Ni el director de cine más creativo hubiera podido imaginar una película tan perfecta. LeBron James nació en Akron, Ohio. Durante toda su infancia y su adolescencia, mostraba condiciones para ser una gran estrella del básket mundial. Desde que fue distinguido por Cleveland como la primera selección en el Draft de la temporada 2003-2004, empezó a destacar como uno de los mejores. Mucho antes, en su época de high school, los especialistas ya lo daban como el próximo dominador de la NBA y, claro, en la línea de los sucesores de Michael Jordan.

No defraudó, puesto que en su primera campaña se transformó en el más joven en alcanzar mil puntos, con apenas 19 años. La tónica de este récord se mantuvo, porque con el tiempo se volvió el más novel en lograr 10 mil, 15 mil, 20 mil y 25 mil unidades, por nombrar sólo algunas de estas categorías.

Lo que más le costó fue cazar su primer anillo de campeón, que llegó recién en 2012, con los colores de Miami Heat. En 2013 abrochó el bicampeonato y este año, ya de regreso en Cleveland, se quedó con su tercera corona. La última fue la más emotiva para él, ya que lo hizo en su casa, en su estado de origen.

Foto: USA Today
Fotografía: USA Today

Infancia complicada

Cuando LeBron nació, su madre, Gloria James, tan sólo tenía 16 años y su padre biológico, Anthony McClelland, se desentendió de su hijo desde su nacimiento por su problema con la bebida. Gloria lo sacó adelante sola y sin ayuda, ya que la madre de éste murió cuando LeBron apenas era un bebé. Esta circunstancia acentuó las dificultades de una familia que vivió en una constante lucha por mantenerse. Gloria no encontraba trabajo fijo y ambos pasaban de piso en piso continuamente, y se conocieron todos los barrios marginales de Akron, una ciudad de más de 200.000 habitantes. A pesar de las circunstancias, Gloria trabajó duro para ser una buena madre y proteger a su hijo LeBron de la pobreza y la violencia de las calles.

Carrera en la NBA

El Elegido debutó en la Liga norteamericana el 29 de noviembre de 2003. Jugó 42 minutos y anotó 25 puntos en esa derrota contra Sacramento Kings de Stojakovic, Divac y Mike Bibby. Ahora, y tras 13 años, convertido en uno de los más grandes de siempre. Él sabía que llegaría a sentarse en la mesa junto a Jordan, Bird, Abdul-Jabbar, Magic... Él trabajó encuentro tras encuentro, verano tras verano, para mirarles a la cara y ser esa máquina perfecta capaz de llegar 12 veces al All-Star, conquistar cuatro MVP de la Regular Season y tres anillos de la NBA.

The Decision

Cuando decidió cambiar de equipo, James optó por comunicar su decisión sobre su futuro en un programa de una hora en directo por ESPN, que se tituló The Decision. Su frase “llevaré mi talento a South Beach”, en referencia a la zona más turística de Miami, se convirtió en una muletilla de desprecio por su actitud hacia el equipo de su tierra natal, que había echado al técnico para congraciarse con la estrella.

Eso desató la ira de una multitud que se dio en llamar "haters", que se podría traducir como "contras". Un odio tangible que duró hasta julio de 2014 con aquel I'm coming home en la portada de Sports Illustrated en el que anunció su vuelta a casa. De odiado a amado, LeBron, padre de tres hijos, nunca ha sido el más popular entre los aficionados, pero sí ha conseguido ser el mejor.

I'm coming home

Fotografía: Sports Illustrated
Fotografía: Sports Illustrated

La noticia llega en forma de carta abierta. LeBron habla, Lee Jenkins escribe: “Antes de que a nadie le importara donde jugaría al baloncesto, era un chaval del noreste de Ohio. Es donde caminé, donde corrí, donde lloré y donde sangré. Tiene un lugar especial en mi corazón (…) Mi relación con esa zona va más allá del baloncesto. Hace cuatro años no supe verlo. Ahora sí”.

“En 2010 fue duro. Si volviera atrás, haría las cosas de otra manera pero me volvería a marchar. Miami ha sido para mí como el colegio para los críos. Estos últimos cuatro años me han convertido en la persona que soy ahora. Me han hecho mejor jugador y mejor persona. Siempre será mi segunda casa”.

