Empezó Watson, con una dupla interior formada por dos ‘perros viejos’ de esta liga: Dudley y Chandler. El puesto de pívot estaba claro, un hombre alto y fuerte, élite defensivamente hace años, y con muchos minutos en la espalda para saber lo que hay que hacer en pos de conseguir la victoria en esta liga -fue campeón con Dallas en 2011- y también servir de mentor para jóvenes como Bender, Chriss y Len.

El caso de Dudley es más complejo, pues no es un dechado físico -mide 2,01 y pesa 106 kilos- y la explosividad y el atletismo no fueron sus fuertes, y menos ahora con 31 años. La idea de jugar con un ‘4’ abierto está bastante extendida en la liga y Jared cumple ese papel, pero en ataque. En defensa es un coladero; nunca fue buen defensor y es inferior físicamente a todos los jugadores de una posición a la que no pertenece.

Y he aquí la vuelta de tuerca del entrenador de los Suns. Marquese Chriss, uno de los rookies del equipo, empezará, a partir de ahora, los partidos en el quinteto inicial, formando junto a Chandler el dueto interior del equipo de Phoenix. Chriss, a diferencia de Dudley, sí que es un prototipo de ala-pívot moderno: alto (2,08 m.), ágil, con una muñeca decente para jugar abierto y dejar espacio para Chandler y las penetraciones de sus compañeros en la zona, y con un potencial infinito por desarrollar. En una franquicia como los Suns, que deben empezar de 0, desarrollar a sus jóvenes estrellas es una de sus prioridades.

Si bien los dos partidos que ha disputado como titular, contra Portland y Detroit, no han sido todo lo buenos que cabría esperar, con un poco de adaptación es esperable que acabe mejorando. Quién sabe si reventando la liga como su compañero Booker el año pasado cuando le dieron continuidad. En Phoenix tienen mucho potencial.