La historia de Isaiah Austin parecía haberse cerrado. En los días previos al draft de 2014, al jugador se le diagnóstico síndrome de Marfan y fue apartado de las canchas. Este hecho conmocionó a la NBA, tanto es así que le otorgó un premio honorífico además de la promesa, por parte de Adam Silver, de trabajar para la liga en los despachos cuando acabara los estudios universitarios en Baylor.

“No se puede explicar con palabras lo agradecido que me siento por haber jugado a este maravilloso deporte. Cambió mi vida. Siento que quienes me han apoyado me puedan ver jugar en la NBA, pero esto no es el final. Es sólo el principio”.declaró el jugador en julio de hace dos años.

Todo parecía haber acabado bien, dentro de las circunstancias, para el jugador que por aquel entonces tenía 20 años. Pero este miércoles una inesperada alta médica ha cambiado los planes del gigante de 2.15. Ahora le está permitido practicar este deporte a un nivel de élite.

Austin recibiendo el draft honorífico por parte de Silver | IAF
Austin recibiendo el draft honorífico por parte de Silver | IAF

Como no podía ser de otra manera, el californiano ya ha hecho pública su intención de jugar en la mejor liga del mundo. Lo que no está tan claro es si algún equipo se arriesgará a ficharle teniendo la experiencia de Chris Bosh tan reciente. Las franquicias están ahora mucho más retiscentes con los riesgos que corren sus activos.

La vida de este pívot es un ejemplo de superación. Además de su enfermedad genética, a los 12 años, una lesión en la retina tras darle una bola en el ojo le dejó sin visión parcialmente. Austin tenía el sueño de ser el primer jugador en la NBA con visión parcial en su ojo derecho. Aún no sabemos si en esta nueva etapa el estadounidense nos mostrará por qué fue situado en el top tres de los mejores jugadores de instituto. Sus movimientos en el poste y su tiro exterior son un gran aliciente para que las organizaciones se planteen ofrecerle un contrato.

El síndrome de Marfan es una enfermedad rara del tejido conectivo, que afecta a distintas estructuras, incluyendo esqueleto, pulmones, ojos, corazón y vasos sanguíneos. En el caso del pívot la aorta tiende a estirarse. También es característico que las personas con este síndrome generalmente son altas con las extremidades del cuerpo delgadas y largas, y dedos en forma de araña.