“Cuando me fui de Cleveland, tenía una misión: ganar títulos. Y he ganado dos, pero en Miami ya sabían lo que se sentía al ser campeón. Nuestra ciudad no lo sabe así que sigo queriendo ganar todos los títulos que pueda pero ahora lo más importante para mí es hacerlo en el noreste de Ohio. Siempre pensé en volver a Cleveland para acabar mi carrera. La duda era en qué momento lo haría. Tengo dos hijos y mi mujer está embarazada. He pensado mucho en cómo sería ver a mi familia crecer en mi hogar. Cada vez estoy más seguro de la decisión he tomado: esto es lo que me hace feliz”.

“La carta que escribió Dan Gilbert cuando me fui, los abucheos del público de Cleveland, las camisetas quemadas… ver todo eso fue duro para mi mujer, para mi madre… (…) Ahora no prometo un campeonato. Sé lo difícil que es conseguirlo y sé que todavía no estamos preparados. Claro que quiero ganar el próximo anillo, pero soy realista. Será un proceso más largo que el de 2010, se pondrá a prueba mi paciencia. Sé todo eso. Voy a jugar con un nuevo entrenador y jugadores muy jóvenes. Voy a ser el veterano. Por eso será especialmente emocionante ayudarles a llegar más lejos incluso de lo que piensan que pueden llegar. Me veo como un mentor. Puedo ayudar a Kyrie Irving a convertirse en uno de los mejores bases de la NBA. Puedo hacer mejores a Tristan Thompson y Dion Waiters. Y estoy deseando jugar otra vez con uno de los mejores compañeros que he tenido, Anderson Varejao”.

“Esto no se trata de la plantilla de los Cavs ni del funcionamiento de la franquicia. Va más allá del baloncesto. Tengo una responsabilidad que me tomo muy en serio, sé que aquí puedo significar aún más de lo que significaba en Miami. Quiero que los chicos del noreste de Ohio piensen que este es el mejor sitio del mundo en el que crecer. Quizá así decidan quedarse aquí, crear una familia o abrir un negocio. Eso me haría sonreir. Nuestra comunidad, que ha tenido que luchar mucho, necesita de todo el talento que se ponga a su disposición. En el noreste de Ohio nada llega regalado. Todo hay que ganárselo. Trabajas para lograr aquello que quieres. Estoy preparado para aceptar el reto. Vuelvo a casa”.

Fotografía: Getty Images
Fotografía: Getty Images

Aquellos que dicen que LeBron James nunca estará a la altura de los más grandes del baloncesto NBA tienen razón. El Rey está, desde ya mismo, por encima de ellos. La estrella de Cleveland Cavaliers está firmando una temporada para enmarcar y se ha convertido en el primer jugador en la historia de la Liga en alcanzar las cifras de 27.000 puntos, 7.000 rebotes y 7.000 asistencias a lo largo de su carrera. Denle a LeBron James un buen equipo y muy probablemente será campeón, denle uno mediocre y estará en las finales, después de todo lleva seis consecutivas y siete en total.

LeBron James en las Final​es

ESTADÍSTICA 2015 2016
PPJ 35.8 29.7
RPJ 13.3 11.3
APJ 8.8 8.9
Bloqueos 0.5 2.5
Robos 1.3 2.6
Aciertos (%) 39.8 49.4
3-pt (%) 31.0 37.1

Si uno revisa los números de James encuentra que anotó menos puntos y tomó menos rebotes que en las finales de 2015 pero fue notablemente más efectivo en su porcentaje de tiros de campo (49.4% - 39.8%). La otra gran diferencia tiene que ver con su aporte en el lado defensivo donde duplicó sus robos por partido (2.6) y prácticamente quintuplicó sus bloqueos (2.5).

En 2015 LeBron intentó 196 disparos al aro, este año registró 166, es decir 30 intentos menos en una serie que tuvo un juego más

James entendió rápidamente que esta vez sí podía contar con el resto de sus compañeros y no debía tomar cada tiro a la ofensiva. Eso le permitió rendir físicamente a otro nivel y concentrarse más en sus tareas defensivas.

El tapón de LeBron

Una de las jugadas que Cleveland nunca olvidará es el tapón de James a Andre Iguodala, a falta de 1m 50s por jugar de las Finales del 2016, el cual fue determinante para lograr el campeonato. De esta manera, LeBron se quedó con la mejor jugada de los aleros de la temporada 15/16.

Worth the wait

Con el título “Worth the wait” (“La espera valió la pena”), el anuncio tiene como protagonistas a los aficionados del quinteto de la NBA y de la ciudad de Cleveland que tuvieron que esperar 52 años para volver a celebrar un título de una franquicia profesional (el primero y único había sido el que ganaron los Browns de la NFL en 1964).

*con información de El Gráfico

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