Décimos en el Oeste y con un récord de siete victorias y doce derrotas. Así marchan los Denver Nuggets, otro año por debajo del 50% de victorias y con la sensación de que aún faltan varios pasos que dar para alcanzar los Playoffs. Lo que no falta en el equipo de Colorado es talento. Denver representa una tendencia opuesta a muchos equipos de la liga. Su caso es muy particular. No existe un déficit de talento en el equipo sino que existe tanto, que no se está gestionando de manera adecuada, cosa que está afectando al equipo.

Problemas en la rotación

Mike Malone comentó esta circunstancia la semana pasada y habló de la dificultad de equilibrar las rotaciones cuando diez jugadores de tu banquillo merecen minutos de calidad.

No hay falta de talento sino mala gestión de este

Y eso que Gary Harris o Will Barton están actualmente lesionados y su recuperación complicará aún más las cosas. ¿Apuestas definitivamente por Jamal Murray o le quitas minutos al rookie cuando vuelvan Harris y Barton? ¿Hasta cuándo va a salir Nikola Jokic desde el banquillo? Todas esas preguntas forman parte del día a día de los Nuggets y tienen su relevancia en el rendimiento del equipo. 

Obtener la pieza que marque la diferencia

En los Nuggets hace tiempo que existe la creencia de que son un buen equipo sin una superestrella que los comande. Los Nuggets además poseen varias piezas utiles que podrían acabar con un All Star jugando como local en el Pepsi Center mediante un traspaso. Paul George, DeMarcus Cousins, John Wall o Klay Thompson han sido algunos de los objetivos de la franquicia pero las negociaciones no han llegado nunca a buen puerto. Si los Nuggets continuan sin realizar movimiento alguno, corren el riesgo de quedarse en esa zona muerta que es ni clasificarse a Playoffs ni ser de los primeros equipos en la lotería del Draft.

Otro escenario, si los Nuggets no consiguen obtener a una estrella via traspaso, sería traspasar algunos de sus jugadores actuales (especialmente los veteranos), y obtener picks de draft. Esta opción, daría a los jóvenes la posibilidad de mostrar sus habilidades durante más minutos y a Denver apostar por talentos nuevos como los de la clase del Draft 2017, según varios analistas una de las mejores de los últimos tiempos. Danilo Gallinari, Wilson Chandler, Kenneth Faried, Will Barton, Darrell Arthur y Jameer Nelson, son jugadores que pueden contribuir en prácticamente cualquier equipo aspirante al anillo y pueden ser ese extra que marque diferencias en Playoffs. Viendo la competencia que existe este año por entrar en Playoffs, no deberían faltar compradores. Así pues en Denver sólo tienen que preguntarse que estarian dispuestos a dar los equipos por esos jugadores.

Apostar por la juventud

Además los Nuggets cuentan con un núcleo muy joven con su mejor baloncesto aún por desarrollar. Cuentan con seis jugadores de 22 años o menos, lo que les sitúa, viendo la calidad de estos, como un equipo a tener en cuenta en el futuro. La apuesta por la juventud les haría caerse definitivamente de la carrera de los Playoffs haciendo que se metiesen de lleno en la lotería del Draft pero los jóvenes ganarían una valiosísima experiencia sin veteranos que les roben minutos.

Denver cuenta con seis jugadores de 22 años o menos

Una vez entrados en el Draft, los Nuggets tienen que rezar por encontrar a esa superestrella que no pudieron incorporar mediante un traspaso. Y es que con los Warriors siendo absolutos dominadores del Oeste ahora mismo y la dificultad existente para poder competir con ellos actualmente, si Denver alcanza su pico de forma en tres o cuatro años, tendrá más opciones de ganar el anillo.

Pero esta última opción representa un plan B. Caer a la lotería por cuarto año consecutivo puede hacer que los Nuggets pierdan repercusión al no ser un equipo aspirante. Si los aficionados no están contentos con la gerencia y el equipo no es competitivo, en Denver podrían acabar tomándose decisiones muy controvertidas. Algo nada bueno.

Lo que no se puede negar es que los Nuggets tienen que decidir ya el rumbo que quieren tomar si no quieren quedarse estancados en una mediocridad muy duradera.