el partido contra los Knicks, en el que Lebron hizo lo que quiso, cuando quiso y como quiso; con sus nuevas zapatillas que llevaron la mayor parte de los de Ohio. Se le vió ágil, rápido, generoso con los compañeros y muy concentrado. Pero sobre todo se pudo ver a un Lebron James feliz, que salió al campo como el niño que está empezando a jugar a este deporte con toda su carrera por delante. Y así estaba al final del partido, abrazado y riéndose con Kevin Love, aquel con el que tanto se ha dicho que no se llevaba, demostrando que es el líder del equipo y que no hay malos rollos.

Lebron James estrenó zapatillas con un triple doble (NBA.Com)
Lebron James estrenó zapatillas con un triple doble (NBA,Com)

Los nueve primeros puntos salieron de las manos del rey. Abrió el mercador de los Cavaliers con una bomba sobre Porzingis y repartió tres asistencias seguidas, dos a J.R. Smith (una de ellas para un triple) y otra a Kevin Love. Ese fue el partido de Lebron, asistiendo siempre al compañero mejor colocado y siendo el jugador por el que pasaban todos los balones. Lo realmente desatacable es que de los 19 puntos que anotó, 12 procedieron de mates. Acabó el partido con seis mates, a tán solo uno de su récord personal. Por lo tanto, no se le ha olvidado eso de machacar el aro, se le vió más agresivo de cara al aro que nunca.

Esta ha sido la puesta en escena de Lebron y de sus Cavaliers. Vienen hambrientos, deseando hacer historia y poder ganar por segundo año consecutivo la NBA. No va a ser fácil, los Warriors harán todo lo posible para que esto no sea asi. Todos los pronósticos apuntan a una nueva final entre estos dos super equipos. ¿Podrá lograrlo Lebron? Queda toda una temporada para comprobarlo.