El ala-pívot procedente del Real Madrid, que llegó hace tres temporadas a la mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA, ha comenzado la temporada muy irregular en los minutos que está en pista. Varios partidos muy malos en el tiro, algo que ha perjudicado a los Bulls a no poder lograr algunas victorias en partidos que han estado igualados hasta el final.
Aunque los números no están siendo horribles, pues, mantiene prácticamente los mismos que en sus dos primeras temporadas, pero en esta debe explotar, o eso dice él que quiere hacer. La pasada madrugada ante los Wizards hizo el mejor partido de esta temporada, contribuyendo con 17 puntos, 11 rebotes y enchufando seis de los siete tiros de campo que realizó. Debe mejorar en ese aspecto para poder disponer de más minutos en pista, sobre todo con más regularidad. Partidos en los que está totalmente desaparecido, eso hace que su entrenador, Fred Hoiberg, le siente más tiempo en el banquillo. Fred, tras el pésimo partido que realizó Nikola ante Atlanta, se reunió con él y le dijo: "Sal y trata de divertirte".
Eso es lo que debe hacer el montenegrino, evadirse de la presión que se pone él mismo, perjudicial para él y el equipo. Mirotic ha tenido tramos donde ha parecido que será una futura estrella, junto con muchos otros cuando ha estado abrumado por la competencia de la NBA.
"A veces soy demasiado duro conmigo mismo"
Tercer año de Mirotic en la NBA, no puede fallarse ni dejar tirado al equipo en momentos importantes. El entrenador cuenta con él para ser pieza clave y para que juegue los máximos minutos posibles. Sobre eso Nikola Mirotic dijo lo siguiente: "Necesito ser mucho más sólido que antes, porque sé que puedo". Nikola puede aprovechar varios aspectos positivos que tiene, como por ejemplo, ejercer de tres en algunos momentos del partido. Tirar triples o, incluso, hacer fintas para poder entrar fácilmente al aro y anotar dos puntos, o dar una asistencia que también los dé.
Todavía está a tiempo de mejorar su irregularidad y contar con minutos de calidad más regularmente, y no salir solo al principio y luego quedar en el banquillo el resto del partido por culpa de sus nervios. La calidad para explotar del todo la tiene, la confianza del entrenador y de sus compañeros, también.